Cómo fortalecer el orden global frente a futuras pandemias



Frank Tressler es embajador y representante de Chile ante los organismos internacionales, en Ginebra.

En abril del año pasado el entonces canciller Teodoro Ribera envió una carta a sus pares invitándolos a iniciar un proceso de reflexión y posterior negociación de un instrumento jurídicamente vinculante para la preparación y respuestas de futuras pandemias. Esta decisión tiene su fundamento en la realidad de que el mundo seguramente deberá enfrentar futuras crisis sanitarias ante la mayor interacción del hombre con la naturaleza, lo que nos lleva a estar expuestos a nuevos y desconocidos patógenos. Asimismo, esta iniciativa ha sido sostenida y fortalecida por las actuales autoridades, en especial por el Presidente Sebastián Piñera y el canciller Andrés Allamand, tanto en diálogos bilaterales como en diversos foros multilaterales, globales y regionales.

Este nuevo Tratado contra las Pandemias, que Chile está promoviendo, está centrado en fortalecer el orden jurídico internacional existente, considerando nuestras experiencias frente al Covid-19, siendo complementario a la actual normativa internacional vigente -Reglamento Sanitario Internacional de 2005-, y negociado por todos los Estados dentro de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los principios orientadores de una negociación de esta naturaleza son los de la cooperación y la solidaridad. La experiencia nos ha demostrado que frente a una sociedad globalizada y estrechamente interconectada la única solución sustentable es el trabajo conjunto de todos los actores.

Algunos elementos que consideramos podría tener un nuevo tratado internacional frente a las futuras pandemias serían, entre otros, fortalecer los mecanismos de alerta temprana, estableciendo una especie de semaforización; establecer exámenes periódicos universales entre los Estados, con la finalidad de incentivar una mejor implementación nacional de las normas sanitarias internacionales, como los que se utilizan con éxito respecto de los Derechos Humanos y en temas como la lucha contra la corrupción en la OCDE. Otros aspectos que podría contener un nuevo tratado internacional son normas que aseguren la libre circulación de los insumos médicos; garantizar el regreso seguro de los nacionales y residentes a sus países de origen en caso de decretarse una emergencia sanitaria; el acceso e intercambio oportuno del genoma de los virus que generan las nuevas pandemias, de manera que se puedan elaborar las necesarias vacunas a tiempo, garantizando su acceso y distribución universal y equitativo.

El próximo 24 de mayo se inicia la 74ª Asamblea Mundial de la Salud en la ciudad de Ginebra, donde 174 Estados miembros de la OMS se reunirán y deberán aprobar una resolución sobre cómo fortalecer a la OMS en su preparación y respuesta ante emergencias sanitarias. Chile ha liderado la iniciativa de colocar en la agenda y en el texto de dicha resolución la necesidad de considerar negociar un tratado jurídicamente vinculante sobre la materia. Pero ello dependerá de que los 174 Estados miembros logremos consensuar dicha resolución, dejando de lado nuestros intereses particulares y trabajando consensuadamente para construir una arquitectura global de salud pública fortalecida, que nos permita enfrentar de mejor manera futuras crisis sanitarias, tomando nuestras experiencias y colocando la salud y la vida de las personas como centro de nuestras decisiones.

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