Lo que el penal no dejó ver

Branco Ampuero
Foto: Agencia Uno.


El penal terminó disfrazando la gran mayoría de los discursos post partido. Con ello apareció la pelea chica y la discusión sin sentido, relegando lo analítico a segundo plano, como no queriendo adentrarse en el trámite del partido en sus 90 minutos.

Muchas veces tanto jugadores como entrenadores nos entregan una versión del encuentro donde no existe ninguna relación con lo ocurrido, como si en todo el entorno escaseara la capacidad de observación de un encuentro y sólo se validara lo que los protagonistas declaren. Y no se entiende muy bien si las conferencias las utilizan para enviarle recaditos a sus jugadores o en otros casos a sus hinchadas.

Colo Colo fue superior de principio a fin y el penal con que ganó, no fue penal, así no más y sin anestesias.

La UC de Beñat invirtió demasiadas energías y atención en tratar de anular y bloquear las cualidades de Colo Colo, hasta el punto de que se olvidó de su propia propuesta. Tal como lo dijo Fuenzalida: "Nos metimos muy atrás y no hicimos nuestro juego ".

Colo Colo pierde supremacía en la intensidad de juego y gana cuando los equipos se le meten atrás, pues se le genera un escenario donde no necesita tanto trajín para ubicarse en posiciones ofensivas.

El partido que imaginó el DT cruzado no fue el que se desarrolló en Macul y cuando lo quiso cambiar desde la banca, aterrizó en la realidad de la conformación de su plantel y lo escaso de su potencial respecto a la jerarquía ofensiva.

La sorpresa táctica en un encuentro, no se anida en la formación inicial de un partido sino en la capacidad de respuesta que tenga un técnico ante el movimiento del otro equipo y cuánto tiempo se demore en realizar los ajustes necesarios, ya sea con jugadores desde la banca o con los mismos que están jugando.

Colo Colo rinde pero con mucho lastre enquistado a su estructura. No hay semana corrida que no se hable de lo que ocurre fuera de la cancha, farreándose un potencial riquísimo, ligado con la propia historia futbolera de su plantel.

La UC lo imaginó por fuera y Colo Colo metió fichas por dentro. Por esta razón Beñat diseñó con tres en el fondo y dos laterales/volantes, cuando Guede se la jugaba por cuatro en el fondo, más dos volantes defensivos y dos creadores. Los esquemas no ganan partidos, porque los sistemas no tienen vida propia, quienes le dan vida son los jugadores. Y los que interpretaron mejor la estrategia de juego para este partido fueron los jugadores de Colo Colo, quienes entraron a la cancha con una sensación intangible de superioridad y controlaron el partido aún perdiendo la pelota en el segundo tiempo. La respuesta desde la cancha de los cruzados nunca llegó a jaquear con intensidad el arco de Orión, observándose poco convencimiento a la hora de ir a buscar el partido.

Ambas bancas deberán ofrecer respuestas concretas y tomar decisiones que transitan por el camino de la dificultad. Guede deberá definir qué defensor central deja afuera si quiere seguir haciendo jugar a la dupla Valdivia/Valdés, sostenidos en el medio campo por los eficientes Carmona y Baeza, que calzaron perfecto con una línea de cuatro en el fondo.

Beñat deberá sostener el timón, agudizar el olfato y definir la oncena titular, para darle un sello propio y característico a la estructura colectiva del equipo. Algo que le permita no tener que intervenir tanto la formación cuando vengan partidos definitorios en este campeonato.

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