Croacia clasifica a octavos con puntaje perfecto

Islandia, Croacia
Reuters

Con nueve cambios en su formación titular, la versión B de la selección balcánica derrota por 1-2 a Islandia y se instala en los octavos de final del Mundial con pleno de triunfos. Su rival será Dinamarca



En un nuevo ejercicio de autoridad y en una exhibición de fondo de armario, Croacia derrotó por 1-2 a Islandia en el Rostov Arena certificando su clasificación como primera de grupo a octavos de final del Mundial, donde se verás las caras con Dinamarca.

Una auténtica revolución en su oncena planteó el seleccionador croata Zlatko Dalic para enfrentar a Islandia en el tercer partido de la primera fase del Grupo D. Pero a presentar nada menos que nueve caras nuevas en su formación inicial con respecto al equipo que había aplastado a Argentina algunos días antes (cinco de ellos por riesgo de suspensión por amonestaciones) el combinado balcánico fue una escuadra perfectamente reconocible sobre el césped del Rostov Arena. Sobre todo durante los compases iniciales del duelo. En ese lapso del encuentro y dirigidos, una vez más, por un fantástico Luka Modric (el único, junto a Perisic, que repetía en el once), Croacia jugó a placer con su adversario, haciendo circular con paciencia la pelota y exasperando, por momentos, a una Islandia incapaz de gozar de un mínimo protagonismo en el partido.

Pero el estremecedor -y seguramente involuntario- codazo de Pjaca sobre Bjarnason (que dejó al volante islandés sangrando profusamente por la nariz durante buena parte del primer acto)  y la apertura de la cuenta de Messi en San Petersburgo, despertaron de su letargo a los vikingos, que comenzaron a merodear por el área del debutante Kalinic con más empuje que fútbol efectivo.  Un testarazo de Magnusson a la salida de uno de esos larguísimos saques laterales marca de la casa; un tiro libre ejecutado por Sigurdsson a las manos del arquero; y, especialmente, un disparo de Finnbogason que se marchó rozando el poste al filo del descanso; fueron las mejores aproximaciones de los de Hallgrimsson durante la primera mitad.

Una primera mitad que concluyó con Islandia buscando con insistencia la apertura de la cuenta y con Croacia tratando de demostrar que, por encima de sus individualidades (que no son pocas) es su estilo el que prevalece.

Tal vez por eso, porque el guion y la interpretación colectiva debe estar siempre por encima de los nombres del reparto, fue Milan Badelj, el sustituto de Rakitic (una de las piezas indispensables en el funcionamiento de esta Croacia) el encargado de anotar el 0-1, a los seis minutos del regreso de los camarines. Un derechazo desde 30 metros que dejó temblando el travesaño de la meta defendida por Halldorsson constituyó el primer aviso del centrocampista que acabó desnivelando el marcador a los 51 con un fantástico remate desde el corazón del área, inapelable. Con ventaja en el marcador, y en un nuevo alarde de confianza en su grupo, al bueno de Dalic le dio por sustituir también a su mejor futbolista, Modric, para dar entrada a Bradaric.

Pero Islandia, un combinado tan aguerrido como su propia hinchada (que no dejó de alentar a los suyos en ningún momento interpretando, una y otra vez, el ya célebre grito vikingo) acabó por lograr la igualada en el minuto 75 luego de que Sigurdsson se desquitara de su pena máxima errada ante Nigeria convirtiendo con sangre fría un penal señalado por una clara mano de Lovren dentro del área.

Pero entonces, cuando Islandia comenzaba a aferrarse a sus opciones de clasificación buscando el tanto del triunfo, llegó el segundo gol croata, el de la sentencia definitiva, obra de Perisic, tras una pérdida de pelota de Islandia en el centro del campo. Un resultado que decretó el avance del equipo balcánico a octavos de final con puntaje perfecto.

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