Movilizaciones estudiantiles

Instituto Nacional
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SEÑOR DIRECTOR

Paralizaciones estudiantiles como la del Instituto Nacional han perdido el rumbo. Al parecer, a ojos de algunos escolares, cursar en colegios de excelencia constituye un derecho adquirido, y la experiencia que se vive fuera de la sala de clases importa más que la del aula misma.

No son muchos, pero siendo una minoría, esos escolares se hacen sentir como mayoría. No reconocen al profesor que está al frente como una persona de autoridad o esfuerzo por sus años de trayectoria en formación, preparación de clases, evaluaciones y reuniones incesantes en un sistema que, además, exige mejoras continuas y el cumplimiento de metas infinitas.

Pero, en casos así, parece que la salud mental importara solo para unos. Falta capacidad y las ganas para ver al otro, al que quiere tener clases o enseñar, como si los derechos universales, en realidad, fuesen relativos. El derecho de reclamo de unos parece superior al de trabajar o a estudiar de muchos otros.

Los tiempos han cambiado y se hace necesario pensar en nuevas formas de relación dentro de la comunidad escolar, que recuperen el lugar y la dignidad que corresponde a cada uno y que recuerden que, en estas materias, no debería pensarse en el otro como un opuesto, cuando en el fondo, todos, de uno u otro modo, aspiran a un objetivo común: mejorar la educación.

María Gabriela Huidobro

Decana Fac. de Educación y Ciencias Sociales, Universidad Andrés Bello

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