Relojes inteligentes, los grandes ganadores de la pandemia

Junto con las bandas deportivas y los audífonos, estos aparatos aumentaron drásticamente sus ventas en medio de la crisis sanitaria, debido a las últimas tecnologías incorporadas en relación a la salud. Los modelos más recientes incluso pueden ayudar a monitorear lavado de manos, calidad del sueño, oxigenación en la sangre y muchos otros.


Este martes, Apple dejó de lado la habitual ceremonia de presentación del nuevo iPhone, para centrarse en el iPad y el Apple Watch Series 6, reloj que viene a coronar un año cuantioso en lo que se relaciona a dispositivos vestibles o “wearables”, en medio de la pandemia por coronavirus.

De acuerdo a cifras de Counterpoint Research, este mercado fue uno de los grandes beneficiados -junto a los videojuegos- con el confinamiento, aumentando durante la primera mitad de 2020 en un 20% en todo el mundo, con unos 42 millones de dispositivos vendidos.

Y aunque la ausencia del iPhone en el evento del martes puede ser sólo una anécdota, también le ofreció a Apple la oportunidad de mostrar sus avances en la industria de la salud, donde el reloj de la empresa californiana cumple un papel fundamental, justo en el la parte más álgida de una pandemia mundial en donde la importancia del vínculo entre salud y tecnología se incrementó notoriamente.

Mariangella Castagnino, Analista de Consumo de IDC Chile, coincide en que estos productos aumentaron su demanda debido a la crisis sanitaria. “Inclusive para wearables, como categoría de producto, sigue existiendo una oportunidad de crecimiento. Las marcas están poniendo foco en la estrategia de ofrecer un ecosistema con productos inteligentes como tabletas, smartphones, audífonos, smart bands y smartwatches”, dice.

“En Chile, los usuarios finales han tenido una buena adopción de este tipo de dispositivos, enfocados principalmente en la productividad y para mejorar la calidad de vida. Por poner un ejemplo, las personas a la hora de elegir este tipo de productos buscan, por un lado la facilidad de contar con características para controlar el ritmo cardiaco o el sueño, ya que cada vez es más importante realizar ejercicio o algún deporte; y por otro lado mantenerse conectados y revisar correos y mensajes desde el reloj” agrega Castagnino.

“Otra categoría que ha tenido un crecimiento explosivo son los audífonos inteligentes. Ahora, debido a la pandemia, han sido utilizados para reuniones laborables por medio de videollamadas o a la hora de hacer deporte, pues dan la impresión de incorporarse a una comunidad de usuarios”, dice la analista.

Según IDC, en 2019 se enviaron casi 70 millones de relojes inteligentes y para 2023 el volumen total alcanzará los 110 millones en todo el mundo, incluso superando a los ya mencionados audífonos bluetooth y bandas deportivas. La consultora señala que la industria de los smartwatches es liderada por Apple y watchOS por un amplio margen, siendo seguido por sistemas operativos como Tizen de Samsung y WearOS de Google, junto a su reciente adquisición, Fitbit OS.

El costo de la vida

Pero el enfocarse en el sector médico, más allá del deporte, tiene sus costos. Apple no cobra a los usuarios ni por ninguna de sus aplicaciones o servicios de salud -excepto por los relojes-, y es posible que los datos generados por el uso de estos aparatos y los estudios clínicos, de los cuales se anunciaron tres más este martes, puedan ser beneficiosos para ayudar a mejorar las capacidades del Apple Watch en el futuro.

De hecho, ya con el primer reloj, Apple introdujo ResearchKit, un software libre que permite a los investigadores médicos encontrar sujetos para sus estudios. De esta forma, instituciones académicas y farmacéuticas pueden inscribir a los usuarios en ensayos clínicos y recopilar datos de los relojes para aprender más sobre el cuerpo humano. Los resultados se han visto con estudios sobre la salud de la mujer, la salud cardíaca y la audición, que derivaron en aplicaciones ya disponibles para los usuarios.

Pero muchas veces esa detección no es 100 por ciento precisa, y falsos positivos pueden enviar a los pacientes al médico innecesariamente. Además, aunque los datos entregados por relojes inteligentes son valiosos, sólo funcionan como una estimación y en ningún caso deben tomarse como reemplazo de equipos médicos profesionales, ni basarse en el diagnóstico de un cuadro por Covid-19. Ante sospechas o presentación de síntomas, es necesario acudir a un especialista.

Hoy, relojes como Galaxy Watch Active2 de Samsung y el mismo Apple Watch son capaces de detectar signos de fibrilación auricular, un trastorno cardíaco potencialmente mortal. La surcoreana se encuentra tramitando los permisos con la FDA, mientras que el dispositivo de Apple incluso se encuentra en Chile con esta función.

Apple no es el único que busca impulsar sus aparatos hacia la atención médica, ya que Samsung, Huawei, Garmin y Fitbit poco a poco están armando un camino similar. Otros como Verily de Alphabet (matriz de Google) también se encuentran realizando esfuerzos en ensayos clínicos, y Amazon se hace lo propio con el servicio de medicamentos recetados PillPack y el verificador de síntomas en línea Health Navigator. Además, está la iniciativa Healthcare NExT de Microsoft que se enfoca en la inteligencia artificial para el cuidado de la salud.

Sin embargo, hoy ninguna de ellas tiene la enorme base instalada de leales usuarios del Apple Watch, que superan en ventas a toda la industria de relojes suizos, según un informe de Strategy Analytics de febrero de este año. Esto le da una gran ventaja a la empresa en el área, por ahora.

Lo más nuevo

Lo último en el área de la salud “vestible” son los detectores de caídas, la medición de la calidad del sueño, oxigenación en la sangre, y los recordatorios para lavarnos las manos, entre otros.

En el caso de los detectores de caídas, los relojes pueden detectar un movimiento inusual y repentino que de cuenta que el usuario perdió el equilibrio. Esto se logra a través de algoritmos y los sensores, que incluso pueden enviar avisos a personas cercanas para dar cuenta que hubo un accidente.

Por otro lado, la medición del sueño es una de las funciones más solicitadas por los usuarios, sólo recientemente fue añadida por Apple, Fitbit, Samsung, Garmin y Huawei debido al gasto en su batería. En su mayoría funcionan de forma similar a aplicaciones que ya se encontraban gratuitas en las distintas tiendas virtuales, vale decir que el reloj detecta automáticamente -puede ser de forma manual también- cuando el usuario comienza su ciclo de sueño, y entrega datos al otro día en la mañana.

Fitbit Sense por otro lado, además del habitual medidor de frecuencia cardíaca, cuenta con un sensor EDA para ayudar a controlar el estrés, y un sensor de temperatura de la piel en la muñeca, todo con una batería de más de 6 días.

Y a propósito de la recomendación de lavarse las manos en medio de la pandemia de coronavirus, Samsung lanzó una aplicación en mayo para varios de sus relojes, mientras que el Apple Watch lo añadió con su última actualización, watchOS 7. Para ambos, se activa una alerta para que recordemos ir al baño a asearnos las manos por 20 segundos. En el Apple Watch, el reloj “escucha” cuánto tiempo tenemos la llave abierta, y detecta con el movimiento de las manos y los sensores, si estamos haciendo un buen trabajo.

Finalmente, en cuanto a la oxigenación de la sangre, también anunciado en el nuevo Apple Watch, las posibilidades son más amplias por diversos fabricantes, pero también más complejas.

La estimación del nivel de saturación de oxígeno en la sangre y la detección de la dificultad para respirar son ideales en este momento que estamos enfrentando, ya que se trata de uno de los síntomas característicos de Covid-19, además de muchos otros. Los médicos suelen buscar un rango de 95 a 100% para pacientes sanos. Los niveles de oxígeno por debajo del 90% indican una emergencia clínica , según la Organización Mundial de la Salud.

Estos relojes inteligentes cuentan con un pulsioxímetro que permite realizar una estimación de la saturación de oxígeno. Cuando ella se encuentra por debajo del 90% se produce hipoxemia, es decir, un nivel por debajo de lo normal de oxígeno en la sangre, y eso puede llevar a la dificultad respiratoria.

“Estos datos se miden a través del porcentaje de hemoglobina arterial, pero hay que tener claro que tener una saturación de oxígeno normal no necesariamente descarta compromiso pulmonar, ya que en fases iniciales de neumonía sí se puede tener una saturación en rangos normales”, explica el médico internista de Clínica Las Condes y el Hospital Padre Hurtado, Diego Ruedi.

Asimismo, el profesional agrega que “la utilidad de los smartwatches en estos casos es que permiten una aproximación a la oxigenación del paciente, pero nunca se debe perder de vista la respiración (frecuencia respiratoria) y los síntomas de alarma como la disnea, es decir dificultad respiratoria o sensación de falta de aire”, afirma.

En el mercado, relojes inteligentes de Garmin y el Apple Watch, incluyen pulsioxímetros, que ayudan a calcular la capacidad de oxigenación. Por tanto, podrían ayudar a estimar ciertos síntomas asociados a la enfermedad en etapas tempranas. Según Macarena Silva, jefa de marketing de Garmin Chile, “para ello es necesario que el equipo ‘conozca a su dueño’, es decir, el usuario debe utilizar el smartwatch por un periodo de tiempo determinado para saber bien cuáles son sus niveles normales de oxigenación y así, determinar si existen ciertas anomalías”.

Sin embargo, también aclara que esta herramienta debe ser tomada con precaución debido a que el rastreo ofrece estimaciones y las posibilidades de detectar fluctuaciones asociadas a problemas respiratorios agudos o crónicos, podría no ser tan exacto.

“Por norma general, los smartwatches que incluyen esta herramienta se usan para medir el nivel de este parámetro durante sesiones deportivas de alto rendimiento, o bien para analizar las etapas del sueño, como sueño profundo, ligero o REM, útiles para detectar apneas”, indica Silva.

“Tuvimos el caso de una paciente joven y sana con Covid-19. El primer día presentó una disnea leve, ella no sabía si ir a urgencias, pero tenía un reloj Garmin, por lo que se midió la saturación. Saturaba al 98% y al ser una paciente joven, sin enfermedades basales y de bajo riesgo, se mantuvo tranquila, monitoreando su saturación con el reloj y no desarrolló neumonía”, explica el doctor Ruedi.

En el caso del Apple Watch, el sensor de oxígeno en la sangre tiene cuatro LED y cuatro fotodiodos integrados en el cristal trasero del reloj, trabajando con la app Oxígeno en Sangre para determinar los niveles de oxígeno. Los LED verdes, rojos e infrarrojos proyectan luz sobre los vasos sanguíneos de la muñeca, y los fotodiodos miden la cantidad de luz reflejada. Unos algoritmos analizan el color de la sangre, lo que determina la cantidad de oxígeno que contiene.

Aunque el reloj es más caro que un oxímetro de pulso de farmacias, hay muchas ventajas en tener la herramienta a mano en todo momento.

Un estudio de junio en Chicago a 77 pacientes encontró que los oxímetros de pulso detectaban de manera confiable los casos graves de coronavirus entre los pacientes que monitoreaban constantemente sus niveles de oxígeno a lo largo del día. Se encontró que menos de 20 de ellos registraron niveles de oxígeno bajo 92% mientras estaban en casa, y casi todos regresaron al hospital. De los 58 pacientes que tenían niveles de oxígeno en sangre iguales o superiores al 92%, menos del 20% regresaron a la sala de emergencias.

Además, hay otro componente relacionado con la salud mental. En el estudio, los pacientes dijeron que se sentían más cómodos al no tener que regresar al hospital tras analizar sus niveles de oxígeno y comprobar que eran normales, lo que también podría ayudar a exponer menos a las personas a posibles contagios y descongestionar los centros médicos.

También en relación a la pandemia, en mayo Fitbit anunció un estudio destinado a crear un algoritmo que detectara la presencia de Covid-19 antes que comiencen los síntomas. En poco más de dos meses, inscribieron más de 100 mil usuarios, con más de mil casos positivos del virus reportados.

En sus hallazgos iniciales, la compañía señala que casi el 50 por ciento de los casos de Covid-19 pudo ser detectado un día antes que los participantes informaran el inicio de los síntomas con un 70 por ciento de especificidad.

“Nuestro estudio también refuerza que la frecuencia respiratoria, la frecuencia cardíaca en reposo y la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) son métricas útiles para indicar el inicio de la enfermedad y se controlan mejor por la noche, cuando el cuerpo está en reposo. Nuestra investigación muestra que la VFC, que es la variación latido a latido del corazón, a menudo disminuye en personas que presentan síntomas de enfermedad, mientras que la frecuencia cardíaca en reposo y la frecuencia respiratoria suelen estar elevadas”, indica el Dr. Conor Heneghan, director de investigación y algoritmos en Fitbit.

Fitbit asegura que en algunos casos, las métricas comienzan a señalar cambios casi una semana antes que los participantes informaran síntomas: en promedio, la variabilidad de la frecuencia cardíaca alcanza su punto más bajo el día después de que se informan los síntomas; los aumentos en la frecuencia cardíaca en reposo se normalizan, en promedio, al menos 5-7 días después del inicio de los síntomas; y la frecuencia respiratoria alcanza su punto máximo típicamente el día 2 de los síntomas, pero hay una ligera elevación, en promedio, hasta 3 semanas después del inicio de los síntomas.

“También estamos viendo que el síntoma más común informado fue la fatiga, que estaba presente en el 72 por ciento de los participantes que informaron tener Covid-19. Esto fue seguido por dolor de cabeza (65%), dolor de cuerpo (63%), disminución del gusto y olfato (60%) y tos (59%). Es de destacar que solo el 55% de las personas que informaron Covid-19 presentaba fiebre, un indicador que la detección de la temperatura por sí sola no puede ser suficiente para comprender quién podría estar infectado”, asevera la empresa.

“Los casos leves (aquellos que se recuperaron en casa por su cuenta) muestran una duración media de 8 días, mientras que los casos moderados (aquellos que se recuperaron en casa con la ayuda de otros) duran alrededor de una semana más, con una duración media de 15 días. Para los casos graves (pacientes que terminan requiriendo hospitalización), la duración media de la enfermedad fue de aproximadamente 24 días. Pero esta duración tuvo una gran difusión, con varios casos que duraron más de dos meses", dice Fitbit.

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