Violencia político sexual



SEÑOR DIRECTOR:

En el tercer aniversario del 18-O, la polémica se detuvo en la declaración del Presidente Boric, quien reconoció la existencia de violencia político sexual en el control policial durante el estallido. Las voces exigiendo que se dieran a conocer las condenas sobre estos hechos se levantaron casi de inmediato, aludiendo a que la ausencia de estas implicaría que tales agresiones no ocurrieron.

Estos cuestionamientos no hacen más que ignorar todos los informes de organismos internacionales y nacionales de derechos humanos que reconocen la existencia de esta violencia; ignora que el gobierno anterior la reconoció en la interpelación de la Cámara a una ministra el 3 de marzo de 2020; ignora las cientos de denuncias y relatos tanto de personas particulares como de organizaciones de la sociedad civil; y sobretodo ignora los múltiples problemas y dificultades jurídicas y procesales que pueden determinar que, a la fecha, no tengamos condenas.

La violencia político sexual no está reconocida como tal en nuestro ordenamiento jurídico. Sin embargo, una parte importante de las denuncias que se interpusieron se enmarcaron en el delito de torturas. La negación en base a la ausencia de condenas no hace más que contribuir a la impunidad ante violaciones de derechos humanos, y la justicia, reparación y garantías de no repetición parte por reconocer que estos hechos ocurrieron.

Tuvieron que pasar más de 40 años para que se reconociera en Chile violencia sexual en los crimenes de la dictadura militar. Esperemos que, esta vez, la justicia llegue más temprano.

Danitza Pérez Cáceres

Directora Ejecutiva de Abofem

Académica UDP y UAH

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