Investigación a recursos de Juegos Panamericanos

Es preocupante que a estas alturas existan cuantiosos fondos que no han sido rendidos apropiadamente y dudas con aspectos de la organización. El país debe extraer las lecciones de esto para efectos de futuros torneos de talla internacional en que pretende ser sede.



Los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos celebrados en 2023 han sido motivo de justificado orgullo para el país. Ello no solo por el buen rendimiento que presentaron los atletas nacionales -lo que se vio reflejado en el nutrido medallero-, sino además porque hay pleno consenso en que la organización de los juegos mismos y la infraestructura requerida para el desempeño de las distintas disciplinas cumplió a cabalidad con sus objetivos.

Sin embargo, en paralelo a esta notable dimensión corre una arista preocupante, relacionada con los cuestionamientos que se han formulado respecto del cuantioso aumento del costo total de los juegos, los que de US$ 200 millones que fueron proyectados inicialmente terminaron implicando desembolsos por más de US$ 600 millones, existiendo a la fecha abundantes recursos que aún no han sido rendidos. Estos y otros problemas -como la demora que presentaban algunas obras clave- terminaron provocando que a solo cinco meses de comenzar los juegos la directora de la Corporación Santiago 2023 renunciara, por lo que la nueva administración tuvo que hacerse cargo de estos problemas en tiempo récord. Este conjunto de irregularidades ya había encendido las alarmas mucho antes, lo que motivó que en junio pasado se conformara una comisión investigadora de la Cámara de Diputados, que ha puesto su foco sobre todo en el rol del Ministerio del Deporte y el Instituto Nacional del Deporte.

Por su parte, la Contraloría también ha abierto una serie de investigaciones al respecto, cuyos primeros antecedentes han causado justificada preocupación. Ayer de hecho la contralora subrogante concurrió a la comisión investigadora, señalando la existencia de graves irregularidades administrativas. Al respecto ilustró que hasta el momento solo se ha rendido un 31% de los recursos. También hizo ver que hay rendiciones pendientes por $194 mil millones, en tanto que ya se han enviado los antecedentes al Consejo de Defensa del Estado para que haga el cobro de $ 17 mil millones aún no rendidos.

Si bien el hecho de que aún no se hayan rendido estos fondos no implica per se la configuración de un desfalco, es inquietante constatar que a estas alturas un porcentaje tan elevado del presupuesto total siga pendiente de una apropiada rendición. Resulta por lo mismo fundamental que todos estos cuestionamientos se despejen a la brevedad y no quede sombra alguna respecto del uso que se le dio a los recursos públicos. Sería naturalmente un golpe muy grave para la imagen del país que finalmente se comprobaran manejos irregulares, pues empañaría lo que fueron unos juegos admirables.

El caso de los Panamericanos debe ser aleccionador para futuros torneos de categoría internacional en que el país será organizador. Uno de ellos es el Mundial Sub 20, según confirmó recientemente la FIFA, lo que tendrá lugar en 2025. Aun cuando los montos que requeriría su organización son sustancialmente menores a los que implicó los Panamericanos, en la medida que existan recursos públicos involucrados es importante que los mecanismos de fiscalización puedan actuar con más antelación, justamente para evitar que las suspicacias puedan empañar el torneo.

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