Columna de Soledad Alvear: La justicia, clave para el desarrollo de las sociedades humanas



Estamos ad portas del plebiscito que convoca a votar Apruebo o Rechazo por la Constitución que ha propuesto la Convención Constitucional. Es demasiado importante la decisión que cada chileno debe tomar y es de esperar que lo hagamos conociendo los efectos que generan cada una de sus normas.

La justicia es esencial para hacer valer los derechos de todos los ciudadanos, ya que garantiza la igualdad ante la ley. La existencia de un Poder Judicial independiente de los demás poderes del Estado, permite que se limiten los abusos del poder y la parcialidad del juzgador. Es, por cierto, parte crucial de la institucionalidad de un país contar con los debidos contrapesos que eviten la concentración del poder absoluto en los gobernantes o en una parte de la población.

La Constitución propuesta dice en su preámbulo, “Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones”, definiendo en su artículo 1 al Estado de Chile como plurinacional, dándoles la categoría de nación a nuestros pueblos indígenas, con autonomía administrativa, política y financiera. En su capítulo IX, el Poder Judicial pasa a llamarse “Sistemas de Justicia”, cuyo artículo 309, “reconoce los sistemas jurídicos de los pueblos y naciones indígenas, que en virtud de su derecho a la libre determinación coexisten coordinados en un plano de igualdad con el Sistema Nacional de Justicia”. Esto quiere decir que coexisten diversos sistemas de justicia, con las complejidades que originarán. Por cierto, los pueblos originarios nunca han tenido reglas jurídicas claras y conocidas. Quienes queden sujetos a esa justicia quedarán sometidos a reglas inciertas que no se conocen de antemano.

La institucionalidad chilena incluye un amplio conjunto de entes autónomos, que aseguran la plena vigencia del Estado de Derecho; uno de ellos, el Tribunal Constitucional, que también se modifica por una “Corte Constitucional”, se suma a una serie de cambios que se generan en el Poder Judicial, debilitándolo y exponiéndolo al riesgo de politizar la justicia. El sistema de justicia estaría cooptado por el poder político.

Es una responsabilidad ética informar a los ciudadanos de los riesgos que corren, en los temas que cada uno conoce. El debilitamiento de la justicia es uno de ellos. El ciudadano debería tener la confianza de poder pararse ante un juez, sabiendo que lo va a mirar como a un individuo y que juzgará acorde al mérito de la causa sin que importe su etnia, color político, o género.

Decía Epicteto: “Cuando hayas de sentenciar, procura olvidar a los litigantes y acordarte solo de la causa”.

Queremos un país libre, democrático, con igualdad ante la justicia para todos los chilenos. La Constitución propuesta, lamentablemente no lo garantiza.

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