El café con Piñera que se cayó y otros detalles tras el último round de Izkia con el Gobierno

No fue un quiebre pero quedó un sinsabor en Palacio cuando ayer la presidenta del Colegio Médico reclamara "no sé en qué país viven las autoridades de Salud", y demandara que el Presidente y no el ministro Mañalich lidere el manejo de la crisis sanitaria. El mandatario y ella se iban a reunir hoy en la tarde, pero la cita se canceló.


Se iban a reunir a las 15 horas de hoy. Pero la cita no alcanzó a llegar a la agenda privada presidencial porque al anfitrión se le cruzó a la misma hora otro compromiso imposible de deshacer. Es la versión que daban esta mañana desde el equipo del Mandatario para precisar por qué se tuvo que cancelar la cita que ayer se había convenido con la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, y que pintaba como seguro spin off de la tensa jornada que marcaron las críticas de la doctora a la gestión gubernamental de la pandemia.

Cuando ayer la doctora las emprendió contra el gobierno en un punto de prensa que dio en los patios de La Moneda, reclamando que el Presidente Sebastián Piñera pasara a liderar el manejo de la crisis y no el ministro Jaime Mañalich, en Palacio hubo autoridades que fruncieron el ceño. Ella venía saliendo de una reunión a solas con el ministro Gonzalo Blumel que no había terminado bien, aunque sin un quiebre ni una confrontación.

La cita con el ministro del Interior, a su vez, era consecuencia del encontrón ocurrido en la sesión de la Mesa Social COVID-19 del martes 12. Ahí Siches le había reclamado al jefe de gabinete por -en su opinión- incumplir una serie de acuerdos: no haber sido incorporada a las mesas de Datos y de Educación, que nadie del Minsal hablaba ni recibía al Colegio Médico, y que el Ejecutivo le había puesto urgencia al proyecto de ley Eunacom. Éste aplaza por dos años el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina, para que así doctores sin egresar y profesionales extranjeros puedan trabajar sin rendir el test. Una medida extraordinaria debido a la pandemia.

Así las cosas, Siches llevó a la reunión con Blumel una minuta de dos hojas en la que detallaba siete falencias y otras tantas propuestas en “estrategia sanitaria”, “transparencia” y “apoyo a ciudadanía y personal de salud”. Y le manifestó verbalmente que ninguno de los planteamientos del gremio, varias veces reiterados, habrían sido acogidos por la autoridad. Que el diseño del gobierno para enfrentar la crisis no está siendo efectivo, y que ella y el Colmed se ponían a disposición del Presidente. La versión del gobierno afirma que no le dejó la copia del documento, pero que sí se lo mostró.

Luego la dirigenta le consultó si harían una declaración conjunta. Pero Blumel le contestó que no. El argumento que daban hoy en el gobierno es que fue una cita privada y no correspondía hacerlo. Así, Siches se retiró e hizo el punto de prensa en el que criticó duramente a Mañalich y la gestión del Ejecutivo. Blumel, dicen, se sorprendió medio a medio porque ese no había sido el tono del encuentro. Pero Siches -admiten en su círculo- salió de ahí molesta porque el ministro no habría acogido sus observaciones y solo habría quedado de verlas.

Ambos han mantenido línea directa durante la crisis, se comunican con frecuencia y han mantenido una buena relación, admiten a los dos lados de la trinchera. Pero lo ocurrido ayer, si no fue un quiebre -como dicen en ambos lados- sí dejó un sinsabor en el gobierno porque Siches les criticó en su propia casa. “Se saltó al fair play”, es el sentir que quedó en Palacio, resumen allí, junto con afirmar que su eventual reelección al interior del Colmed sería uno de los motivos para que elevara el tono de las críticas. Agregan que no se va a acceder a la petición de involucrar al Mandatario y cambiar el diseño. Como sea, los dos no volvieron a hablar hasta hoy en la mañana.

El asunto estuvo a poco de escalar directamente hasta el despacho presidencial, porque Piñera estuvo dispuesto a reunirse con la presidenta del Colmed. Hay dos versiones. Una, que él mismo la habría llamado ayer para invitarla, luego que ella le escribiera un mensaje en la mañana a raíz de la controversia por la escasez de exámenes PCR. En La Moneda dicen otra cosa: que Siches, después de su punto de prensa, llamó al gabinete del Presidente para solicitar una reunión.

Piñera accedió y se fijó para las 15 horas de hoy. Pero la cita -dice esta misma versión- duró muy poco y ni siquiera se alcanzó a registrar en su agenda. En el staff del mandatario hacen notar que no se canceló por malestar con ella ni por lo que dijo ayer (de hecho se fijó la hora después) sino que por el compromiso al que se aludía el inicio de la nota. Y que -remarcó un asesor muy cercano al Presidente- no hay interés en polemizar con Siches.

Como sea, Blumel respondió ayer que “es momento de unidad, de la colaboración y no de la confrontación permanente”. Y -obviamente-, todo lo sucedido rebotó en la sesión de hoy de la mesa social. Ahí, según presentes, Blumel habría manifestado su molestia y habría pedido hacer un esfuerzo mayor por mantener la unidad. Que en estos momentos es más necesario que nunca un espacio de encuentro y de conducción, en donde se transmita unidad de propósito. Y habría dicho que con la crítica de las últimas horas se desvía el objetivo y propósito de la mesa. Y que los reclamos deben ser expuestas dentro de ésta.

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