Varios estudios señalan que para mejorar la calidad de vida de las personas es necesario crecer de manera constante durante varios años. Así lo exponía en una charla TED hace pocos meses atrás José Manuel Salazar, secretario general de la Cepal. Y para lograr un crecimiento sostenible en el tiempo es fundamental aumentar la productividad de los distintos factores de producción, que son todos los medios utilizados para la elaboración de productos y servicios.
Hoy, en tiempos de transformación digital, trabajo a distancia y uso cada vez más intensivo de la inteligencia artificial, implementar medidas para aumentar la productividad del país no es una posibilidad, es un imperativo para no quedar rezagados en la generación de empleos formales, mejorar la calidad de vida de las personas y aumentar la competitividad de las empresas.
Con estos desafíos por delante, propongo crecer 5% anual o más durante los próximos 20 años, meta que se confronta con los siguientes datos: este año nuestra economía no va a crecer o va a decrecer y el FMI proyecta que el 2024 la economía solo crecerá 1,6%. La tasa nacional de desempleo está en 9% y hay más de 450.000 empleos que aún no se logran recuperar desde la pandemia, por lo que el destacado economista David Bravo habla con propiedad de una “emergencia laboral”. Y la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad ha señalado que la productividad país lleva varios años estancada.
¿Por qué proponer una meta tan elevada de crecimiento cuando estamos viviendo un ciclo tan complejo al que además hay que agregar otras importantes variables, como la incerteza que conlleva un proceso constitucional aún no resuelto, una inflación persistente que ha venido decreciendo pero que sigue siendo alta, y el incremento de la delincuencia y de la percepción ciudadana de inseguridad?
Por una sencilla razón: si un país crece a 1,5% por año le tomaría 140 años duplicar su ingreso por habitante y así mejorar su nivel de vida. Mientras que si crecemos 5% anual, lograríamos que el ingreso por habitante se duplique cada 18 años, tal como lo ha señalado José Manuel Salazar.
Para salir del estancamiento y de la crisis que nos afecta, tenemos que ser audaces y desafiarnos a pensar en políticas y medidas distintas, propuestas fuera de la caja, que logren que lo que hoy parece imposible se vuelva real.
Definido el qué, propongo dialogar para que entre todos encontremos el cómo. Invitemos a los actores políticos, económicos y sociales más representativos a conversar para que se conozcan y derriben mitos y desconfianzas. Permitamos que se tomen un tiempo para intercambiar propuestas, en jerga futbolera, pongamos durante un rato la pelota en el piso y concentremos esfuerzos en lo que nos une, en lo que entendemos que es mejor para Chile, y seguidamente apuremos el tranco y avancemos juntos.
Para iniciar este esfuerzo de diálogo social, el cuándo es ahora. Los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país nos merecemos la oportunidad de recobrar la esperanza en que juntos podemos construir un mejor futuro para todos.
Por Pablo Bobic Concha, gerente legal de la Confederación de la Producción y del Comercio
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