Columna de Jaime Bellolio: “Congelao”



Los Panamericanos han permitido un respiro de unidad y buen ambiente, así como de celebración y enaltación de verdaderas virtudes cívicas, como la responsabilidad, disciplina, respeto, mérito y competencia. Así como los atletas han estado a la altura de los desafíos, el público que ha acompañado cada evento también, y salvo dejar vacías las tribunas oficiales y errores menores, la organización ha sido un éxito. Bien por Chile, donde las cosas pueden funcionar, traspasar gobiernos, cosechar en el presente y sembrar para el futuro.

El Presidente Boric ha asistido a variados eventos deportivos, como una forma de promoción y orgullo por estos, y también, claro, en un intento por recuperar la esquiva aprobación ciudadana. Una de las imágenes que ha causado más furor en redes sociales ha sido la del Presidente jugando al tradicional “congelao”, bailando al ritmo de Cachureos. Es un buen acierto, lúdico y cercano. No soy imparcial, confieso haber hecho exactamente lo mismo con mi familia cuando hemos asistido a varias competencias.

Llevándolo al plano político, el gobierno parece seguir jugando al “congelao”, pero en esta esfera ya no es ni bueno ni divertido.

La primera vez que lo jugaron fue al inicio del mandato, cuando todo el programa dependía del triunfo constitucional, y entonces la agenda legislativa y política estuvo en pausa, a la espera del referéndum de septiembre. Desgraciadamente para ellos, pero convenientemente para el país y su democracia, el texto refundacional, partisano y vengativo fue rechazado con la mayor cantidad de votos de nuestra historia.

También la economía, la creación de trabajo, las inversiones y la solución a la permisología están detenidas, y hace pocos días, propusieron nuevamente congelar reformas legislativas, especialmente la de pensiones, pero ahora en espera de un rechazo a la nueva propuesta constitucional, para así usar la técnica del empate -otra forma de inmovilismo- y decir que el país no quiso las ideas partisanas de la izquierda ni de la derecha, así que se debieran aprobar sus reformas, que serían un justo medio.

En el fondo, nos están proponiendo un juego que no es momentáneo, sino de efectos duraderos, como sería quedarnos “congelaos” en lo constitucional, posponiéndolo para un futuro innominado.

Mantenernos en el estado actual sería una manera de contribuir a la ya gigantesca incertidumbre de futuro, a que continuemos secuestrados por la inmediatez, la polarización y el descrédito de la política y su intermediación. Para peor, contribuirá a que se siga viendo que toda discusión política es muestra del desinterés y un distractor para enfrentar las urgencias familiares y los problemas cotidianos.

Ojalá que uno de los grandes legados de los Panamericanos no sean solo las medallas, la infraestructura y el buen ambiente de hoy, sino que trasciendan sus virtudes deportivas, donde competencia justa y colaboración no son antagónicas, sino complementarias. Y que jugar al “congelao” quede en lo lúdico, pero no en lo político.

Por Jaime Bellolio, director Observatorio Territorial IPP, Universidad Andrés Bello

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.