El proyecto de pensiones



Según la encuesta del CEP, el 83% de las personas piensa que las principales causas del estallido social son la alta desigualdad de ingresos, las bajas pensiones, el alto costo de la vida y la mala calidad de la salud y educación pública. En este contexto, no es difícil identificar la salida a la crisis. Una agenda social radical y un proceso constituyente que permita superar la actual Constitución que contiene una estructura de derechos y reglas del juego que permitieron y promovieron los graves desequilibrios sociales que nos llevaron a esta situación.

El proyecto crea un aporte patronal que debería alcanzar en 12 años un 6%, a ser administrado por una nueva institución pública. De esos seis puntos, tres irían a la cuenta individual de los trabajadores y los otros tres a un nuevo pilar de ahorro colectivo y solidario destinado a mejorar las pensiones de los actuales y futuros pensionados.

Se trata de un avance significativo pues representa el reconocimiento que el mejoramiento de las pensiones solo puede venir de reformas que permitan enfrentar colectivamente el desafío. Resulta una falacia el argumento de que los trabajadores de entre 30 y 40 años no verán mejoradas sus jubilaciones al destinarse 3 puntos al fondo solidario. Tanto en la actual generación de pensionados como en las futuras generaciones el país enfrenta una desigualdad irritante(que supera con mucho lo que sugieren las mediciones del índice de Gini). Este es el problema que debemos resolver.

En efecto, y a manera de ilustración, en el mes de noviembre un poco más de 8 mil personas accedieron a la jubilación, de las cuales el 82% tuvo una pensión autofinanciada promedio de UF 2,77 (esto es 78 mil 460 pesos según valor UF viernes 17 de enero) cifra que no alcanza ni al 50% de lo que se estima la línea de la pobreza. Esta situación no se resuelve destinando a cuentas individuales los seis puntos adicionales pues en el mejor de los casos las pensiones de personas que hoy laboran en condiciones similares al 82% de quienes jubilaron en noviembre, alcanzarían algo así como 4,4 UF (cerca de 125 mil pesos). Estas personas están sujetas a los problemas del mercado de trabajo, a una eventual baja rentabilidad de los activos financieros entre otros.

Es por ello que el proyecto del gobierno de enfrentar colectivamente este problema va en la dirección correcta, pero es insuficiente, pues el camino de real solución exige que los seis puntos del aporte patronal se destinen a este fin. Cabe señalar que lo que está en juego es que la mayoría de los chilenos tenga, o no, una pensión digna, pero más allá de eso, lo que está en juego es la legitimidad del sistema de pensiones y la paz social, elementos indispensables para que la actividad económica sea posible. Esta es la principal lección del estallido social del 18/O.

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