La batalla de Santiago

Foto: Agenciauno

"El aumento de los contagios obligó a una reunión de emergencia en La Moneda, donde se determinó endurecer las medidas sanitarias y se sumaron nuevas cuarentenas a partir de mañana a las comunas de Cerrillos, Quilicura y Recoleta. Además, en línea con la anunciada 'batalla' se determinó que la totalidad de Santiago entraba en aislamiento obligatorio".



No me gusta el lenguaje de guerra, pero –qué se le va a hacer- esos fueron los términos escogidos ayer por el ministro de Salud, Jaime Mañalich, para subir la voz y advertir del aumento inquietante de los contagios en la Región Metropolitana.

“Nos preocupa la Región Metropolitana, concentra el 81% de los nuevos casos”, dijo el secretario de Estado al tiempo que informaba de los más de mil nuevos contagiados de las últimas 24 horas y de que intensificarían las fiscalizaciones para hacer cumplir las medidas sanitarias.

La advertencia de la autoridad va de la mano con la polémica por las recientes alzas de contagios que, según se ha señalado, se explican por la mayor aplicación de test a la población y el aumento de la capacidad de laboratorios para registrarlos, pero que abren dudas en algunos sectores donde se ha sostenido que esas condiciones evidencian que el relajo de las medidas sanitarias son las que explican en realidad el aumento de contagios y ponen acento en los llamados a la normalidad que han emanado desde el gobierno.

Las dudas en la entrega de datos son un factor de preocupación porque la confianza en la autoridad es clave a la hora de enfrentar la pandemia. Sin esa seguridad, la obediencia de la población decae y los resultados pueden ser catastróficos.

El aumento de los contagios obligó a una reunión de emergencia en La Moneda, donde se determinó endurecer las medidas sanitarias y se sumaron nuevas cuarentenas a partir de mañana a las comunas de Cerrillos, Quilicura y Recoleta. Además, en línea con la anunciada “batalla” se determinó que la totalidad de Santiago entraba en aislamiento obligatorio.

Ya están llegando los días fríos, un caldo de cultivo para el coronavirus, y el sistema de salud se acerca a su desafío más complejo. Es cierto que la responsabilidad individual es clave a la hora de enfrentar la crisis: mantener distanciamiento social e insistir en las medidas higiénicas. Pero también hay que poner la mirada en las señales que emanan de la autoridad y –si éstas son confusas- conminarlas a clarificarlas y –si corresponde- readecuarlas.

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