Independientes de derecha




Dos premisas enmarcan las primarias de la Alianza. (1) La UDI va obtener más votos de adherentes que RN, y (2) RN va obtener más votos de independientes que la UDI. La primera premisa se sostiene porque aunque la UDI cuenta con menos adherentes que su contraparte, siempre ha logrado convocar y movilizar a más gente. La segunda premisa se sostiene porque dado que RN es un partido ideológicamente situado más hacia el centro que la UDI, siempre ha sido una alternativa más atractiva para votantes que se consideran moderados.

El resultado de la primaria está condicionado por la tasa de participación. Si participa poca gente, es probable que la proporción de adherentes sea más alta, teóricamente favoreciendo a Longueira. Por el contrario, a medida que aumenta tasa de participación, es probable que la proporción de independientes sea más alta, teóricamente favoreciendo a Allamand. Sin embargo, no hay claridad sobre los efectos de una participación intermedia, por lo que ambos candidatos han simplemente tratado de maximizar sus prospectivas en ambos grupos.

Ahora bien, quien consiga más votos relativos de cada grupo no necesariamente va ganar la primaria. Evidencia de elecciones primarias anteriores sugiere que por cada adherente votan al menos 3 independientes. Es decir, el peso de los adherentes es más liviano que el peso de los independientes en el resultado final. La UDI puede ganar entre adherentes pero perder la primaria si no recibe más de la mitad de los votos de los independientes. Ergo, la estrategia de cada partido debe ser balancear su discurso para llegar a cada grupo en la justa medida.

Ambos partidos saben que deben maximizar el voto de adherentes, y convocar a la mayor cantidad de votos de independientes posible. Pero dado que es altamente probable que la UDI vaya a acarrear a más adherentes a votar, la verdadera batalla estará entre los independientes de derecha. En ese espíritu, los dos candidatos convergerán en el centro ideológico de su coalición, pero con diferente intensidad. Mientras que Longueira tenderá a suavizar su lineamiento, Allamand tratará de gravitar hacia su izquierda.

Las cúpulas de los partidos saben que no pueden ganar sin los independientes de derecha. Sus estrategias de campaña lo reflejan. Por su parte la UDI ha estado tratando de convencer a Golborne para que vuelva al comando. Su endoso a Longueira podría convencer a muchos de los que comulgan con los valores de derecha pero están desencantados con la calidad de la política. Por su parte RN ha levantado una campaña más pragmática, formalmente pidiendo que cada adherente acarree al menos a 10 independientes a las urnas.

Hay dos resultados posibles. En el primero Allamand no logra movilizar a los independientes de centro y Longueira gana por defecto. Esta situación se dará si Allamand insiste en una campaña dirigida para al votante medio de derecha. Dado las características de la primaria, si se desplaza mucho hacia el centro de la derecha los votantes podrían preferir a Orrego o Velasco. Si los adherentes de RN no logran convencer a suficientes independientes de votar por Allamand, Longueira ganará en ese grupo también.

En el segundo resultado Longueira se atrinchera en la derecha y le permite a Allamand recibir el apoyo de la gran mayoría de los independientes. Esta situación se dará si Longueira no modera algunas de sus propuestas. Si no toma una posición más céntrica, muchos votantes podrían sufragar estratégicamente por Allamand simplemente para dificultarle la victoria a Bachelet en Noviembre. Si Longueira no muestra que también puede representar a los independientes de derecha, preferirán votar por Allamand.

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