La columna de Pamela Méndez y Emir Rahil: “¿Estamos listos para una nueva regulación?”

"Uno de los aspectos más destacados de estas nuevas normas es la importancia que se otorga al concepto de “materialidad” en la información, ya que, su omisión o mala interpretación, podrá afectar en las decisiones de los inversionistas".



Sabemos que en los últimos años la preocupación por el cambio climático y la responsabilidad social empresarial han llevado a convertir la sostenibilidad en una prioridad empresarial a nivel global. En nuestro país la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) dio un paso importante con la Norma de Carácter General 461 que establece requisitos de divulgación de información sobre sostenibilidad. Sin embargo, cuando las empresas locales recién asumen los alcances y esfuerzos de la 461, entramos a una nueva era con la reciente introducción de las Normas de Información Financiera Internacional (NIIF) S1 y S2, las cuales llegan a cambiar el paradigma para las empresas nacionales.

La NIIF S1 y S2 son un conjunto de normas diseñadas para mejorar la transparencia y la consistencia en la divulgación de información relacionada con la sostenibilidad en las empresas. Estas normas nos hacen dar un paso adelante significativo con respecto a la NCG 461 y establecen estándares más rigurosos para la presentación de informes de sostenibilidad. Uno de los aspectos más destacados de estas nuevas normas es la importancia que se otorga al concepto de “materialidad” en la información, ya que, su omisión o mala interpretación, podrá afectar en las decisiones de los inversionistas.

Esta materialidad se convierte en un elemento clave en la toma de decisiones de las empresas en cuanto a qué información divulgar. Esto no solo requiere una comprensión profunda de los riesgos y oportunidades ambientales, sociales y de gobierno (ASG) de la empresa, sino también la capacidad de comunicar de manera efectiva cómo se están abordando estos temas. Es decir, las empresas deben identificar y divulgar los aspectos de sostenibilidad que son más relevantes para sus negocios y para sus inversores.

Es importante tener en cuenta estos cambios, ya que las fechas clave para la implementación de estas nuevas normas están a la vuelta de la esquina en Chile, ya que, estarán activas a partir del 1 de enero de 2024 y el gran desafío es prepararse adecuadamente en corto tiempo para cumplir con los requisitos de divulgación. Dicho lo anterior, ¿están las empresas chilenas realmente preparadas para este nuevo conjunto de normas?

A nuestro parecer, la respuesta es mixta. Algunas empresas han estado a la vanguardia en la adopción de prácticas de sostenibilidad y en la divulgación de información ASG mucho antes de que estas normas se hicieran obligatorias. Han incorporado la sostenibilidad en su cultura corporativa y han establecido procesos sólidos para la recopilación y presentación de datos relevantes. Sin embargo, muchas otras empresas aún tienen trabajo por hacer. La implementación de las NIIF S1 y S2 requiere una revisión profunda de las prácticas de informes actuales, así como inversiones en sistemas y capacitación para garantizar que los datos ASG sean precisos y confiables.

Este importante paso en sostenibilidad empresarial marca un antes y un después para el mundo empresarial en nuestro país. Son normas que nos obligarán a tener negocios con mayor consciencia y responsabilidad, pero, aun así, representan un desafío, requieren de un esfuerzo adicional y una preparación más rigurosa por parte de las empresas. De todas maneras, siempre ha quedado demostrado que los desafíos vienen con nuevas oportunidades y quien le dé prioridad a esto, tendrá una ventaja frente a sus competidores. ¿Estamos listos para esta nueva regulación?

* Pamela Méndez, es socia líder de Servicios de Sostenibilidad y Emir Rahil, es socio de Auditoría en EY Chile.

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