Polera blanca: Un básico indispensable

<img height="15" alt="" width="50" border="0" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200911/586904.jpg" style="padding:0; margin:0;"> Pese a la simpleza de su diseño y la amabilidad de su color, su historia está rodeada de rebeldía.




Hay que huir de un hombre que usa una camiseta blanca. Sin duda, es contrario a lo que tu mamá definiría como un buen partido. Por regla general, andará demasiado ocupado pensando en su moto y su guitarra eléctrica".

Cinzia Felicetti –ex editora de la edición italiana de Cosmopolitan– apunta esa tajante cita en su libro Absolutamente Glam! (Vergara Editores, 2007), un compendio sobre las piezas básicas del clóset, para explicar cómo una polera puede ser un símbolo de rechazo al sistema. A lo largo de la historia, ella ha sido un lienzo en el cual se han desplegado mensajes, explícitos o no, que denotan rebeldía. Pese a lo simple, básica e inofensiva que parece. O, talvez, justamente por eso.

Para entender esto hay que recordar que la polera blanca llegó almundo de lamoda como una pieza de ropa interior estrictamente masculina. Las primeras de las que se tiene registro son de 1880 y eran de lana. Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, los soldados tuvieron problemas para secar estas prendas dentro de las trincheras, cosa que obligó a crear un telar de punto tubular que trabajara con algodón. En 1913, la Marina norteamericana adoptó el modelo propuesto por la legendaria marca Fruit of the Loom, que se masificó con rapidez.

Pero no fue hasta los años 50 que los hombres comenzaron a dejarse ver fuera de sus dormitorios con poleras blancas. Mientras las camisas pulcras y almidonadas reinaban en el establishment de la postguerra, jóvenes rebeldes se subían a sus motos con un nuevo uniforme: camiseta blanca de algodón, chaqueta negra de cuero, jeans y botas. Con sus pechos cubiertos por estas poleras, los chicosmalos de los 50 parecían decir: nos atrevemos a usar algo que está fuera de lugar. Llevaban ropa interior en el exterior, porque les importabamás andar cómodos y moverse con libertad que responder a los rígidos cánones estéticos ymorales impuestos por la sociedad. Además, les gustaba que esta prenda se asociara –como entonces aún ocurría– con la imagen de un soldado, el macho duro por excelencia.

El cine, que plasma en el inconsciente colectivo las imágenes de la estética que impera en cada década, está lleno de referencias que recogen este fenómeno. Marlon Brando en la película Salvaje (1954) y en Un Tranvía Llamado Deseo (1955), James Dean en Rebelde sin Causa (1955) y John Travolta en Grease (1978) son los mejores ejemplos. En esos tiempos sólo una mujer del cine se dejó ver con camiseta blanca, con el único fin de resaltar lo sexi que resulta cubrir curvas femeninas con ropamasculina. Se trataba de Brigitte Bardot en la cinta Babette se Va a la Guerra (1959).

Pero los motoqueros no fueron los únicos que adoptaron la polera blanca como prenda básica; ella también formó parte del vestuario de Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William Burroughs. Desde elmundo intelectual, los escritores de la generación Beat también recurrieron a la polera alba para hablar de libertad.

Siempre sucede que los líderes de opinión comienzan a utilizar alguna prenda hasta que es adoptada por los consumidores masivos; en moda esto se conoce como Trickle Down Theory (término que se tomó prestado de la teoría económica del chorreo). Por eso, las camisetas pronto fueron adoptadas por los grupos más integrados a la sociedad. A fines de los 60 había dos tipos de poleras: las rebeldes, cuyo ícono es Joe Cocker en Woodstock con su sicodélica polera tie-and-dye (teñido por amarras), y las camisetas con mensajes publicitarios de marcas como Xerox, Martini, Cinzano o Coca Cola, preferidas por los jóvenes que adherían al sistema de consumo sin cuestionamientos, quienes las usaban sin asomos de ironía. Pero ambas seguían siendo preferidas por hombres.

KLEIN, EL GENIO
La polera blanca neutra, sinmensajes ni estampados, fue adoptada en forma masiva por las mujeres recién en los años 90 y gracias a un genio de la moda: Calvin Klein. El impulsor del minimalismo y de la moda unisex llevó la polera blanca a la cima de la moda, gracias a sus sugerentes campañas publicitarias en las que espigadas modelos –Kate Moss era su favorita– lucían jeans y musculosas blancas.

En gran medida, la iniciativa de este diseñador tenía que ver con un rescate algo depurado de la sensualidad con que la Bardot impactó en los años 50. "Encuentro increíblemente sexi que la mujer se ponga la t-shirt del novio", declaró alguna vez Klein. Paralelamente, otras marcas comenzaron a relacionarse con la imagen de mujeres con poleras blancas, aunque muchas de ellas aludían en forma más directa a lo sexual. ¿Algún ejemplo? Claudia Schiffer con polera mojada, modelando para Guess.

Tuvo que pasar algo más de tiempo para que la polera blanca de mujer dejara de estar vinculada solamente al jeanswear y entrara a ocupar otros espacios. Hoy está presente en prácticamente todas las marcas de moda que pueblan el mundo del retail, especialmente en las temporadas de calor, en diferentes telas –algodón, spandex, viscosa, microfibras– y formatos: casual, ejecutiva, clásica, juvenil, formal.

Mónica Román, jefa de compras de moda femenina en Ripley, asegura que la polera blanca es "un key ítem, producto básico que no puede faltar y que tiene venta asegurada". Su popularidad supera con creces las poleras de otros colores: Mónica asegura que se venden un 30 por ciento más y que en el verano ese porcentaje sube al doble. Lomismo le sucede a otras marcas: Carla Quiroz, diseñadora de la marca Liolá, afirma que la polera blanca representa el 20 por ciento del total de las ventas de esta prenda, y Paula Fuentes, brand manager de ropa exterior de Caffarena, explica que "se venden todo el año, pero la demanda aumenta casi un 60 por ciento durante la primavera y el verano, en comparación con colores más opacos u oscuros".

Como es de esperar, cada marca tiene sus propias propuestas. Aunque desde hace algún tiempo se están usando no muy ceñidas al cuerpo y con algo de forma, no rectas, también hay modelos que terminan en puntas, tienen vuelos, mangas globo u otros detalles demoda. ¿Cuál escoger? Cinzia Felicetti entrega en su libro algunos consejos:

El escote: "El en V es como una llave universal: sienta bien a todas. Cuanto más profundo,más adelgaza. Fuera las camisetas de escote redondo y ajustado en caso de papada, cuello no precisamente esbelto y busto exuberante. Mejor optar en este caso por un cuello bote, que otorga anchura a los hombros estrechos y equilibra las caderas anchas o un trasero importante. El escote redondo y profundo sienta bien a las de hombros pequeños y a las siluetas que se ensanchan en la zona de los glúteos".

Las mangas: "Si los brazos no son delgados o no están tonificados, se debe evitar la ausencia de mangas, así como las mangas con aletas. Las mangas tres cuartos son más elegantes que la clásica manga corta y estilizan brazos un poco gruesos o muy musculosos".

La calidad: "Por muy básica que sea, la t-shirt también requiere de un control de calidad. Hay que comprobar que el algodón no sea de mala calidad y que las costuras de la sisa sean planas, sin arrugas ni bultos".

MAGDALENA JIMENEZ: PRODUCTORA DE MODA
"La polera blanca es una prenda muy versátil, combina con todo. Además, no pasa de moda, aunque si estás algo gordita puede ser mejor optar por una negra. Esta me gusta porque tiene un buen diseño: es larga, ni suelta ni apretada y de muy buena calidad. La diseñó la argentina cora Groppo y la tengo desde el año 2008".

MARIA OLIVIA UNDURRAGA: GERENTE DE MARKETING Y COMUNICACIONES GRAND HYATT SANTIAGO
"Siempre me compro poleras blancas, porque el fin de semana me encanta tener un look relajado. No creo que sean fomes, para nada. Además, con unos buenos accesorios levantas la tenida. Esta es especial para mí. Es tommy Hilfiger y la vi en Miami, en una escala de un crucero en el que andábamos con mi marido. Ese día no tuve tiempo de comprármela y volví a chile pensando que nunca la tendría. Pero de sorpresa él me la había comprado y me la tenía de regalo".

CATALINA SILVA: CONDUCTORA DE TV
"Estoy tratando de dejar de usar esta polera, porque ya está muriendo, pero no puedo. La compré en Nostalgic hace como cuatro años; no me acuerdo cuánto me costó exactamente, pero debe haber sido menos de $10.000. La cuido como si fuera de oro. Me encanta la forma que tiene y también la tela. Es exquisita y de buena calidad, tanto que no se nota que es antigua".

EVA SIEBERT: MODELO
"Soy una adicta a las camisetas blancas. No soy muy de seguirmodas;me gustan los básicos y los colores neutros; la ropa clásica que quede bien y sea cómoda. Por eso, siempre estoy comprando poleras blancas diferentes, para combinar con jeans o polleras. el blanco es limpio y te da simpleza. Además, si quieres levantar la tenida basta ponerse unas zapatillas bien ricas o una buena cartera".

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