Big Joke, jefe policial a cargo del caso de Daniel Sancho, es investigado por presunta corrupción

Big Joke, jefe policial a cargo del caso de Daniel Sancho, es investigado por presunta corrupción.

La oficina a cargo de investigar delitos cibernéticos registró la vivienda de Big Joke este lunes, con el fin de hallar pruebas por un presunto soborno de 3,6 millones de euros.


El caso de Daniel Sancho no ha parado de estar en el centro de atención. El 2 de agosto, Edwin Arrieta fue asesinado y descuartizado en la isla Ko Pha Ngan. Días después Sancho, autor confeso del crimen, ingresaba la cárcel de Koh Samui, lugar en que se mantiene hasta hoy mientras espera que llegue el juicio. Desde entonces que se han conocido los detalles de cómo ocurrió el crimen del cirujano plástico, cuál fue el móvil del homicidio y qué es lo que se podría avecinar para Sancho en Tailandia.

En esta ocasión, es el rostro más visible de la investigación quien está en la mira: Surachate Hakparn, subdirector de la policía tailandesa que está a cargo de supervisar el caso de Sancho. El general que es mejor conocido como Big Joke está siendo investigado por corrupción, tras haber recibido un presunto soborno de 3,6 millones de euros.

Por qué Big Joke está siendo investigado por supuesta corrupción

De acuerdo al medio tailandés The Bangkok Post, la mañana de este lunes la casa de Big Joke, ubicada en las afueras de Bangkok, fue registrada por un grupo de agentes policiales de la Oficina de Investigación de Delitos Cibernéticos.

En concreto, la indagatoria buscaba encontrar pruebas de sobornos que habría recibido el subdirector de la policía de parte de casas de apuestas online que operan de forma ilegal, dado que en Tailandia está prohibido el juego desde hace casi un siglo.

Big Joke ha hablado públicamente del caso de Daniel Sancho en varias ocasiones.

Además de la vivienda en que reside Big Joke, se registraron otras cinco más que le pertenecían y que había adquirido para que vivieran sus subalternos. Según la Oficina de Investigación de Delitos Cibernéticos, esos subordinados también están en la mira por supuestos sobornos.

El medio tailandés destaca que inicialmente Big Joke se habría negado a que los agentes entraran en su vivienda, argumentando el cargo que poseía dentro de la policía. El conflicto se logró resolver cuando llegó el jefe del equipo de búsqueda.

Más allá de los registros que implicaba la operación, no hubo una orden de arresto para Surachate Hakparn, por lo que se encuentra en libertad. Varios funcionarios policiales que eran sus subordinados sí tenían órdenes de arresto y fueron detenidos en la instancia.

Una vez que finalizó todo, Big Joke decidió declarar ante los periodistas para insistir en su inocencia. “He trabajado en muchos casos, esto puede haber afectado”, apuntó según consigna EFE.

El número dos de la policía tailandesa también hizo hincapié en lo ilegal que fue la inspección de su hogar, dado que en el documento no figuraba la orden de registro, sino que únicamente la dirección de la casa. Aquello habría sido un intento por engañar al tribunal, afirmó.

Desde que estalló el caso de Daniel Sancho en Tailandia, Big Joke ha sido el encargado de supervisar la investigación.

Cabe destacar que esta investigación se da tan solo días de que se jubile el director de la policía tailandesa, Damrongsak Kittiprapas. Tanto Big Joke como los otros tres jefes adjuntos de la policía serán elegibles para liderar la institución. Sin embargo, el primero ha dicho que no está buscando tener el cargo.

Las indagatorias por el crimen de Edwin Arrieta en Ko Pha Ngan continúan llevándose a cabo, pues la policía tiene 84 días para realizar su investigación a partir del momento en que Sancho ingresó a prisión preventiva en el penal de Koh Samui, es decir, desde el 7 de agosto. Una vez que finalice ese proceso, los funcionarios deberán entregar un informe a la Fiscalía para determinar la fecha en que se desarrollará el juicio.

Por ahora se desconoce si es que este hecho tendrá algún tipo de repercusión en el rol que Big Joke ejerce dentro del caso de Sancho y Arrieta.

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