La sorprendente historia del hombre que sería el más alto del mundo

La sorprendente historia del hombre que sería el más alto del mundo. Foto: BBC.

A pesar de que la población de su localidad en Ghana era consciente de que tenía más altura que la mayoría de las casas, no contaban con los recursos necesarios para medirlo. Frente a tal incertidumbre, un reportero viajó hasta allá para ayudar a disipar las dudas en torno a la longitud de su cuerpo. Conoce su historia acá.


Cuando Sulemana Abdul Samed (29), más conocido como Awuche, asistió a uno de sus controles médicos recurrentes en Gambaga, un pueblo del noreste de Ghana, los doctores lo sorprendieron con una alarmante noticia: había alcanzado los 2.89 metros de altura.

Si bien, el equipo del hospital no contaba con los artefactos adecuados para asegurar que la medición fuese exacta —de hecho, llegaron a la cifra con la ayuda de un palo de madera— , sí tenían certeza de algunos puntos.

“Has crecido más que la báscula”, le dijo una de las enfermeras que lo atiende frecuentemente, según declaraciones reunidas por la BBC. Y en caso de que su estimación fuese correcta, tales números lo convertirían en la persona más alta del mundo.

Awuche. Foto: BBC.

Pero a pesar de que ese título resulta llamativo para muchos usuarios de redes sociales, quienes han llegado hasta Gambaga para sacarse fotos con él, la historia de Awuche es más profunda que un par de dígitos numéricos.

El hombre que sería el más alto del mundo

Un corresponsal del citado medio en la zona, Favour Nunoo, viajó al pueblo de Ghana para conseguir resultados más exactos. Con este objetivo, guardó una huincha de medición de cuatro metros en su mochila y se juntó con Awuche para evaluar su altura. Pese a que encontrar una pared más alta que él fue una tarea difícil, finalmente llegaron a un edificio en el que pudo apoyarse.

“Por la forma en que me miden, no puedo decir que todo sea perfecto”, le dijo el ghanés, quien antes de quedar descalzo, vestía unos zapatos confeccionados a partir de neumáticos, debido a que no podía encontrar calzado de su talla.

Medición de Awuche. Foto BBC.

Una vez posicionado, un ciudadano local se subió a un taburete junto a la huincha y marcó la pared con un pedazo de carbón, justo arriba de la cabeza de Awuche. El resultado: 2.14 metros, es decir, menos que Sultan Kösen (40), quien vive en Turquía y actualmente tiene el récord Guinness a nivel mundial.

“Apenas mide un pie más que tú”, le comentó el corresponsal de la BBC, a lo que el ghanés le respondió que su cuerpo sigue creciendo y que “quién sabe, quizá algún día yo también llegue a esa altura”.

Awuche y su hermano mayor. Foto: BBC.

“Crezco cada tres o cuatro meses”, añadió, “si no me vieras en ese tiempo y nos encontráramos, te darías cuenta”.

El diagnóstico y los síntomas de Awuche

Awuche padece el síndrome de Marfan, un trastorno genético que afecta a los tejidos conectivos del cuerpo y que hace que tanto las extremidades como la columna se vuelvan “anormalmente” largas y que, entre otras complicaciones, enfrente problemas cardíacos que podrían ser severos.

Es por esto que acude habitualmente al hospital de su pueblo, en donde paga 50 dólares (más de $43.000 pesos chilenos) por cada consulta.

Según relató al citado medio, sintió los primeros efectos del síndrome a sus 22 años, periodo en el que se había mudado a Accra, la capital de Ghana, para trabajar en una carnicería y reunir dinero para tomar clases de conducción.

Awuche. Foto: BBC.

“Me di cuenta de que la lengua se me había dilatado en la boca hasta un punto en que no podía respirar”, comentó sobre el día que notó la primera consecuencia más intensa, para luego añadir que al poco tiempo percibió que también estaba aumentando en altura, un factor que perdura hasta la actualidad.

Los cambios en su rutina

Tales dificultades lo obligaron a renunciar a su empleo y volver a Gambaga hace seis años, su pueblo natal, en donde abrió un local en el que vende créditos para teléfonos celulares.

Awuche. Foto: BBC.

“Pensaba ir a la autoescuela, pero incluso cuando muevo el asiento hacia atrás, no puedo sujetar el volante (...) no puedo estirar la pierna, porque mi rodilla lo golpearía”, dijo al citado medio, “antes jugaba al fútbol como cualquier otro joven, era atlético, pero ahora ni siquiera puedo andar distancias cortas”.

Pero a pesar de las complicaciones, Awuche se muestra receptivo cuando las personas que lo ven se acercan para sacarse una foto con él y subirla a sus redes sociales. En sus palabras, “así es como Alá lo eligió para mí (...) no tengo ningún problema con la forma en que Dios me creó”.

Awuche junto al reportero que ayudó a medirlo (a la derecha). Foto: BBC.

Mientras tanto, está enfocado en el crecimiento de su negocio, para así recaudar los fondos que necesita para costear sus tratamientos y una cirugía en una pierna, un tobillo y un pie, partes de su cuerpo que se han visto afectadas gravemente por su progresivo crecimiento.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.