Columna de Ernesto Treviño: Presupuesto de Educación y oportunidades para la primera infancia

DIA DEL NIÑO


La propuesta presupuestaria para el año 2023 muestra un incremento en el presupuesto intersectorial destinado a niñez y adolescencia. Si bien se trata de una buena noticia, llama la atención en el presupuesto las reducciones de recursos para políticas de primera infancia, específicamente la disminución de 4,1% en los recursos para la Subsecretaría de Educación Parvularia y de 10,5% para Junji, lo que también ocurre con los programas de reinserción educativa.

En el caso de la educación para la primera infancia la pandemia dejó importantes retrocesos para los que no se ve un incremento de recursos ni una política pública sólida para la recuperación. Desde el punto de vista de las necesidades, se requiere a nivel central financiamiento para que la Subsecretaría de Educación Parvularia absorba a la Fundación Integra, y también el fortalecimiento de la infraestructura educativa para poder ofrecer más y mejores espacios a los niños y niñas en educación parvularia.

En términos de la respuesta a la pandemia, la educación parvularia también requiere de una política de reinserción de niños y niñas, pues es el nivel que más se ha visto afectado en términos de matrícula y asistencia. En este sentido, es indispensable poner en funcionamiento sistemas donde se fortalezcan los procesos de matrícula y, muy especialmente, se pueda hacer seguimiento de la asistencia de niños y niñas para prevenir el abandono en este nivel.

El desafío de la educación y cuidados de la primera infancia en Chile es enorme. Cerca de un tercio de la población entre 4 y 11 años de edad manifiesta padecimientos psicológicos o psiquiátricos. Alrededor del 70% de los hogares declara usar la violencia psicológica o física como medio para educar a los niños y niñas, y cerca de un tercio declara usar la violencia física. En este contexto, y durante la pandemia, el estudio Mil Primeros Días del Centro de Justicia Educacional mostró que los niños y niñas con mayor asistencia a la educación parvularia alcanzaron mejores niveles de desarrollo en los ámbitos cognitivos y socioemocionales.

Las evidencias anteriores muestran que los niños y niñas se benefician enormemente de asistir a la educación parvularia. Por ello, es indispensable incrementar el presupuesto educativo en políticas de educación parvularia que puedan ayudar a recuperarse y superar los niveles de participación previos a la pandemia, con especial énfasis en la asistencia continua al centro educativo. Asimismo, esto debería complementarse con políticas que flexibilicen los horarios de los actuales programas, y también con la implementación de una oferta más responsiva a las necesidades de los hogares actuales en términos de horarios de cuidados.

Si los niños y niñas están ausentes de los servicios de educación parvularia será muy difícil que se beneficien de ellos para iniciar una trayectoria educativa positiva desde temprana edad, cuestión fundamental para contrarrestar las desigualdades de nuestra sociedad.

Por Ernesto Treviño, investigador Centro de Justicia Educacional UC

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.