Lento avance legislativo

Tematicas Congreso Nacional


Esta semana fueron convocados por parte de los presidentes de ambas cámaras del Congreso los representantes de los partidos que firmaron el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución en el mes de noviembre para comprometer la colaboración con el carácter pacífico del proceso constitucional. Una instancia que finalmente tuvo una asistencia parcial y sin señales claras, pero que permitió obtener el compromiso de acelerar la tramitación legislativa de los proyectos de la agenda social. Camino necesario atendido que las causas de la crisis social recogen demandas en muchos casos desoídas y que por la misma razón la opinión pública califica deficientemente al Congreso y los partidos políticos, y que ciertos proyectos relevantes -previsional y salud, entre otros- se dilatan por causas que muchas veces responden a razones más de obstrucción y presión política que de la calidad del propio proceso.

Sin embargo, y más allá del revés de lo ocurrido con el proyecto sobre ingreso mínimo garantizado, que se verá en comisión mixta el lunes, las actuaciones de una bancada de parlamentarios opositores solicitando estudios por las condiciones para inhabilitar al Presidente o bien levantando un debate sobre adelantar elecciones, plantea severas dudas de que el Poder Legislativo en su conjunto esté por dar soluciones y respuestas a las demandas sociales. Como también que las intenciones declaradas sean realmente representativas de la totalidad de los parlamentarios

Es fundamental abocarse a aquello para lo que están llamados, legislar con prudencia y profundidad pero también con la celeridad que la situación requiere y la ciudadanía demanda. Esto es especialmente relevante en aquellos casos en que hay efectos inmediatos en el bienestar de la población. Deben dejar de lado actuaciones populistas que solo buscan obtener el aplauso fácil de la calle pero que a la larga no solo debilitan aún más la imagen del propio Congreso, la labor parlamentaria y los partidos políticos, sino la institucionalidad en su conjunto. Es importante, por ello, despejar cualquier duda de que la velocidad de la discusión de las iniciativas termine siendo determinada no por su mérito sino por el fortalecimiento de las posiciones de cara al plebiscito.


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