Nueva Ley de Donaciones de beneficio público: por un Chile de todos y entre todos

Por Karla Rubilar, ministra de Desarrollo Social y Familia, y Rodrigo Cerda, ministro de Hacienda

Es difícil imaginar nuestro país sin organizaciones de la sociedad civil como la Teletón, el Hogar de Cristo o los cuerpos de Bomberos. Contamos, sin duda, con una larga tradición solidaria que es orgullo nacional. Es así porque es parte del alma de Chile constituirse como una nación en la que familias, comunidades y asociaciones civiles se apoyan mutuamente en su desarrollo y ante catástrofes.

Muchas veces hemos visto cómo estas mismas organizaciones llegan a brindar una mano donde las políticas de Estado, por diversos motivos, no logran hacerlo. Sin embargo, en el duro contexto que nos ha tocado vivir producto de la pandemia del Covid-19, estas asociaciones y comunidades se han visto particularmente afectadas en su trabajo de apoyo social. Es por esto por lo que, reconociendo el deber del Estado en la promoción de este tipo de iniciativas, y para ayudar a sanar las heridas que la crisis social y sanitaria ha dejado, como gobierno hemos presentado un proyecto de ley para crear un nuevo régimen de donaciones con beneficios tributarios en apoyo de las entidades sin fines de lucro, el que, tras una fructífera discusión en el Congreso, se convertirá en ley.

Este nuevo estatuto legal permitirá efectuar y recibir donaciones de manera sencilla, expedita y transparente, simplificando los procesos de donaciones y creando un sistema más amigable para donantes y donatarios. Complementario a esto, ampliaremos el abanico de objetivos de organizaciones que pueden recibir fondos con beneficios tributarios, incluyendo ámbitos tan relevantes como medioambiente, salud, DD.HH., ayuda humanitaria, defensa de los animales, entre otros. Asimismo, se aumentarán los montos de donación susceptibles a recibir beneficios tributarios y se incrementarán las prohibiciones y sanciones en caso de mal uso de los beneficios contemplados por las normativas de donaciones.

Esta nueva ley es producto de un exigente trabajo llevado a cabo por muchas personas e instituciones. Como gobierno debemos reconocer, en este contexto, la buena tramitación del proyecto en el Congreso, de quien recibimos, transversalmente de parte de parlamentarios del oficialismo y de la oposición, aportes significativos. Y junto con ellos, también de diversas organizaciones de la sociedad civil. Fruto de este trabajo colaborativo son los altos niveles de aprobación que tuvo el proyecto en las distintas etapas legislativas, lo que ratifica, una vez más, la convicción de que, más allá de nuestras legitimas diferencias, nos une el amor por Chile y el sueño de construir un país que tenga la solidaridad, como uno de los pilares de su desarrollo.

Estamos convencidos que esta nueva normativa nos ayudará a profundizar el sentido de comunidad que nos define como país y a afianzar la profunda convicción de que todos somos responsables de todos. Al fin y al cabo, el espíritu de colaboración que forma parte de nuestra alma nacional no es producto de un mero acto caritativo, sino el pilar sobre el que se funda la búsqueda de objetivos que nos son comunes a cada uno de nosotros.