Políticas de prevención



SEÑOR DIRECTOR

En los últimos años se ha vuelto habitual para las Fiestas Patrias la sobredemanda de servicios de buses interurbanos, provocando que un número no menor de conductores recurran a diversos estimulantes como cocaína o anfetaminas para responder a dicha demanda.

Dentro de las políticas de fiscalización de las autoridades, el alcotest es un instrumento eficaz. Sin embargo, el alto número de viajes interurbanos, sumado a la falta de equipos en distintos puntos del país, hace imposible generar el efecto inhibitorio que se busca con estas fiscalizaciones.

A esta precaridad se suma la falta de mecanismos de control a la conducción de vehículos bajo los efectos de estupefacientes, lo que deriva en situaciones trágicas, como el accidente ocurrido en Mendoza en febrero, en que el chofer manejaba bajo los efectos de la marihuana y cocaína.

En la década de los 80, el gobierno de Ronald Reagan implementó una política de severo control de alcohol y drogas en empleados del transporte interurbano en Estados Unidos, tras la colisión de trenes en el condado de Baltimore, en 1987, provocado por la negligencia de un ingeniero ferroviario que consumió marihuana antes del accidente.

¿Tenemos que pasar por hechos así para actuar? La implementación de políticas públicas deben ser proactivas y no reactivas. Es la vida y salud de compatriotas e, incluso, de nuestros hijos las que están en riesgo, por lo que es imperativo enfrentar este problema con seriedad y urgencia.

Patricio Labatut

Gerente General Global Partners

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