SEÑOR DIRECTOR:
La semana pasada, en menos de 80 horas Maipú se volvió a teñir de sangre con el asesinato de cuatro personas. A ello se suma el descubrimiento de una bodega donde criminales del Tren de Aragua torturaban y asesinaban a sus víctimas.
Detrás de cada muerte y cada hecho criminal, no solo hay una estadística criminal, sino que familias quebradas por completo. Una niña de 10 años que pierde la vida al lado de su padre; un hombre ejecutado a la orilla de un canal; una persona ultimada en plena vía pública; y un comerciante abatido en un asalto.
La triste realidad de Maipú es, asimismo, la triste realidad de Chile. Y lamentablemente, la afinidad del alcalde Vodanovic con el gobierno le impide actuar con más energía y agilidad en la búsqueda de soluciones con el gobierno central. ¿Cuántos más deben morir en Maipú para que las autoridades locales tomen medidas concretas ante esta catástrofe de seguridad?
La pregunta que nos atormenta: ¿Cuándo podremos salir tranquilos de nuestras casas? Basta de declaraciones altisonantes y promesas retóricas incumplidas. No necesitamos a un Presidente que ante cada hecho de sangre repita que buscará a los responsables por cielo, mar y tierra. Lo que necesitamos es un Presidente que trabaje sin descanso para que no mueran más chilenos y un alcalde que proteja de verdad a los vecinos de la comuna.
Exigimos señales tangibles de las autoridades que, aunque afirman sentir desgarramiento ante estas noticias, al mismo tiempo indultan y otorgan pensiones de gracia a delincuentes. ¡Basta ya! Maipú y Chile claman por una seguridad real, no más palabras vacías en un mar de desesperanza.
Macarena Bravo Rojas
Cientista política
Prosecretaria Partido Republicano
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