Para recuperar una esfera política que tenga sentido, que aúne voluntades y que sea capaz de ejercer el poder con autoridad, parece necesario, primero, recuperar la privacidad, la mera presencia y sus goces. Y, segundo, reconstruir la política no desde la angustia por la fama, sino desde la vocación de servicio público y las distintas visiones sustantivas sobre el bien común. ¿Por dónde comenzar? Quizás dejando los celulares en la puerta de la casa y sacando los televisores de las piezas.
20 ene 2021 02:03 PM