Legislar por pensiones

SEÑOR DIRECTOR

Hace algunas décadas atrás campeaban en nuestro país expresiones como "avanzar sin transar", "les negaremos la sal y el agua" y muchas otras que denotaban división, beligerancia y, por cierto, ningún afán de converger a acuerdos, sino más bien derrotar al "enemigo político" e imponer el propio proyecto político que encarnaba "la verdad absoluta" de ese sector. La historia mostró con severa elocuencia lo negativa que fueron esas prácticas para nuestro país.

Justamente por esta razón, el discutido acuerdo que origina la aprobación por parte de la Cámara del Proyecto de Ley de Reforma Previsional tiene un enorme valor. En primer lugar, en lo medular de la iniciativa, abre la posibilidad de comenzar a solucionar un problema urgente y que agobia la vida diaria de cientos de miles de familias chilenas como son las bajas pensiones, mientras antes se enfrente esta situación mayor capacidad tendrá el sistema para proveer una solución. Rechazar de plano la idea de legislar habría sido de un enorme costo para el país, especialmente para la gente de mayor edad que es objeto de mejoras en el proyecto.

En segundo lugar, no puede dejar de mencionarse que este debate lleva años en la palestra pública sin mayores avances concretos, la falta de concordancia en esta materia se ha traducido en la inmovilidad, por eso no es extraño que el compromiso de acuerdo originara tanta polémica y, con toda seguridad, no dejó satisfecho a quienes aspiraban a una solución más parecida a un todo o nada. Sin embargo, como contrapunto, también fue la derrota a quienes querían negar la "sal y el agua". La política es el arte de lo posible y muchas veces para poder avanzar hay que ceder y negociar, con una alta probabilidad nadie va a estar contento con lo acordado en su totalidad, pero al fin puede verse luz al final de este largo túnel que el país necesita con apremio superar.

Álvaro Clarke De la Cerda

Ex Subsecretario de Hacienda

Ex Superintendente de Valores y Seguros