Columna de Jorge Cayazzo: Nueva norma de provisiones para créditos de consumo: ¿a qué se enfrenta la industria?

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Gente haciendo trámites bancarios

"¿Por qué esta norma en consulta está siendo más resistida? En primera instancia, la norma implica un aumento en torno al 50% de las provisiones de las carteras de consumo de la banca, lo que diversas voces al interior de la industria han calificado como excesivo. Se desprende entonces que las autoridades estiman que la banca ha estado significativamente sub provisionada por años, pese al fuerte seguimiento y supervisión de las mismas autoridades han impuesto tradicionalmente sobre estas carteras de crédito"



El debate está instalado en la banca y todos los ojos miran con atención el transcurso de la normativa que estandariza la determinación de las provisiones de los créditos de consumo. La norma impulsada por la CMF se encuentra en consulta hasta fines de diciembre del presente año.

Esta regulación era esperable, dado que en 2014 la ex Superintendencia de Bancos emitió el modelo estandarizado de provisiones para créditos hipotecarios, a lo cual le siguió en 2018 la norma que introdujo el modelo estandarizado de provisiones para créditos comerciales grupales, quedando desde entonces pendiente el modelo estandarizado para los créditos de consumo. Una vez que este último entre en vigencia, se completaría el paquete normativo que introduce metodologías estándar para la determinación de las provisiones de las carteras de créditos orientadas a las personas y empresas de menor tamaño.

Pero ¿por qué esta norma en consulta está siendo más resistida? En primera instancia, la norma implica un aumento en torno al 50% de las provisiones de las carteras de consumo de la banca, lo que diversas voces al interior de la industria han calificado como excesivo. Se desprende entonces que las autoridades estiman que la banca ha estado significativamente sub provisionada por años, pese al fuerte seguimiento y supervisión de las mismas autoridades han impuesto tradicionalmente sobre estas carteras de crédito. Es más, el mismo Banco Central declaró en su último informe de estabilidad financiera que la banca dispone de niveles de provisión y capital suficientes para enfrentar escenarios de estrés severo.

Otro elemento que se debe tener especial consideración para el análisis es la introducción de Basilea III en el mercado local, acuerdo que impone el desafío de hacer consistente el modelo estándar para la determinación de pérdidas esperadas -que se cubren con provisiones- con el modelo estándar para cubrir pérdidas inesperadas -que se cubren con capital-. El análisis de la norma en consulta sugiere que hay elementos técnicos que deben ser revisados para lograr esta necesaria consistencia.

Si bien es deseable disponer de modelos estandarizados para la determinación de provisiones, los beneficios de ello se materializan solo cuando el estándar está adecuadamente calibrado a la realidad de la industria. De lo contrario, se generan distorsiones que, en definitiva, terminan afectando a los consumidores. Entonces, si el estándar bajo consulta implica un aumento tan significativo de las provisiones, resulta necesario asegurarse de las bases conceptuales que lo sustentan y, asimismo, verificar mediante análisis de back-testing que dicho supuesto déficit es consistente con la data histórica de pérdidas disponible, separando claramente aquella parte que debe ser cubierta con provisiones (pérdidas esperadas) de aquella que corresponde sea cubierta con capital (pérdidas inesperadas).

*El autor es socio líder de Riesgo Regulatorio y Financiero en Deloitte.

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