SEÑOR DIRECTOR:
La economía chilena presenta una nueva caída de la actividad, tras registrarse una variación anual del Imacec de -1,1% en abril. Esto fue una sorpresa negativa para el mercado, que esperaba una menor disminución.
La manifestación más clara de que la economía se encuentra debilitada está en el mercado laboral, en forma de una menor creación de empleo asalariado formal en el sector privado. Sin embargo, también hay que reconocer que esta caída es más bien moderada.
Estamos lejos de las contracciones de producto de 14,8% y 9,7% anual, observadas en el segundo y tercer trimestre de 2020, respectivamente. En este sentido, la contracción actual de la actividad económica es mucho menor a la observada en la recesión del Covid.
Las perspectivas para la actividad del segundo semestre son más positivas, en medio de una base de comparación menos exigente. La inflación presenta una tendencia a la baja, en un contexto donde las expectativas económicas a dos años están ancladas en la meta del Banco Central por tercer mes consecutivo según la Encuesta de Expectativas, abriendo paso a una pronta disminución de la Tasa de Política Monetaria.
Los salarios reales siguen creciendo frente a la disminución de la inflación, mientras la incertidumbre económica disminuye en línea con la menor incertidumbre política. En conjunto, esto debiera favorecer el consumo privado y contribuir a la contención de la actividad económica, toda vez que no se materialicen los riesgos asociados a un menor impulso externo por el debilitamiento de la economía China y los ajustes monetarios en Europa y Estados Unidos.
Valentina Apablaza
Investigadora OCEC UDP
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