SEÑOR DIRECTOR:
Aparece en los medios una declaración del Presidente Javier Milei referida a la construcción de una base naval en Ushuaia como un acto de soberanía, pensando en fortalecer sus “derechos antárticos” y como primer paso para la recuperación de las Islas Malvinas.
Si bien se puede entender que su discurso puede ser parte de su política interna, es fundamental leer el mensaje a partir de las disputas por la plataforma continental en la Antártica, por lo que se percibe como muy relevante que el gobierno de Chile, con mucha prontitud, salga a poner las cosas en el lugar que corresponde y resguarde los intereses de Chile.
No es posible ignorar que la política exterior argentina, en el caso de Malvinas y de la Antártica, es una política de Estado, con claros objetivos geopolíticos de largo plazo que afectan a Chile. Se refuerza esto con que la construcción de la base, de características militares, pone en el foco nuevamente la crisis levantada por Argentina al diseñar su plataforma continental ignorando las reclamaciones chilenas. Es muy probable que el discurso de Milei esté orientado a la política interior basada en lo emocional de la causa de las Malvinas, pero, de paso, plantea la proyección de su visita y la construcción de la base como el mayor acto soberano y es ese el punto en que toca los intereses de Chile que, muy rápidamente la Cancillería pone las cosas en su lugar.
Cuando la política interna de un Estado utiliza la conflictividad vecinal, no sabemos cuánto y cómo escala el conflicto. En este caso, resulta fundamental este téngase presente.
Jorge Sanz Jofré
Académico Universidad del Desarrollo
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