Columna de Cristóbal Cuadrado: Los cigarrillos electrónicos, una regulación necesaria

cigarrillos electrónicos


Los cigarrillos electrónicos o vapeadores son un conjunto de dispositivos que calientan un líquido para crear aerosoles que son inhalados por el usuario pudiendo contener nicotina, sabores, aromas y productos químicos adictivos y tóxicos.

La evidencia científica indica que estos productos son consumidos mayoritariamente por adolescentes, quienes aumentan la probabilidad de uso de cigarrillos tradicionales, comportamiento asociado a un daño potencialmente grave a su salud.

La relevancia de este tema en el país se relaciona con el crecimiento en ventas que han experimentado estos productos. La Encuesta Nacional en Población General (SENDA) de 2020 muestra un alza del consumo exploratorio de cigarrillos electrónicos desde un 7,3% en 2014 a un 15,3% en 2020, siendo en adolescentes y jóvenes entre los 12 y 34 años donde se observa la mayor utilización.

La industria del vapeo busca replicar una exitosa estrategia desarrollada en otros países, pretendiendo aparecer como una solución a la epidemia del tabaquismo, pero enfocando su publicidad en niños y adolescentes mediante marketing, patrocinio de eventos, nuevos sabores y altas concentraciones de nicotina con conocidos efectos adictivos. La evidencia disponible muestra un aumento epidémico en el uso de cigarrillos electrónicos en jóvenes de todo el mundo.

Como Ejecutivo estamos impulsando un proyecto de ley que se encuentra en discusión en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Este busca establecer la primera regulación en Chile a estos dispositivos según las orientaciones de la OMS y el Convenio Marco para el Control de Tabaco con tres pilares fundamentales: prohibir la venta a menores; evitar la publicidad de estos productos nocivos y asegurar espacios cerrados libres de humo en lugares de uso público.

La información disponible respecto al uso de estos dispositivos señala que jóvenes que nunca han fumado tabaco, aumentan entre 2 y 4 veces sus probabilidades de consumir cigarrillos tradicionales cuando inician el uso de vapeadores. Por otra parte, la mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, la droga adictiva que tienen los cigarrillos tradicionales y otros productos de tabaco. Consumir nicotina en la adolescencia puede dañar las zonas del cerebro que controlan la atención, el aprendizaje, el estado de ánimo y el control de impulsos. En revisiones realizadas por el Instituto de Salud Pública, entre 2013 y 2021, se halló que el 61 % de las muestras de cigarrillos electrónicos contienen nicotina y el 63% de estos no lo indica en su rotulado. Por esto es tan importante prohibir la venta a menores.

La publicidad juega un papel clave en la conciencia, popularidad y percepción de estos productos. Estudios de la OMS muestran que cuanto mayor es el número de canales físicos donde el cigarrillo electrónico se anuncia, mayor es la aceptabilidad de su uso. La exposición a la publicidad de los cigarrillos electrónicos, ya sea en línea o por canales físicos, incrementa la aceptabilidad social de su consumo. La prohibición de la publicidad que establece el proyecto de ley en tramitación, se considera como un mínimo regulatorio acorde a los estándares internacionales, siendo importante considerar también la obligatoriedad de incluir advertencias sanitarias.

Los aerosoles que emiten estos dispositivos electrónicos aumentan la concentración de material particulado en espacios cerrados que además contienen nicotina y otras sustancias tóxicas. De esta manera, las emisiones de estos productos implican un riesgo para usuarios como para no usuarios mediante la exposición pasiva al humo. Su uso no regulado expone a niños y niñas no solo a emisiones tóxicas, sino que también a la naturalización del consumo de un producto potencialmente dañino y adictivo. Hemos avanzado muchísimo en nuestro país en espacios libres de humo en los últimos años, cuestión que tenemos que mantener mediante una regulación que evite que los cigarrillos electrónicos se usen en espacios cerrados de uso público.

La decisión de incorporar estas medidas no solo depende del Ministerio de Salud, es un trabajo conjunto con los legisladores quienes pueden en este proyecto demostrar su compromiso con la salud de niños y niñas de nuestro país evitando que se inicien en una práctica que solo produce adicción y riesgos. Así, en sus manos está evitar futuras generaciones de fumadores en Chile, con el historial de enfermedades y muertes que sabemos esto supone.

Por Cristóbal Cuadrado, subsecretario de Salud Pública

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