Por qué las personas sin contacto con familiares o amigos tienen más riesgo de morir

Personas sin contacto con familiares o amigos tienen más riesgos de morir, según estudio.

Una investigación de la Universidad de Glasgow analizó las interacciones sociales de casi 500.000 personas entre 40 y 70 años. Los resultados reflejaron que si el aislamiento se daba en más de una dimensión, el riesgo de morir era mayor.


Pese a que vivimos en una época en que las vías de comunicación son mucho más instantáneas y accesibles, millones de personas en el mundo se sienten profundamente solas o socialmente aisladas. Aquel fenómeno se ha vuelto un problema de salud pública, teniendo en cuenta que las relaciones sociales escasas están asociadas a patologías como depresión, ansiedad, enfermedades del corazón y Alzheimer.

Ahora, científicos de la Universidad de Glasgow (Reino Unido) sugieren que la falta de interacción social también podría influir en disminuir la extensión de vida.

El estudio publicado recientemente en la revista BMC Medicine plantea que las personas que nunca tienen visitas de sus seres queridos presentan más probabilidades de morir, si se les compara con quienes sí ven a sus amigos o familiares.

La soledad está asociada a más riesgo de morir

Usando datos obtenidos por el Biobanco del Reino Unido, los investigadores hicieron seguimiento a las interacciones sociales de 458.146 individuos que tenían entre 40 y 70 años, por un periodo de 12,6 años.

El análisis se enfocó en cinco aspectos de las conexiones sociales que tenían los participantes. Los primeros eran funcionales y correspondían a la frecuencia en que sentían que podían confiar en otra persona, cuán a menudo se sentían solos en su vida y cuántas veces veían a sus seres queridos, fueran amigos o familiares. Los otros aspectos eran estructurales y tenían que ver con las actividades grupales que hacían en la semana y también si es que vivían solos en el hogar.

En el periodo en que se hizo el rastreo 33.512 participantes fallecieron, lo que corresponde a un 7%.

Los investigadores de la Universidad de Glasgow hicieron seguimiento a las interacciones sociales de los participantes.

Los resultados del estudio exhiben que las personas que nunca eran visitadas por sus familiares o amigos menos tenían un riesgo 39% mayor de fallecer, a pesar de que realizaran actividades grupales durante la semana.

Si el aislamiento social se daba en varias dimensiones, las probabilidades de morir aumentaban, indica el estudio. Por ejemplo, en los participantes que nunca veían a sus seres queridos y además vivían solos, se identificó un riesgo 77% mayor de fallecer.

En el caso de las personas que recibían visitas al menos una vez al mes en sus viviendas, las probabilidades de fallecer fueron menores. Lo anterior sugiere que contar con esa interacción social en la vida podría tener un “efecto protector”.

“El riesgo parece estar entre las personas que están muy aisladas y que nunca ven a amigos y familiares o los ven con menos frecuencia que una vez al mes”, explicó Jason Gill, académico de salud cardiometabólica en la Universidad de Glasgow y uno de los autores de la investigación.

A raíz de lo anterior, Gill recalcó cuán importante es ir a ver de vez en cuando a esos familiares que están solos o socialmente aislados.

Contar con interacción social en la vida podría tener un “efecto protector”, según los investigadores

La investigación no exploró por qué la falta de interacción social puede estar vinculada a una mayor mortalidad. Hamish Foster, otro de los autores del estudio, apunta que una probabilidad es que “las personas aisladas socialmente pueden tener algunas conductas más poco saludables como fumar o consumir mucho alcohol”.

A eso se suma que, al no tener una red de apoyo, podría ser más difícil que esas personas acudan a citas médicas para controlar su salud.

Los autores sugieren que estos hallazgos muestran que es “necesario adaptar los consejos, las intervenciones y las políticas para abordar diferentes aspectos de la conexión social”, especialmente en los grupos que se ven más afectados por la soledad y el aislamiento social.

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