Por qué los ojos azules no existen, según la ciencia

Por qué los ojos azules no existen, según la ciencia.

Los ojos azules carecen de melanina en la capa frontal del iris, lo que se traduce en que no tienen el color que se le asocia.


El color de los ojos es un sello más de la identidad personal, y cuando se sabe identificar correctamente, es posible usarlo a favor para potenciar aún más los rasgos del rostro.

En la población el tono que más predomina es el café, en sus distintas variaciones, por lo que es probable que la mayoría de las personas que conozcas posea esa tonalidad en su mirada. Sin embargo, no es extraño que también tengas en mente a alguien que tenga ojos ámbar, grises, verdes o azules.

Suele decirse que los ojos azules son tan parecidos al color del cielo o el mar. Pero la realidad es que los ojos azules técnicamente no existen, o más bien, no tienen el pigmento azul que se le asocia comúnmente.

La razón por la que los ojos azules no son azules

Según detalla la American Academy of Ophtalmology (Estados Unidos), los ojos pueden obtener su color gracias a la melanina, un pigmento que se produce naturalmente y que se encuentra en gran parte de los seres vivos. Es lo que también le entrega el color a la piel y el cabello, por lo mismo, cuando el pelo comienza a perder melanina, se originan las canas.

Para comprender esto de mejor manera, es necesario entender que la parte coloreada de los ojos se denomina iris, que se ubica entre la córnea y el cristalino.

Esta membrana coloreada recibe gran parte de la luz que proviene del exterior y se conforma por dos capas. A una de ellas se le llama epitelio, situado en la parte posterior. En la mayoría de los casos, las personas tienen una tonalidad café claro u oscuro en esta capa específica del iris, incluyendo a quienes tienen los ojos azules.

Los ojos azules carecen de melanina.

Con respecto a las personas que tienen ojos cafés, ocurre que tienen ese pigmento en ambas capas del iris.

La otra capa del iris se llama estroma, ubicada en la parte frontal. Es precisamente este tejido lo que emite la sensación visual del tono de los ojos.

De acuerdo a la mencionada asociación de oftalmólogos, los individuos con ojos azules carecen de melanina en el estroma, lo que quiere decir que no tienen ningún tipo de pigmento azul como se cree. Mientras que las personas de ojos verdes o avellana, poseen una sola capa de color café claro, lo que les brinda esa tonalidad final en el iris.

Si los ojos azules en realidad no son azules, ¿entonces por qué dan la apariencia de serlo?

El secreto de ese fenómeno estaría en la luz y el efecto Tyndall. Se trata de un fenómeno físico en que partículas coloidales quedan visibles al dispersar la luz.

Cabe recordar que el estroma de estos ojos no tiene ningún pigmento, pero sí tiene unas pequeñas partículas. Por lo tanto, cuando la luz entra en el ojo, esta comienza a dispersarse, provocando en consecuencia la tonalidad azul. Este mismo fenómeno produce que los ojos azules puedan verse más intensos en algunas ocasiones y en otras se ven más pálidos.

Cuál es el origen de los ojos azules

Desde pequeños nos enseñan que la tonalidad del iris que tiene cada uno es el resultado de los genes heredados por los padres, abuelos y otros antepasados. Pero al parecer los ojos de diferentes colores no siempre han estado entre los humanos. Originalmente el único color que había en la población era el café.

¿Y cómo fue que surgieron los ojos azules entonces?

Según los científicos, eso se explica por una antigua mutación genética.

De acuerdo a científicos, los ojos azules se habrían originado tras una mutación genética.

En 2008, un equipo de investigadores liderado por Hans Eiberg de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), descubrió que hace 6.000 y 10.000 años habría ocurrido una mutación genética en un único individuo, en el noroeste del mar negro. Al ser un “gen recesivo”, los efectos de esa mutación genética no se vieron hasta muchos años después, “cuando nació una persona con los ojos azules”, dijo Eiberg en 2008.

En concreto, lo que sucedió es que esa mutación genética impactó en OCA2, un gen que se vincula a la producción de melanina. Eso provocó que se originara un “interruptor” que era capaz de bloquear la “capacidad para producir la melanina”, detalló el investigador danés. Aquel habría sido el origen de los ojos azules, lo que más tarde sería heredado por las generaciones venideras.

Si bien ese evento produjo que las personas con ojos azules tengan una leve diferencia en su ADN, específicamente en lo que se relaciona con la producción de melanina, Eiberg enfatizó que no hay otros efectos además de esa diferencia física.

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