El viaje de Yellen contribuye al frágil esfuerzo de EE.UU. y China por seguir hablando

The visit by Treasury Secretary Janet Yellen is the second trip to Beijing by a Biden administration cabinet member in less than a month. PHOTO: THOMAS PETER/REUTERS
La visita de la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, es el segundo viaje a Pekín de un miembro del gabinete del gobierno de Biden en menos de un mes. FOTO: THOMAS PETER/REUTERS

Las arraigadas tensiones pondrán a prueba la determinación de Washington y Beijing para seguir avanzando. La visita de Janet Yellen es el segundo viaje a Beijing de un miembro del gabinete del gobierno de Biden -secretaria del Tesoro- en menos de un mes, tras el del secretario de Estado, Antony Blinken.


Estados Unidos y China superaron el último obstáculo en un tímido esfuerzo por restablecer el diálogo de alto nivel, y el viaje a Beijing de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, produjo algunos avances, aunque las tensiones profundamente arraigadas pondrán a prueba si el frágil impulso puede mantenerse.

Ambos gobiernos valoraron positivamente los dos días de reuniones, acordando proseguir las conversaciones, aunque reconocieron fuertes desacuerdos, especialmente sobre las restricciones estadounidenses a las exportaciones de tecnología a China. Antes de abandonar Beijing el domingo, Yellen declaró que había dicho a los funcionarios chinos que las medidas de EE.UU. tienen un objetivo muy concreto y se adoptan para proteger la seguridad nacional. Fuera de eso, señaló, las dos mayores economías del mundo tienen un amplio margen para interactuar.

“Mi propósito es asegurarme de que no nos involucremos en una serie de acciones de escalada no intencionadas que sean perjudiciales para nuestra relación económica global”, sostuvo Yellen el domingo en CBS News. Comentó que ambas partes han tenido pocos contactos en los últimos años, y que su viaje logró “crear la oportunidad para un conjunto más profundo de contactos más frecuentes”.

La visita de Yellen es el segundo viaje a Beijing de un miembro del gabinete del gobierno Biden en menos de un mes, tras el del Secretario de Estado, Antony Blinken. Al acordar seguir hablando, las reuniones cumplieron el bajo listón que ambos gobiernos se fijaron después de años de deterioro de las relaciones, que se desplomaron aún más el año pasado a causa de Taiwán, la tecnología, la guerra de Ucrania y un globo chino.

Aun así, es probable que ir más allá ponga a prueba la capacidad de Washington y Beijing para resistirse a las medidas de retorsión, ya que ninguna de las partes parece dispuesta a frenar su rivalidad global y sus maniobras en materia de comercio y tecnología.

The visit by Treasury Secretary Janet Yellen is the second trip to Beijing by a Biden administration cabinet member in less than a month. PHOTO: THOMAS PETER/REUTERS
La visita de la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, es el segundo viaje a Beijing de un miembro del gabinete del gobierno de Biden en menos de un mes. FOTO: THOMAS PETER/REUTERS

“El acercamiento o la distensión es tal vez algo a lo que ambas partes podrían aspirar, pero ciertamente no estamos ahí ahora”, indicó Susan Shirk, especialista en asuntos chinos de la Universidad de California en San Diego.

Según Shirk, “una nube de fatalismo” se ha apoderado de ambas capitales en lo que respecta a los lazos, y los altos funcionarios están hablando, pero por razones diferentes: la administración Biden para minimizar la posibilidad de conflicto, Beijing para hacer frente a su tambaleante economía. “Es frágil”, dijo Shirk.

El principal interlocutor chino de Yellen, el Viceprimer Ministro He Lifeng, expresó su preocupación por las sanciones estadounidenses, pero afirmó que ambas partes “acordaron mantener intercambios e interacciones”, según un comunicado oficial.

El lenguaje se hacía eco de una serie de comentarios de la semana pasada de Xinhua, la agencia de noticias del gobierno chino que, al tiempo que culpaba a Estados Unidos de las tensiones, también afirmaba que “‘tres pies de hielo’ no pueden disolverse con una visita”.

Faltan otros indicadores de que los lazos son más firmes. A diferencia de su predecesor, Steven Mnuchin, en la última visita a Beijing de un secretario del Tesoro hace cuatro años, Yellen no se reunió con el líder chino Xi Jinping, que fue a inspeccionar fábricas, parques de alta tecnología y un mando militar en una provincia acomodada cerca de Shanghái.

Boeing, cuyas ventas de aviones una vez impulsaron de forma confiable las exportaciones estadounidenses a China, no ha visto un gran pedido de aviones de pasajeros de las principales aerolíneas chinas de propiedad estatal desde 2017.

En las próximas semanas se avecinan acontecimientos que pondrán a prueba el tenue esfuerzo de Washington y Beijing. Se espera que el gobierno de Biden emita una orden ejecutiva que restrinja la inversión estadounidense en el extranjero en semiconductores de vanguardia y otras tecnologías en China y otros países considerados adversarios.

Taiwán y el gobierno de Biden están discutiendo la posibilidad de que el vicepresidente del país y actual candidato presidencial, Lai Ching-te, haga escala en Estados Unidos el próximo mes y se reúna con funcionarios de camino a las ceremonias de investidura del presidente de Paraguay. Beijing, que quiere obtener el control de la isla democrática, ha sondeado a Estados Unidos sobre la carrera presidencial de Taiwán y si tiene un resultado preferido. Beijing desconfía de Lai como promotor de la independencia de Taiwán, aunque ha prometido ser pragmático y mantener el statu quo.

“Cualquier incidente, cualquier anuncio, ya sea por parte de Estados Unidos o francamente por parte de China, podría apagar las cosas rápidamente”, aseguró Wendy Cutler, exfuncionaria de comercio de Estados Unidos y vicepresidenta del Asia Society Policy Institute. “En cierto modo, esta relación está ahora mismo en la cuerda floja. Y la cuestión es si resbalas y vuelves a la cuerda, o si ocurre algo, te caes y tienes que empezar de cero otra vez”, manifestó.

Una visita a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el pasado agosto, a pesar de las objeciones de China, llevó a Beijing a cortar casi todos los contactos de alto nivel con el gobierno de Biden. Este año, las discrepancias sobre el apoyo de Beijing a Rusia y el rencor provocado por el derribo por parte de Estados Unidos de un globo de vigilancia chino, se han acentuado.

A largo plazo, Washington y Beijing han apostado por políticas que probablemente mantendrán unas relaciones inestables. Bajo el mandato de Xi, el gobierno chino está aplicando políticas ambiciosas para dominar las nuevas tecnologías y afianzar el papel de China en las cadenas de suministro mundiales, con el fin de tratar de aislar a Beijing del tipo de sanciones y otras presiones económicas que Estados Unidos y sus aliados aplicaron a Rusia tras su invasión a gran escala de Ucrania.

Las principales políticas de Biden para promover la energía limpia y la fabricación de semiconductores en EE.UU. están en parte dirigidas a alejar parte de la producción de China. Las restricciones que cortan el acceso de China a los semiconductores avanzados -que tanto disgustan a Beijing- complementan las políticas de fabricación nacional de semiconductores de Biden, al poner límites a lo que otros fabricantes extranjeros de chips pueden fabricar en China o vender allí. Las subvenciones que ofrece Estados Unidos y los aranceles vigentes desde la guerra comercial de Trump están reordenando aún más las cadenas de suministro.

Yellen declaró a la prensa en Beijing que espera que Washington y Beijing adopten nuevas medidas en interés de la seguridad nacional. Dijo que ambos gobiernos deberían ser transparentes cuando lo hagan y asegurarse de que tales medidas tengan un alcance limitado para minimizar un impacto económico más amplio.

“Hice hincapié a mis homólogos en la necesidad de una comunicación clara y directa sobre las medidas que estamos tomando y por qué las estamos tomando”, sostuvo Yellen en una conferencia de prensa antes de abandonar Beijing. “El compromiso a alto nivel es especialmente vital en momentos de tensión”, agregó

Poco antes de que Yellen llegara a Beijing, el gobierno chino anunció controles a la exportación de dos minerales críticos utilizados en teléfonos móviles, tecnología ecológica y algunos sistemas de defensa. Las autoridades chinas también han realizado en los últimos meses redadas, interrogatorios y otras medidas de presión contra varias empresas estadounidenses. Tanto los controles como las medidas enérgicas han sido interpretados por funcionarios y empresas estadounidenses como represalias por las restricciones impuestas por Biden a los semiconductores.

Yellen dijo en sus reuniones que se oponía a estas acciones e instó a China a ser más abierta sobre sus razones para hacer tales cosas. Se ofreció a discutir las medidas de seguridad nacional de Estados Unidos en caso de que tuvieran repercusiones económicas imprevistas.

Aunque Yellen no se reunió con Xi, su viaje incluyó largas conversaciones con todos los altos cargos del equipo de política económica de China, incluidos el primer ministro Li Qiang y el viceprimer ministro He, que asumieron sus cargos en marzo.

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