Inaceptable política de cancelación del Partido Comunista

Su estrategia parece no tener límites. Luego de lograr la renuncia del delegado presidencial para los 50 años, ahora arremete contra la destacada artista cubana Tania Bruguera, invitada por el Museo de la Solidaridad Salvador Allende.



La cubana Tania Bruguera es, sin discusión, una de las artistas más destacadas a nivel latinoamericano e internacional. Su obra, que trabaja en torno al arte y la política, ha sido expuesta en los principales museos del mundo, entre los que se destacan el Moma y New Museum de Nueva York, el Tate de Londres, la Bienal de Venecia (2001, 2005, 2009 y 2015) y Documenta Alemania.

Por ello, el anuncio de que el Museo de la Solidaridad Salvador Allende la convocó para exponer en el marco de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, fue recibido con gran expectación por el mundo artístico y por todas aquellos que quieren conocer su obra. Pero ni el talento ni la trayectoria de Tania Bruguera lograron convencer al Partido Comunista chileno de las bondades de su visita. Por el contrario, se han dedicado a atacarla, calificándola de traición y agravio a lo que representa el 11 de septiembre. La nota más dura la representó el alcalde Daniel Jadue, quien calificó de traición que “una agente norteamericana disfrazada de artista venga a exponer al Museo de la Solidaridad Salvador Allende”.

Anteriormente, Pablo Sepúlveda Allende, nieto del ex Presidente, había hecho un llamado para que el museo se retracte de la “grotesca provocación” y “reparen el insolente agravio hacia la imagen, memoria y legado de Salvador Allende”, al organizar la muestra de Bruguera, una artista que, según él, solo se dedica a criticar una revolución que “tanto Allende como millones y millones de personas en Cuba como en el mundo entero admiramos, defendemos y amamos”.

¿Cuál es el pecado de la artista? Es crítica del régimen cubano. Y si bien estuvo detenida un tiempo por aquello, ha contado con cierta libertad, porque, según dice, el régimen no quiere que se arme un escándalo. “No te vamos a meter más presa porque no queremos que seas la Ai Weiwei cubana ni te den un premio Nobel”, le dijeron en un interrogatorio, según recordó en una reciente entrevista.

Para el Partido Comunista chileno se trata de algo insoportable. Conocida es la intolerancia que tiene hacia cualquier crítica respecto de la revolución cubana, al estimarla casi sagrada. Un estatus que la exime de cualquier cuestionamiento, incluso cuando se incurren en violaciones a los derechos humanos y la democracia. Ahí las víctimas pasan a ser agresores, como intentan hacerlo ahora con Bruguera.

Esta estrategia, si bien no le ha permitido construir una mayoría política para hacerse con más poder, sí le permite al PC ejercer una suerte de cancelación respecto de toda disidencia. Hace solo unas semanas lograron la renuncia de Patricio Fernández como delegado presidencial para los 50 años del aniversario del 11 de septiembre, lo que demuestra el enorme poder de veto que ha ido ganando la extrema izquierda.

En este nuevo caso, no está claro lo que sucederá. Si bien la dirección del museo emitió un comunicado donde defendió con fuerza la muestra, la presión del PC en estos ámbitos no es menor y, además, da la impresión de que está actuando casi como de salida de un gobierno que pareciera cada día le acomoda menos. Y eso se refleja en actos como estos, donde no trepidan en irse al extremo con tal de transmitir la señal de que el PC es quien encarna a la verdadera izquierda, y la que en la práctica tiene el poder.

Si bien la cancelación de sus enemigos es algo natural para el Partido Comunista, esto no debe llevar a dejar pasar las aberraciones que cometen en este camino. Y estas son de forma y de fondo. En lo que respecta a las formas, resulta totalmente improcedente que Daniel Jadue se refiera a Tania Bruguera como una “agente norteamericana disfrazada de artista”. Eso no solo es de una incultura mayor, sino también representa una frivolidad en el hablar que no se condice con la figura de un alcalde. Y dado que estos comentarios han trascendido internacionalmente, dejan a Chile muy mal.

Respecto del tema de fondo, está lo de siempre, que es pretender cancelar las expresiones artísticas o las opiniones que no son de su agrado, vulnerando así aspectos esenciales de la libertad de expresión.

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