Sistemas de pensiones: ¿hacia dónde miramos?


Por Dominique Keim y Paula Mansilla, Centro de Políticas Públicas UC

Agosto es la fecha establecida por el gobierno para presentar la reforma al sistema de pensiones. Para construirla, además de los distintos insumos que se obtengan desde la percepción de la ciudadanía, será relevante mirar la experiencia de otros países.

Como Centro de Políticas Públicas UC -a través del proyecto “Te escuchamos a Fondo”-, hemos estudiado una decena de sistemas de pensiones implementados en el mundo. En este trabajo, constatamos que, tal como lo reporta la literatura, estos sistemas son diversos y se van adaptando a los distintos contextos demográficos, económicos, políticos y sociales de cada país. Por ejemplo, solo entre septiembre del 2019 y el mismo mes del 2020, los países de la OCDE aprobaron, en total, cerca de 70 modificaciones a sus sistemas, en cuanto a la edad de jubilación, la cobertura, los beneficios, y las pensiones básicas.

Claramente, hay sistemas que muestran mejor desempeño que otros, entonces, ¿hacia dónde debemos mirar? Un buen indicador, puede ser el Ranking Mercer, que pone puntaje a los sistemas de pensiones de acuerdo a distintas variables, como el pago y los beneficios que entrega la pensión, la sustentabilidad del sistema y la confianza que la ciudadanía le entrega a éste. En este ranking, Chile ocupa el N°16 entre 43 naciones.

Dentro de los mejor evaluados, está Países Bajos y Dinamarca, donde -de acuerdo con la OCDE- las tasas de reemplazo (porcentaje que representa el monto de la pensión respecto del promedio de las remuneraciones del trabajador en los últimos 10 años) llegan al 89% y 84%, respectivamente. Aunque con matices, en ambos existe un pilar público básico de reparto, que representa parte importante de lo que reciben los jubilados. Esto se complementa con planes de empleo privados y cuasi obligatorios, que se negocian a través de convenios colectivos de gremios o empresas y que cubren a la mayoría de los trabajadores. Así han logrado entregar buenas pensiones, y a la vez, tener un sistema que puede sostenerse en el tiempo.

Otro caso es el de España, que con su sistema de reparto ha llegado a una buena tasa de reemplazo, que alcanza el 80%. Sin embargo, aquí la sostenibilidad sí corre peligro -y por eso ocupa el N°24 del ranking Mercer-. Pese a que los planes de empleo están disponibles, no están tan arraigados entre los trabajadores. Distinto es el caso de Canadá, que ocupa el lugar N°12 del ranking. Posee un sistema mixto, basado en un pilar contributivo, administrado por el Estado, y complementado por un pilar voluntario que representa un cuarto de la pensión. Aquí la tasa de reemplazo llega al 46,4%, pero con un sistema más sustentable en el tiempo.

Eso son solo algunos ejemplos, pero dentro de lo que hemos visto, lo que queda claro es que para que un sistema entregue pensiones adecuadas y sea sostenible, debe haber una mixtura. No se le puede dejar ni todo al Estado, ni todo a los trabajadores o a los empleadores. Por su parte, no es factible trasplantar un modelo de otro país que vemos como exitoso, porque lo más probable es que no funcione de la misma manera. Ni menos reinventar la rueda, sino que debemos buscar las mejores opciones que se puedan adaptar a nuestro propio contexto y formar un sistema que entregue pensiones dignas para todos y todas.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.