Han pasado dos semanas desde las elecciones que definieron a los 155 constituyentes que escribirán nuestra nueva Constitución. Es un gran hito, con la novedad de tener escaños reservados para pueblos originarios y paridad de género. Lo primero es conocer los fundamentos de cada constituyente, para ir fijando objetivos comunes y construir sobre ellos los acuerdos para una amplia mayoría. Hemos visto que hay variados conceptos y opiniones sobre temas como el emprendimiento, el medioambiente y los derechos de agua, así como resolver temas de equidad, integración o derechos sociales.
Necesitamos un Estado más eficiente, que dé las garantías y regulaciones acorde a los avances mundiales sobre el mercado y, especialmente, los servicios básicos, ayudando así a emparejar la cancha. Asimismo, el Estado necesita cuidar los tres poderes –ejecutivo, legislativo y judicial- para equilibrar los intereses ciudadanos y proteger la propiedad privada, como base de nuestra libertad de emprender. El gran desafío común de los constituyentes es definir los fundamentos para el futuro de Chile, buscando equilibrios sólidos y reglas ajustadas al mundo moderno.
En una entrevista a Ha-Joon Chang, el académico y economista de la Universidad de Cambridge, confirma que Chile también debe reajustar las reglas del mercado económico, a uno más moderno y competitivo. Como ejemplo, en nuestra economía los actuales clusters productivos ya no pueden seguir sosteniéndose sólo en la explotación de materias primas y empleos de bajos sueldos. Debemos pasar a un siguiente nivel, con productos de mayor valor agregado, pudiendo ser también nuevos sectores de manufactura con más tecnología y con la capacidad de exportar ese conocimiento. A estos, sumar oportunidades de innovación digital, automatización robótica e inteligencia artificial.
Sería valioso definir para nuestro avance económico un plan estratégico y con visión de largo plazo, ojalá trazado de forma colaborativa entre lo público, lo privado, la sociedad civil y las instituciones educacionales. Ese plan sería una proyecto país, abierto al escrutinio y debate público. Un ejemplo muy concreto es el programa Start Up Chile impulsado hace unos 10 años por Corfo, y que tiene como objetivo formar un ecosistema emprendedor activo. El proyecto ha tenido interesantes avances, pero ahora requiere empujar con fuerza los casos de emprendimientos exitosos, para escalar y transformarse en empresas sólidas y de proyección global. Los nuevos créditos Fogape y los programas Build, Ignite, Growth y GoGlobal, de Corfo y ProChile, van en la dirección correcta, pero necesitamos mucho más. Aquí el Estado debe fijar las reglas e incentivos, y el sector privado jugárselas en aportar fondos y conocimientos. El reforzar el mercado emprendedor tiene mucho valor en la innovación (I+D) y en la reactivación económica debido a su alta generación de empleos. En esa línea, hace pocos días la Sofofa eligió a su nuevo presidente, quien dio un fuerte énfasis a la colaboración público-privada que debemos trabajar como país y asimismo, restablecer el diálogo con un proyecto común que pueda reactivar la inversión, innovación y sobre todo, la recuperación del millón de empleos perdidos en la pandemia. Muy valiosas declaraciones tomando en cuenta que la Sofofa tendrá un rol importante en el contenido que será escrito sobre el mundo productivo, laboral y empresarial.
La industrialización y la digitalización, así como la inteligencia artificial y la automatización de servicios y procesos, obligan a repensar las empresas y su rol en la sociedad. Los gestores del mercado económico deben ser cada vez más claros en transmitir a la ciudadanía explícitamente los propósitos de su negocio, centrándose en los clientes y el bienestar de las personas. Los ciudadanos exigen hoy modelos de convivencia más inclusivos y equitativos, que generen una mejor calidad de vida, cuidando a todos los stakeholders y siguiendo los conceptos de sostenibilidad. En ese contexto, esperamos que los pilares de nuestra nueva Constitución sean un importante aporte en estos desafíos, y que nos unan a encontrar ese nuevo equilibrio para la nación.
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