Así se trazaron la caída y captura de “Los Trinitarios”

Cuarenta integrantes de la banda nacida en Estados Unidos y compuesta por ciudadanos oriundos de República Dominicana fueron detenidos tras una solicitud de la Fiscalía Regional Occidente, en un megaoperativo que se planificó por semanas. Principalmente ligados al tráfico de drogas, los sujetos habían sido calificados como un riesgo para la seguridad de la población.


Cerca de 1.000 efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) desplegados, 128 domicilios allanados en 18 comunas, dos fiscales en terreno y dos retroexcavadoras andando. Esas fueron parte de las características del megaoperativo desplegado la jornada del viernes 5 de abril por parte de la Fiscalía Regional Occidente y que terminó con la detención de 63 personas, 40 de ellas integrantes de la banda delictual “Los Trinitarios”, la cual surgió en una cárcel de Nueva York, Estado Unidos, y cuyos integrantes son en su mayoría de origen dominicano.

¿Pero cómo fue que se trazó dicha operación? Fueron meses de ardua preparación. De acuerdo con personeros que conocieron sobre la planificación de las diligencias, existieron al menos seis reuniones entre los equipos investigativos de la Fiscalía encabezada por el fiscal regional Marcos Pastén.

En ellas, como pudo recabar La Tercera, participaron los equipos operativos de la PDI y también representantes de la Unidad de Estudios Occidente, pues todo debía marchar conforme a lo estipulado. De hecho, solo horas antes de que se iniciara la operación, durante la tarde del jueves 4 de abril, tuvo lugar la última cita de coordinación, por lo que se convocó a los casi mil detectives que entrarían en acción a las dependencias del Ministerio Público.

En dicho encuentro se revisó paso a paso el plan de acción, poniendo énfasis en cómo se realizaría el acceso a la toma “Nuevo Amanecer”, en la comuna de Cerrillos. Ahí, quienes lideraban la puesta en escena expusieron con mapas y puntos georreferenciados, detallando cómo debían moverse los efectivos policiales.

Llegada la hora estipulada para materializar la estrategia, se instaló un puesto de mando en dependencias de la PDI, desde donde el fiscal nacional, Ángel Valencia; el fiscal regional, Marcos Pastén, y autoridades de la policía de civil liderada por Eduardo Cerna monitorearon todo.

En 45 minutos, de acuerdo con fuentes ligadas al caso, los oficiales lograron asegurar el principal sitio donde se ejecutó la operación y concretó la anhelada detención de la banda criminal ligada a delitos de lavado de activos, asociación ilícita, tráfico de drogas y otros ilícitos vinculados con Ley de Control de Armas.

Todo era parte de una gran planificación, pues justamente durante la tarde de ese viernes 5 de abril el cabecilla de “Los Trinitarios” en Chile viajaría nuevamente a territorio nacional. Por lo mismo, mientras se desarrollaba el operativo, representantes de la Fiscalía seguían el trayecto que el sujeto identificado como Luis Ariel González Pérez realizaría.

Sabían que durante la mañana abordaría un vuelo desde República Dominicana hasta el aeropuerto de Panamá, y que desde ahí, a las 15.33 horas, tomaría el segundo avión que lo traería hasta Santiago. Por lo mismo, a eso de las 23.00 horas ya estaba todo dispuesto en el aeropuerto Arturo Merino Benítez para aprehenderlo y encausarlo.

¿Cómo se instaló la banda en Chile?

De acuerdo con antecedentes de la indagación, fue en enero de 2023 que surgieron los primeros indicios respecto de que “Los Trinitarios” estaban operando en nuestro país. En esa época se tomó conocimiento de un homicidio que presuntamente cometió el máximo líder de la facción de la banda que opera en Chile: Onnis Moreno Consoro.

Desde ahí, constatando que el sujeto se había dado a la fuga y que había vuelto a residir a Estados Unidos, se comenzó a indagar de quiénes se trataba, cómo operaban y qué clase de redes habían trazado en territorio nacional. Se identificó, en primer punto, que Onnis Moreno se había concertado con Luis González Pérez, con el hermano de este y su sobrino, para instalar una “sucursal” de la organización en la Región Metropolitana.

Pero su asentamiento en Cerrillos es anterior. Mediante los análisis realizados por los investigadores, se pudo establecer que fue durante la pandemia que los primeros integrantes del clan se instalaron en dicha comuna, copando territorialmente la toma “Nuevo Amanecer”.

Los líderes de la organización prácticamente se “apropiaron” de la zona, y a través de un testaferro oriundo de Perú, empezaron a lucrar de los espacios. Y es que como relata un conocedor de esta estructura criminal, antes de que esta toma se convirtiera en lo que es hoy, ellos “lotearon” la zona. De esta forma, arrendaban terrenos por alrededor de $500 mil pesos.

Junto con ello, generaron alianzas con proveedores de droga nacionales y comenzaron a afianzarse en la zona. Cuando ya movían más dinero, aseguran quienes conocen de sus operaciones, pasaron a la etapa de constituir empresas para “lavar” los fondos.

Así, González Pérez inscribió un total de cuatro empresas supuestamente ligadas a la impresiones. Eso sí, solo una de ellas funcionaba como tal, otra registraba movimientos pero permanecía prácticamente cerrada y las otras dos funcionaban como barberías irregulares.

De igual forma, detectaron que en la misma toma habían instalado una casa de cambio y que gran parte de los fondos que reunían eran enviados a España, Italia, Estados Unidos y República Dominicana.

No todos los sujetos vinculados a esta banda vivían en la toma en Cerrillo. Ahí solían pernoctar quienes ocupaban cargos inferiores en la organización. Los mandos, en tanto, utilizaban departamentos que eran arrendados por el mismo González Pérez.

De acuerdo con fuentes del caso, la organización mostraba bastante rotación en sus integrantes, pues estos no solían permanecer demasiado tiempo en el país. “Venían con misiones específicas y luego volvían a su país. Y así pasaba con varios. Los que permanecían fijo era González junto a su hermano y sobrino”, comenta uno de los oficiales diligenciadores.

Dado que los integrantes de la banda son mayoritariamente de nacionalidad dominicana y como comenzaron operaciones en Estados Unidos, profesionales del Ministerio Público solicitaron colaboración tanto a Republica Dominicana como a EE.UU. para avanzar en las pesquisas. Esto, a través de la Unidad de Cooperación Internacional de la Fiscalía Nacional.

Sus principales características

El negocio base de “Los Trinitarios” está asociado a la comercialización de sustancias ilícitas. Por lo mismo, durante el operativo los funcionarios incautaron 30 kilos de droga, 19 armas de fuego de distinto calibre, machetes, dinero en efectivo, vehículos, propiedades y criptomonedas, entre otros objetos.

Parte del modelo de negocio está fuertemente ligado a las amenazas. Quienes no les pagaban eran amedrentados con machetes y, de acuerdo con fuentes del caso, hay una serie de residentes de la toma que tienen lesiones atribuibles a dicha arma. Se les vincula, en ese sentido, con 15 homicidios que hoy son pesquisados por la PDI.

No hacían mayores distinciones entre sujetos menores o mayores de edad. Incluso, agrega uno de los investigadores, tenían “contratado” a un niño de 12 años de nacionalidad haitiana que operaba como “escolta” en una de las dependencias donde vendían la droga.

A “Los Trinitarios” se les asocia, igualmente, a prácticas vinculadas a “magia negra”. Durante los allanamientos en Cerrillos, de hecho, se alertó sobre la presencia de altares mediante los cuales veneraban a sus regentes.

“Como país hemos observado en el último tiempo fenómenos criminales a los cuales no estábamos acostumbrados y que solamente los observábamos a partir de informaciones internacionales. Este tipo de prácticas son propias de bandas como la que acabamos de desbaratar. En ese sentido, obviamente que es un antecedente que llama la atención. Este es un fenómeno que nosotros tenemos que seguir investigando”, sostuvo al respecto el fiscal Pastén.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.