El cofundador Sergey Brin vuelve a las trincheras de Google

El multimillonario trabaja con investigadores de inteligencia artificial (IA) en la sede del gigante tecnológico en Mountain View (California), generalmente tres o cuatro días a la semana, para desarrollar el potente sistema Gemini. El aumento de la presencia de Brin en Google refleja el momento crucial que atraviesa la IA y su prolongado interés por esta tecnología, de la que Google fue pionero, pero que tardó más que sus rivales en convertir en nuevos productos.


Sergey Brin, cofundador de Google, ha vuelto al trabajo.

En los últimos meses, el multimillonario ha estado visitando las oficinas del gigante tecnológico en Mountain View (California) generalmente tres o cuatro días a la semana, trabajando junto a los investigadores en su empeño por desarrollar el próximo gran sistema de inteligencia artificial (IA) de la empresa.

Brin participó en reuniones sobre IA en las oficinas de Google a finales del año pasado, pero la frecuencia y la intensidad de su participación han aumentado, según personas familiarizadas con el asunto. Este involucramiento supone un cambio notable con respecto al enfoque relativamente indiferente que adoptó tras abandonar su puesto ejecutivo en la empresa matriz Alphabet, en 2019.

Ha trabajado estrechamente con un grupo de investigadores que construyen el esperado modelo de IA Gemini de Google. Han discutido asuntos técnicos como las “curvas de pérdida”, una forma de medir el rendimiento de un programa de IA a lo largo del tiempo, y Brin ha convocado debates semanales sobre nuevas investigaciones de IA con empleados de Google. También ha intervenido en asuntos de personal, como la contratación de investigadores muy solicitados, según las personas citadas.

El aumento de la presencia de Brin en Google refleja el momento crucial que atraviesa la IA y su prolongado interés por esta tecnología, de la que Google fue pionero, pero que tardó más que sus rivales en convertir en nuevos productos, explicaron empleados actuales y antiguos.

La competencia se está intensificando en la investigación de la IA, con nuevas ofertas recientes de empresas como Meta Platforms. Google aceleró el desarrollo de productos en respuesta al lanzamiento el año pasado de ChatGPT, un chatbot de IA capaz de responder con fluidez a una serie de consultas escritas, por parte de la empresa de investigación OpenAI, respaldada por Microsoft.

Gemini es el intento de Google de construir un programa de IA de propósito general que pueda rivalizar con el modelo GPT-4 de OpenAI, que impulsa una versión de pago de ChatGPT. Demis Hassabis, el ejecutivo de Google que supervisa el proyecto, dijo a los empleados durante una reciente reunión de la empresa que el programa estaría disponible a finales de este año, según personas que escucharon las declaraciones.

Brin, de 49 años, fundó Google con su cofundador Larry Page en 1998 a partir de una investigación sobre búsquedas web en la que trabajaron juntos como estudiantes de doctorado de la Universidad de Stanford.

Aunque Brin ha estado presente de vez en cuando en la sede de Google en los últimos años, su atención se ha dirigido principalmente a intereses externos como los dirigibles y nuevas formas de ayuda en caso de catástrofes, junto con esfuerzos para regalar parte de su considerable fortuna. Es el segundo mayor accionista individual de Alphabet, por detrás de Page, con una participación valorada en cerca de US$ 90.000 millones, según datos de S&P Capital IQ.

Las acciones de Alphabet han subido más de un 10% desde que Google anunció una serie de productos basados en inteligencia artificial en su conferencia anual de desarrolladores en mayo, incluida una nueva versión del motor de búsqueda que ofrece resúmenes extensos e invita a realizar preguntas de seguimiento. Ese aumento está más o menos en línea con el precio de las acciones de su rival Microsoft y el índice Nasdaq Composite.

Brin ha pasado gran parte de su tiempo sentado junto a los investigadores de IA con sede en Mountain View en el recién construido edificio Charleston East, a poca distancia del corazón original del campus corporativo de Google, dijeron personas relacionadas con el asunto. Sundar Pichai, director ejecutivo tanto de Google como de Alphabet, también tiene una oficina en el edificio.

Cuando los fundadores se apartaron de sus funciones diarias hace cuatro años y elevaron a Pichai a CEO de Alphabet, señalaron que hablarían con él regularmente y le ofrecerían “consejos y amor, pero no regaños diarios”. Siguen controlando la mayoría de los derechos de voto de Alphabet y forman parte de un comité ejecutivo con Pichai.

Pichai está entusiasmado con la participación de Brin y ha alentado sus contribuciones, de acuerdo una persona relacionada.

Google se adelantó en el campo de la inteligencia artificial al crear en 2011 una unidad de investigación llamada Brain, para estudiar cómo una técnica informática llamada aprendizaje profundo podría utilizarse para crear programas de IA de gran utilidad.

Este año, Pichai fusionó el equipo de Brain con DeepMind, una empresa de investigación de IA que anteriormente operaba de forma independiente bajo el paraguas de Alphabet. La reorganización ascendió a Hassabis, cofundador de DeepMind, a director ejecutivo del grupo combinado Google DeepMind.

Algunos investigadores han acogido favorablemente la implicación de Brin, considerándola un respaldo a su trabajo y una intervención útil durante un periodo de transición para los equipos de IA, según han declarado empleados actuales y antiguos. Hassabis y muchos ejecutivos de Google DeepMind trabajan desde Londres, lo que convierte a esa oficina en un centro de poder de facto en la nueva configuración.

La implicación de Brin ha aumentado desde el lanzamiento de ChatGPT en noviembre. Los cofundadores de Google asistieron a reuniones para revisar los productos de inteligencia artificial que Google estaba preparando para su conferencia de desarrolladores de mayo, según personas familiarizadas con el asunto.

Desde entonces, Brin ha mantenido una fuerte presencia en la sede de Google, acudiendo a reuniones de investigación y celebraciones de la empresa. Google sostuvo que Brin no tiene un nuevo papel formal en la empresa más allá de ser cofundador y miembro del consejo. Una representante de Brin no hizo comentarios.

Mientras que Page era a veces una figura recluida durante su etapa al frente de Google, Brin cultivó una personalidad más accesible, recorriendo la sede en patines y desplazándose entre los proyectos más lejanos de la empresa.

Desde el boom de la IA el año pasado, Brin ha asistido a una fiesta de presentación de la empresa que popularizó el programa de generación de imágenes Stable Diffusion y de vez en cuando asiste a eventos en una mansión de US$ 68 millones en Hillsborough, California, conocida como la AGI House, indicaron personas que han interactuado con él allí. AGI son las siglas en inglés de inteligencia general artificial, la idea de que los programas informáticos podrían algún día igualar el razonamiento humano.

En marzo, Brin fue fotografiado en la sede de Google con Pichai y el presidente de asuntos globales de Google, Kent Walker, durante una visita del primer ministro de Luxemburgo, vestido con pantalones grises y una camisa negra de manga larga. Los demás asistentes vestían traje.

El trabajo de Brin con Gemini es un paso más en los largos esfuerzos de Google por crear sistemas de IA que puedan mostrar capacidades similares a las humanas y satisfacer mejor las necesidades de los miles de millones de usuarios de la empresa.

Al principio, Brin ignoró el trabajo del equipo de Brain y expresó su escepticismo de que pudieran descifrar la inteligencia artificial, a pesar de que ese grupo comenzó en la división Google X que él dirigía, manifestó durante una entrevista en el Foro Económico Mundial en 2017.

“Para ser sincero, no le presté ninguna atención”, aseguró Brin. Unos años más tarde, la investigación de Brain se utilizó en muchos de los productos más importantes de Google, dijo, lo que echó por tierra sus suposiciones anteriores.

Brin se ha centrado en parte en cuestiones de personal, un área de dificultad para Google y otras grandes empresas tecnológicas a medida que se intensifica la guerra de talentos para los investigadores de IA. Varios de los autores de un documento histórico de Google de 2017, al que se atribuye el inicio de la última oleada de desarrollo de la IA, han dejado la empresa para recaudar cientos de millones de dólares en nuevas firmas competidoras.

Aunque es uno de los informáticos más respetados del mundo, Brin ha necesitado ponerse al día con los desarrollos más recientes en IA y no ha contribuido significativamente a los proyectos de codificación, dijeron empleados actuales y anteriores.

Brin promovió las posibilidades de la IA en su última carta a los accionistas, publicada en 2018, escribiendo que el “poder y el potencial de la computación para abordar problemas importantes nunca ha sido mayor”.

“La nueva primavera en inteligencia artificial es el desarrollo más significativo en computación en mi vida”, escribió.

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