Osvaldo Andrade: "El empresariado tiene una decisión política tomada en el cuadro actual y es que va a endurecer su punto de vista"




Con la fotografía del ex Presidente Ricardo Lagos a sus espaldas, en su oficina de calle Paris, el timonel del Partido Socialista, el diputado Osvaldo Andrade, se hace cargo de las críticas que el ex jefe de Estado realizó esta semana a la falta de “decisión política” que ha existido en los gobiernos en los últimos años, frente, por ejemplo, a las concesiones. Sin embargo, el líder del PS asegura que las palabras del ex jefe de Estado fueron pronunciadas frente a Icare en una clara señal también al empresariado al que calificó de “mediocre” y de “falta de patriotismo”. Andrade está preocupado. Advierte que los empresarios tomaron la decisión política de endurecer su postura frente al gobierno y sus reformas. No obstante, el socialista apunta a que éstos entiendan que los cambios que encabeza la Presidenta Michelle Bachelet son fundamentales para la estabilidad del país.

¿Le ha faltado decisión política al gobierno de Michelle Bachelet como dijo Lagos?

Las palabras del Presidente Lagos no me sorprenden. Hace bastante tiempo que vengo escuchándolo a él con una particular preocupación por los temas del desarrollo del país en el largo plazo. Claro, el tema de la infraestructura sin lugar a dudas es un tema que a él además lo convoca dada su condición de ex ministro del área. Creo que lo hizo para dar una señal inequívoca no sólo de su preocupación sino que un cierto desafío al mundo público y al mundo privado para que esta mentada asociación tenga expresiones concretas y no sea sólo una frase cliché, de muy buen tono, pero de poco contenido.

Pero hubo una crítica directa al gobierno.

Siento que en muchas aéreas a los gobiernos, en general, les ha faltado decisión política, convicción política, y en consecuencia, no veo razón alguna para negarlo. El hecho que el gobierno de la Presidenta Bachelet se plantee un proceso de transformaciones estructurales da cuenta de un proceso previo en que estas cosas fueron quedando pendientes. Lagos con sus palabras avala la necesidad de un programa como el que Bachelet tiene. En lo puntual, nunca es grato escuchar críticas, pero si uno las toma en la perspectiva de que quien las hace es un ex Presidente, es decir alguien de los nuestros, desde ese punto de vista a mí no me provoca ningún inconveniente.

O sea que las críticas que vienen “desde afuera” como las del Presidente Piñera, ¿van a ser siempre rechazadas? 

Las críticas uno nunca las tiene que rechazar, siempre tiene que escucharlas, no creo que existan los gobiernos que son impermeables a las críticas. Lo que sucede es que en el caso del Presidente Piñera tengo una confusión y por eso me pareció importante precisarlo, de modo tal de saber desde dónde vienen las críticas que se nos hace. Si viene de un empresario que está preocupado porque la desaceleración puede afectar sus negocios; si viene de un ex Presidente que tendrá que reconocer que este proceso se inicia también desde un contexto exterior y durante su gobierno, haciéndose cargo de la mentira que nos dio con el 4.9% del Presupuesto; o si -como yo creo- provienen del precandidato presidencial de la derecha, que por esta vía intenta juntar sectores que hasta el día de hoy no habían mostrado una vocación de unidad muy fuerte, tanto así que en su propio gobierno no lo mostraron.

Desde La Moneda salieron a aclarar los dichos de Lagos, ¿no evidencia eso que no cayeron bien las palabras?

No sé si caen bien o caen mal, porque no me dedico a hacer auscultación en el estómago de las personas, pero creo que los gobiernos en general, incluso el del propio Presidente Lagos, tienen poca disposición a escuchar críticas, eso es una realidad. En las palabras de Lagos uno podría, en su mérito, también encontrar que hay algunas cosas que no son razonables.

¿Como por ejemplo?

No creo que las concesiones sean un bien en sí mismo. Desmiente el pragmatismo de Lagos una afirmación tan concreta como decir “ojalá concesionemos todo”, porque hay concesiones que tienen mucho sentido, pero otras no tanto y lo ha demostrado la práctica concreta. No me hago parte de estas afirmaciones tan categóricas, como se usa ahora decir, admiten matices. La frase “hay que ponerse los pantalones”, cosas así, son desafortunadas, sobre todo proviniendo de una persona, como él, tienen particular sensibilidad en ese plano. Me sonó a lo de los directores técnicos de fútbol que dicen que “hay que ponerle huevos en la cancha”, los partidos de fútbol se ganan con buen juego, no con fútbol. Son críticas que le dan mayor sentido al programa de la Presidenta Bachelet, y probablemente, en un área que en general se había, probablemente, dejado un poco de lado en tanto cuanto la actividad en el último período, por lo menos en el gobierno anterior de Bachelet, fue más bien el tema social. Por ejemplo, creo que en el gobierno del Presidente Lagos se le dio mucha importancia al tema de la infraestructura, celebró aquello, pero yo eché de menos una reforma laboral más profunda. Todo tiene su tiempo.

Y decir estas declaraciones frente al empresariado….

El empresariado tiene una decisión política tomada en el cuadro actual y es que va a endurecer su punto de vista. Creo que en el empresariado no hay disposición a mostrar un diálogo con el gobierno y con los actores sociales. El empresariado, no tiene condiciones internas para asumir una voluntad de diálogo con el gobierno y creo que vamos a ver en el próximo tiempo señales de dureza, que son propias de la frase de (Hermann) Von Mühlenbrock: “Si nos molestan mucho nos llevamos la plata fuera del país”, ese es el empresariado que tenemos. A mí no me sorprende que Lagos haya usado el encuentro Icare para hacer esta crítica. Finalmente, La crítica de Lagos es también es una crítica al empresariado y a su falta de voluntad patriótica. Hay cosas que podría hacer el empresariado sin necesidad que hubieran órdenes de la administración y lo que da cuenta de un empresariado mediocre.

Cuando usted dice que hay problemas internos que no le permiten avanzar, ¿hay falta de liderazgos entre los empresarios? 

Es falta de una convicción política básica y es que el empresariado todavía no se da cuenta que las reformas que hay que hacer apuntan a generar estabilidad en el país y su mirada no es de mediano y largo plazo. Su mirada es de corto plazo, tiene que ver con cuanta ganancia más o menos me generan las reformas que se plantean, y en consecuencia, cuánto dejo de ganar. El empresariado todavía no se da cuenta que las reformas que está planteando Bachelet tienen un fundamento político ético y es que si no las hacemos el riesgo del populismo, es un riesgo real. Debiera ser también de interés de ellos, generar condiciones para estas cosas.

Parecía un buen augurio el acuerdo por la reforma tributaria... 

De algún modo lo entendieron con la reforma tributaria, pero pareciera ser que ese veranito duró poco, porque en materia de reforma laboral lo único que escucho del empresariado es que no hay que hacerlo. Todos estamos conscientes que algunas cosas hay que hacer, incluso en interés de los propios empresarios. Cuando estamos diciendo que haya negociación colectiva para que la adaptabilidad laboral pueda ser materia de la negociación, estamos haciéndonos cargo de una bandera muy importante del empresariado que se llama flexibilidad. En temas que para el empresariado pudieran ser temas de mediano y largo plazo como éste, lo subsumen en esta incapacidad de ver las cosas con una mirada de mayor proyección.

¿Tiene preocupación de la relación actual?

Estoy muy preocupado, porque en algún momento  pensé que íbamos a encontrar a un empresariado más dispuesto a entender esta lógica. Teníamos un pacto social en Chile durante la transición, dijimos vamos a generar condiciones de gobernabilidad y estabilidad para que al país le vaya bien, para que haya crecimiento y vamos avanzando en los dramas sociales que recibimos de la dictadura, esto supone también un compromiso: no van a estar otra vez golpeando las puertas de los cuarteles. Teníamos un pacto implícito, tácito, eso se rompió con Piñera. ¿Saben cuando se rompió? Con lo de Barrancones. Cuando Piñera se pasó por el aro toda la institucionalidad que generaba estabilidad, con un telefonazo echó para abajo una inversión y todo lo demás para que decir. Entonces, hay que retomar la idea de un pacto, pero tengo la impresión que el empresariado hoy día no está dispuesto a ese pacto.

¿Se puede superar esto?

Efectivamente las cosas se pueden hacer mejor, no tengo ninguna duda. Hubo una valoración un poco deficitaria de la magnitud de la desaceleración y claramente, eso no se resuelve solo con la ejecución del presupuesto en su integralidad, se refuerza eso necesariamente con medidas contracíclicas y para eso hay que hacer un esfuerzo y la relación con los privados tendrá que sostenerse en este ámbito en el que estamos discutiendo cuestiones estructurales. Sé que no es un escenario fácil, pero la alternativa de paralizar la agenda de gobierno para enfrentar la situación implica otros tipo de problemas y es que aquellos que son los sujetos de las promesas tendrían perfecto derecho a empezar a decir “si nos están diciendo lo mismo de siempre, volvamos a la calle” y eso los empresarios no lo toman en cuenta.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.