Roberto Tamai, constructor del telescopio más grande del mundo: “Abrirá una ventana hacia lo desconocido”

Roberto Tamai, director del proyecto ELT. Foto: Bastián Sepúlveda (La Tercera)

Ya en la recta final, el director del Extremely Large Telescope (ELT) cuenta las principales ventajas de tener este gigante astronómico en suelo chileno. También, relata todas las dificultades que han tenido para llevar espejos de alta tecnología al corazón del Desierto de Atacama.


“¿Tienes dos minutos para hablar?”. Bastó que eso le dijeran a Roberto Tamai en 2013 para que su vida cambiara. Desde la oficina en Santiago del Observatorio Europeo Austral (ESO por sus siglas en inglés) le ofrecieron dirigir la construcción del telescopio más grande del mundo, el Extremely Large Telescope (ELT). La propuesta lo dejó sin aire, según recuerda.

El ingeniero mecánico italiano pasó por la Universidad de Nápoles Federico II y por la Universidad de California, donde hizo su doctorado en mecánica de combustión de autos, para después trabajar para el Centro Italiano de Desarrollo Aeroespacial (CIRA).

Roberto Tamai, constructor del telescopio más grande del mundo: “Abrirá una ventana hacia lo desconocido”

Quiso ser astronauta. De hecho, en Italia se inscribió y quedó entre los 50 seleccionados, pero un tornillo en su rodilla izquierda lo dejó fuera de competencia. Finalmente cambió sus planes de ir hacia el espacio, por la construcción de telescopios de vanguardia. Su misión cambió, y pasó al campo de edificar “ventanas hacia lo desconocido”.

Llegó a Chile en 1999 como mecánico en el Observatorio Paranal, al sur de Antofagasta. Luego pasó a ser jefe de mecánicos y después responsable de toda la ingeniería de los telescopios de Paranal. Todo ese camino lo llevó a ser el indicado para dirigir el proyecto astronómico más ambicioso de la historia: un telescopio capaz de detectar vida en exoplanetas y ver en insospechadas longitudes de espacio y tiempo. Se espera que el ELT realice su primera observación hacia el universo —su “primera luz”— en septiembre de 2028.

Construcción del Extremely Large Telescope (ELT), el más grande del mundo. Foto: ESO.

En esos días lo conversó con su madre, que estaba muy enferma.

—¿Qué hago, qué piensas?—

Ella no sabía los detalles, pero en ese entonces le comentó que tomara el trabajo si era lo que le gustaba, si era lo que lo hacía feliz. Bastó eso para que Tamai se embarcara en la titánica misión de construir el que será el telescopio más grande del mundo. Está ubicado en Cerro Armazones, en pleno Desierto de Atacama. En entrevista con Qué Pasa, el mecánico italiano comenta cómo han sido estos diez años de construcción de un telescopio que promete ver cosas que aún no se pueden imaginar.

-¿Cómo ha sido el desarrollo del proyecto ELT?

Para mí es importante levantarme e ir a la oficina a hacer algo que me hace feliz. Tomar a cargo el ELT desde el principio de su construcción me dio miedo, pero al mismo tiempo tuve el coraje para tomar la decisión. Obviamente que solo no podría hacer nada, necesito del equipo. Esa fue mi primera preocupación de tener: la gente que me pueda ayudar, con la cual puedo hacer todas estas cosas.

-¿Y tenía el conocimiento de qué significaba el proyecto ELT?

Sí, porque ya estaba en el equipo como ingeniero de sistemas. Pero es completamente diferente estar a cargo de eso, tener la responsabilidad, a ser parte del equipo. Pero yo nunca me he sentido como el único del ELT, yo no puedo hacer nada si estoy solo. Tengo que hablar, tengo que confiar, tengo que tomar la decisión junto con todas las otras personas de la ESO que me ayudan.

Pero fue esa pregunta que cuando el director general me pidió si yo estaba interesado en tomar el cargo, yo pienso que fueron algunas noches que no dormí para pensar qué voy a contestar. Pero al final me dije que tengo gente conmigo que me puede ayudar, que me va a ayudar a hacerlo, entonces sí. Desde febrero de 2014 que estoy oficialmente a cargo del ELT.

Roberto Tamai. Foto: Bastián Sepúlveda (La Tercera).

-¿Cuáles han sido los mayores desafíos en esta década de construcción del telescopio?

Construir un telescopio, un telescopio moderno, de los gigantes, quiere decir construir muchísimas piezas. No es solamente la cúpula que ustedes ven desde afuera; no es solamente el telescopio, la estructura metálica que está dentro de la cúpula, pero hay todos los espejos, toda la estructura que va a poner los espejos en el justo lugar, en la forma justa que tiene que ser siempre. Entonces, construir un telescopio hoy quiere decir seguir muchísimos contratos.

Tenemos el último espejo del telescopio, el M5, que está hecho de un material muy firme, liviano y con característica particular para ser movido rápidamente, manteniendo su cara plana. Está hecho de silicio de carbón con una capa para llegar al pulido necesario para la longitud de onda donde el lente va a observar. Eso tecnológicamente es uno de los pasos más difíciles desde el punto de vista técnico.

Después hay problemas comerciales, hay empresas que tienen problemas por la pandemia, hay asuntos de la guerra, donde la inflación ha afectado muchísimo, contratistas en particular en Europa. Entonces me puedes preguntar cuál es la parte más difícil. Yo he tenido la dificultad técnica y financiera.

Hay algunos contratistas que tuvieron grandes problemas financieros y que estuvieron cerca de la banca rota. Y al final, afortunadamente, alcanzaron a salir de muy buena manera. Entonces, tengo un panorama de problemas cada día diferente a lo cual ojalá estemos buscando soluciones.

-Me hablaba de que los espejos son una parte importante. ¿Esos fueron traídos desde Europa?

El ELT está constituido de 5 espejos diferentes. El primero tiene 798 espejos, más 133 para repuesto, y llegaron los primeros 18. Estos son segmentos hexagonales alrededor de un metro y medio de diámetro. Fueron los primeros, pero ahora tenemos esa cadena de producción. Están llegando ya 54 más en abril, después en junio más. Cuando los espejos lleguen tenemos que poner una capa reflectante y tenemos también que armarlo de los sensores de bordes para tener todos los espejos se mantengan en sus posiciones.

Modelo del ELT, que se espera que tenga su "primera luz" en septiembre de 2028. Imagen: ESO.

-¿Sigue siendo entonces que la primera luz del telescopio se verá en septiembre de 2028?

Eso sigue así. Obviamente los problemas están a la vuelta de la esquina, pero hasta hoy día tenemos la primera luz en 2028.

-Pero esa no era la fecha original en un principio ¿Cómo también manejan esos factores que se producen y retrasan la obra?

Tuvimos algunas semanas de atraso en el telescopio porque no podíamos traer material en 2019, debido al estallido social. Lo mismo pasó con la pandemia, donde tuvimos más de un año de atraso porque debimos cerrar el área en Cerro Armazones. Y con los problemas de la pandemia y de la guerra en Ucrania, donde se alargaron los tiempos de entrega de algún componente electrónico.

Al principio el programa fue aprobado en dos fases, por un asunto financiero de la organización. Entonces se atrasaron las aprobaciones de algunas piezas. Después mejoramos la situación financiera con un nuevo país miembro que llegó a la ESO y pudimos aprobar también los ítems que fueron postergados a una situación futura. Y con eso estaba la primera luz en el 2026. Ahora, con la pandemia y con toda la otra dificultad que hemos tenido hasta hoy día, esperamos la primera luz en 2028.

-Hace poco se supo que el otro telescopio que se construye en Chile, el Gigante de Magallanes, está bajo peligro de no continuar su construcción debido a un recorte del presupuesto ¿Eso es un factor que repercute en la ESO, y en la construcción del ELT?

Donde necesitan más personas, o hay algo que tienen que implementar para mitigar un riesgo, entonces se necesita el dinero para llegar hasta el final del proyecto.

-¿Pero ustedes nunca han tenido recorte de los presupuestos?

No, en teoría no. Pero seguramente es una dificultad que cualquier proyecto gigante obviamente tiene, o yo pienso que todos van a tener.

Roberto Tamai. Foto: Bastián Sepúlveda (La Tercera).

ELT: una ventana hacia lo desconocido

-¿Cómo se va a diferenciar el ELT de los otros telescopios gigantes?

Obviamente el tamaño del espejo primario que va a consentir dos cosas. Con este telescopio podemos separar la luz de un exoplaneta de la luz de la estrella cercana. Hoy no hay telescopios que pueden hacer eso con esa capacidad resolutiva. Con esos telescopios también está el poder de adquirir fotones que podemos mirar objetos muy lejanos. ¿Por qué? Porque tiene la superficie de adquisición de la luz que es gigantesca.

Entonces eso nos permite en la unidad de tiempo de tomar muchos fotones desde lejos para ir detrás del tiempo. Podemos ir a los 300 millones de años después del Big Bang, y entender cómo se formaron las primeras estrellas, cómo se formaron las primeras constelaciones.

-¿Qué ocurre también con la exploración de materia orgánica? A lo mejor puede ser un paso hacia el permanente anhelo de encontrar vida en otras partes.

Sí, con el telescopio podemos analizar la atmósfera de los exoplanetas. Podemos ver si en esa atmósfera hay biomarcadores, si hay algún índice de oxígeno, de agua, de contaminación. Entonces podemos entender su atmósfera, cómo están compuestas, lo que se puede consentir una vida como la conocemos nosotros.

-¿Usted va a quedar a cargo del telescopio como director, una vez terminado, o va a emprender su rumbo a construir otros telescopios quizás?

Agradezco esta pregunta porque quiere decir que parezco joven. Pero no, yo voy a entregar el telescopio a la Unidad de Operaciones del observatorio Paranal. El ELT va a ser un telescopio más del observatorio Paranal, que lo va a operar y mantener exactamente como ya hoy día lo hacen con las cuatro unidades del VLT, como el Vista, el VST, que son dos telescopios que están arriba en el observatorio. Entonces, para mí el tiempo corre hacia jubilarme.

Cerro Armazones, lugar donde estará ubicado el the Extremely Large Telescope (ELT).

-¿Qué espera que el ELT entregue una vez terminado?

Mi objetivo es absolutamente terminar el ELT demostrando su performance, sus características. Tiene que ser una máquina que nos abre el conocimiento en algo que hoy día no tenemos tampoco la pregunta de qué vamos a estar buscando. Yo siempre he dicho que para mí que eso es una carretera hacia la conciencia. Es un instrumento que estoy ayudando a construir para mis hijos, mis nietos, tus hijos, tus nietos, de toda la humanidad.

Porque es algo que nos va a permitir ver donde hoy día no sabemos tampoco que existe algo, entonces nos va a abrir una ventana hacia lo desconocido.

-¿Cómo usted ve su carrera en retrospectiva? Una carrera a cargo de construir telescopios.

Yo estoy muy feliz, primero de todo, de haber usado mi conocimiento para la humanidad en el lado positivo. A veces me despierto y me pregunto si hubiese estado trabajando en la construcción de un avión militar o algo así. Bueno, eso no me habría gustado.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.