Nuevo reality de Canal 13 apuesta por la lucha generacional y se grabará en Lonquén

Generaciones cruzadas debutará en marzo y es una de las grandes cartas de la señal para 2014. Sergio Nakasone, productor ejecutivo del proyecto, adelanta detalles de la producción. 




Medio en broma y medio en serio, resulta como una especie de cumbre: el ganador del primer reality de Chile, una de las figuras más reconocibles de los últimos años en el género y el cerebro tras los programas de telerrealidad más emblemáticos, que además los llevó a la fama.

Alvaro Ballero, Dominique Gallego y Sergio Nakasone se juntan en una sala de reuniones de Canal 13 para hablar del proyecto que tienen en común por estos días. Claro que el único que conserva su rol de siempre es Nakasone, productor ejecutivo de Generaciones cruzadas, que debutará en marzo. Ballero trabaja tras las cámaras hace un tiempo y este será el primer reality donde forma parte del equipo a cargo de los contenidos desde su inicio. Gallego, en tanto, debuta como la coanimadora del programa, donde acompañará a Sergio Lagos.

El programa -una competencia centrada en la lucha generacional entre padres e hijos- es una de las grandes apuestas del canal para este año y una de las cartas con las que pretende subir el rating del horario nocturno. Actualmente está en período de casting, pero ya tiene definido que se grabará en Lonquén, abandonando la tradicional locación en Pirque, donde se realizaron Mundos opuestos 1 y 2 además de Pareja perfecta.

"No sentimos la presión, estamos pensando en hacer el mejor programa que podamos. Sabemos que tiene que tener novedad sin cambiar el género. Somos un equipo que año a año cambia la piel, no nos quedamos quietos. Apostamos a Dominique, pensamos en gente como Alvaro y una camada de gente joven que alimenta al grupo. Es un equipo competitivo que el mercado exige", apunta Nakasone sobre la necesidad de tener buenos resultados.

Y sigue: "Cada vez es más difícil. Sabemos que ese mes es difícil (marzo). A mi no me asusta partir de una pantalla fría o no tan caliente, porque eso es nos pasó muchas veces. Antes uno decía 'el programa más o menos vas a estar en tal lugar'. Hoy puede ser un éxito rotundo o un fracaso estrepitoso, ambas son factibles. La ventaja del formato de los reality es que uno puede jugar, ir arreglando en el camino".

"Hicimos un visionado de programas de reality. De alrededor de 140 espacios, definimos tendencias, los favoritos, los exitosos, y lo que nos parecía a nosotros interesante a pesar de no ser exitoso. Habían muchos sobre mujeres de 40 años, programas de familia, de relación padre-hijo, y los de ficción que se hacían cargo de lo que pasaba con la familia. Antes se decía que un papá sobre los 40 años ya estaba liquidado, hoy es como la venganza de los viejos. Vuelven a tener una segunda oportunidad", explica Ballero sobre cómo llegaron a la idea de centrar el programa en una competencia entre padres e hijos.

En la dinámica del programa habrá dos equipos, uno de padres y el otro de hijos, enfrentados, de los cuales un participante se irá eliminando cada semana. Como ya es tradicional, también se incluirán personajes conocidos, aunque reconocen que el porcentaje de concursantes anónimos será mayor, ya que siempre el padre o el hijo del famoso no será conocido. Al final, eso sí, los ganadores serán una dupla familiar.

Nakasone explica que están apostando a la tensión mayor que se producirá en las relaciones entre los concursantes "qué hace un padre para que su hijo no gane, qué va a sentir un hijo cuando ve a su mamá pinchando con otro hombre que no es su papá. Cualquier situación de reality, ya sea buena o mala, se va a dar con el padre presente". Ahí, dice, va a estar la gracia.

Un punto que reconocen es la necesidad de renovar el género. "No podíamos seguir en la misma tónica, había un desgaste de las temáticas. No tanto del reality en sí. Las competencias siempre nos funcionan, pero básicamente la gente quiere un cambio de elenco, no quiere los mismos personajes. El gran desafío es que la gente nueva funcione", apunta Nakasone, añadiendo que el cambio también es de escala y presupuesto. "Mundos opuestos 1 y 2 son las últimas superproducciones reality. A ese nivel dudo que exista. Este es más modesto, pero espectacular también. Uno puede hacer un reality más chico pero sigue siendo espectacular", afirma. Y remata: "Este es el reality de la transición. Uno tiene que darse cuenta de que el barco está cambiando de rumbo. No sabemos si esto va a ser exitoso, pero hay que entender que el barco está cambiando, y hay que renovarse".

EN LA OTRA VEREDA

Una de las novedades es la llegada de Gallego como coanimadora. Ella partió como concursante de Pelotón (TVN), pero se hizo realmente conocida en 40 o 20 primero -luego de que Nakasone la seleccionara- y, después, en Mundos opuestos 1. "Para mí es un desafío llegar al equipo desde la otra vereda. En el fondo siento la responsabilidad de igualar la experiencia que tienen en el canal. Pase lo que pase, el equipo tiene su peso, sus resguardos y siento que las cosas están preparadas por tanta gente dedicada que apuesta por esto, que conoce la clave del éxito", cuenta ella, agregando que, además de la labor clásica de la coanimadora, apostará a la empatía, debido a su experiencia en el encierro. El canal la está potenciando como figura, ya que además participa en Alfombra roja y participará en Mamá mechona, la nueva teleserie de las 20 horas.

Ballero, en tanto, llegó de a poco a su nuevo rol. Al principio entró como colaborador de medio tiempo ayudando en los casting. Luego se hizo cargo de los contenidos digitales y finalmente se incorporó como parte del equipo de los contenidos. "Siempre hago la comparación, cuando me preguntan cómo es trabajar con Nakasone, es como la película El diablo se viste a la moda", dice riendo, "uno tiene que tener siempre la solución, es muy riguroso. La gente cree que es súper fácil trabajar en televisión y relajado, pero al equipo le gusta hacer todo muy bien, y hay que hacer la pega".

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