Universidades preparan el retorno a clases presenciales con aforos limitados

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De cara al segundo semestre y considerando el avance de la vacunación en el país, varios planteles se alistan para abrir sus aulas tras las vacaciones de invierno, privilegiando en su mayoría a los matriculados de primeros años. Casi todos aseguran, eso sí, que no pueden exigir a sus alumnos estar inoculados para asistir.


Por el momento, las clases a partir de Fase 1 solo están pensadas para colegios y jardines infantiles. Aunque se piensa considerarla en el futuro, la educación superior y en particular las universidades aún no entran en los planes. Sin embargo, varias casas de estudio ya están planificando una segunda parte del año con presencialidad, aunque acotada.

Nuestra voluntad es dar un salto importante y decidido en presencialidad el segundo semestre”, asegura Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica. Y agrega que esto ocurrirá desde Fase 2: “Lo hacemos porque cerca del 80% de nuestra comunidad ya está vacunada y contamos con todo un programa de prevención del Covid”.

A su vez, Fernando Purcell, vicerrector académico de la misma entidad, explica que las restricciones de los aforos impiden que vuelvan sus casi 30 mil alumnos simultáneamente, pero que aspiran a que “idealmente todos nuestros estudiantes puedan elegir algún tipo de ramo que les permita estar en los campus con cierta regularidad”. Así, detalla que el 35% de las actividades académicas incluirá algún nivel de presencialidad, sin acotarlo a ninguna carrera.

Por su parte, la Universidad de Chile tiene actualmente actividades presenciales en varios programas de estudios. “Las nuevas normativas ministeriales, cotejando la situación sanitaria que exista en el momento, nos permitirán ampliar sustantivamente la participación de estudiantes en actividades presenciales”, dicen desde la Casa de Bello. Por eso, añaden, “valoran mucho” la importancia que tiene la presencialidad, “tanto para los objetivos académicos de nuestros estudiantes, como para su experiencia como estudiantes universitarios”, agregan.

“Nuestro compromiso es hacer todo lo que podamos para que esa experiencia sea lo más completa e integral posible. Todos estos ajustes se realizarán teniendo presentes las condiciones para la seguridad de la comunidad universitaria y de cada uno de sus miembros”, señalan desde la U. de Chile.

Desde la U. Central creen que el segundo semestre sí será presencial. Lo anterior será voluntario, gradual y, por los aforos, no podrían recibir simultáneamente a sus 14.531 alumnos. “Se establecerán prioritariamente para estudiantes de primer y segundo año y aquellos que lo requieren por estar en su proceso de titulación”, expone Juan Pablo Prieto, vicerrector académico de la institución, quien agrega que en esta priorización también se contemplan actividades prácticas. Así también será en la Autónoma, en cursos “cuyos resultados de aprendizaje no sea posible abordarlos, de manera óptima, con otras estrategias metodológicas”, según explica Hernán Viguera, vicerrector académico.

En la Utem tomaron la decisión de que algunas actividades curriculares seguirán siendo impartidas virtualmente. “Otras, como actividades curriculares críticas, principalmente laboratorios y talleres, serán impartidas presencialmente”, señala su nueva rectora, Marisol Durán, quien agrega que no podrían recibir a sus 9.136 alumnos simultáneamente, pero sí cerca de un 25%, favoreciendo a quienes ingresaron en 2020 y 2021.

El mundo privado también apunta al retorno. En la U. del Desarrollo realizarán clases presenciales para sus 11.040 alumnos, con cerca del 25% simultáneamente. “Desde el inicio de la pandemia se han privilegiado las actividades de alumnos de primer y segundo año. Además, se han priorizado las clases y actividades académicas prácticas y las evaluaciones. Para este segundo semestre continuaremos con el mismo criterio”, explica Carola Contesse, directora de docencia de la sede de Santiago.

En su vecina U. de los Andes están impulsando el retorno para el segundo semestre, donde proyectan tener algunos cursos 100% presenciales y otros híbridos, privilegiando a estudiantes de primer, segundo y último año, además de actividades prácticas. “Los cursos superiores a 50 estudiantes no pueden estar en la misma sala de acuerdo al aforo permitido”, dice Pilar Ureta, secretaria general. Agrega que están programando todo para distribuir las carreras en tres tercios y diversas secciones.

Desde la U. Mayor explican que proyectan retomar clases presenciales en una veintena de carreras, tales como Periodismo, Teatro, Medicina y Terapia Ocupacional. “Esta estrategia se realiza respetando las indicaciones de la autoridad sanitaria, las que determinan los aforos máximos y que en ese sentido no permitiría un retorno simultáneo de todos nuestros estudiantes, que son cerca de 19 mil”, asegura Víctor Polanco, vicerrector académico.

En regiones la situación es variada. El Consejo Académico de la U. de Concepción ya zanjó que sí tendrán algunas actividades presenciales. “Las condiciones sanitarias y las condiciones internas en la institución permiten que las facultades y escuelas puedan programar el retorno progresivo de algunas asignaturas esenciales y fundamentalmente de orden práctico”, expone Carolyn Fernández, directora de docencia.

Asimismo, en la U. de Aysén dicen que en el actual escenario se ve difícil un retorno a clases, al menos mientras el proceso de vacunación no termine. Señalan que cuando eso ocurra no es posible que todos sus estudiantes retornen simultáneamente, pero sí un porcentaje “menor”, el que están definiendo, algo parecido a la realidad de la U. de O’Higgins, donde su rector, Rafael Correa, expone que se encuentran adaptando algunas aulas para dar clases en modalidad híbrida que permita cierto grado de presencialidad, aunque controladamente. “Es imposible hoy día predecir la situación en que nos encontraremos durante los últimos meses de este año”, dice.

Apreciaciones similares entre sí tienen desde la U. de La Frontera, donde desde su vicerrectoría cuentan que ya realizan algunos pilotos para una implementación masiva, y la U. de Magallanes. “Si la región se mantiene en Fase 3 podríamos hacer algunas clases presenciales en el segundo semestre. No vamos a llevar a los cuatro mil estudiantes al aula, porque sería imposible, ya que en esta fase tendríamos bastante posibilidad de que se pudieran producir contagios”, asevera Humberto Oyarzo, vicerrector académico de esta última institución.

En tanto, en la UC de Valparaíso revelan que iniciarán el segundo semestre con clases híbridas y que serán los alumnos quienes se inscribirán para la presencialidad. “Si hay más inscritos que el aforo permitido, va a haber rotación, para que todos puedan asistir”, dice Nelson Vásquez, vicerrector académico. En primera instancia privilegiarán a alumnos de primer y segundo año, al igual que en la UC del Norte, donde el rector Rodrigo Alda asegura que en su plantel se mantendrán en gran medida las actividades a distancia y, dependiendo de lo que permita la autoridad, irán retomando actividades presenciales “privilegiando laboratorios, talleres y considerando las promociones 2020 y 2021”.

Mientras, en la Región del Maule, la Universidad Católica dará continuidad a algunas actividades presenciales que ya han tenido desde 2020, priorizando prácticas y aquellas que lo requieran, como talleres. “Esto es un proceso voluntario y dependerá de los aforos permitidos”, asegura Mary Carmen Jarur, vicerrectora académica.

Para implementar las clases híbridas, la U. Adolfo Ibáñez adaptó 52 salas y las equipó con cámaras.

Alumnos vacunados

Si en el nuevo Paso a Paso la norma implícita es dar mayores libertades a recintos en que haya personas con el Pase de Movilidad y que, por ende, estén vacunadas, en general las universidades no seguirán esos pasos, aunque con algunas excepciones.

“Hemos vacunado a estudiantes y funcionarios en nuestros campus, pero no podemos obligar a los alumnos a estar vacunados”, asegura el rector Sánchez, de la PUC. Por eso, asegura, para el porcentaje de estudiantes que no estén inoculados tendrán protocolos de medición de antígenos y vigilancia epidemiológica.

En esa postura parecen estar todos los recintos alineados, sea cual sea su ubicación geográfica. “No podemos obligar a las y los estudiantes de la institución que lo realicen para asistir a los campus universitarios”, dicen desde la U. de La Frontera, al igual que en la U. de Aysén, donde añaden que es un proceso voluntario.

Tampoco la exigirán en la Del Desarrollo, de Los Andes, Católica del Maule, Mayor, de Concepción, ni la Autónoma.

En la U. Central, eso sí, dicen que aunque tampoco la exigirán, para quienes sí estén inoculados los aforos serán mayores y en la UC de Valparaíso han definido que si bien tampoco exigirán la vacuna, ningún estudiante podrá ingresar a los recintos sin haber hecho el curso Covid que están ofreciendo.

Donde sí pondrán exigencias será en la Utem: “Todos los académicos y estudiantes que vuelvan a los campus para desarrollar actividad de manera presencial deben contar con Pase de Movilidad”, asegura la rectora Durán. Y cierra: “Aquellos que no lo posean, y dado que el retorno es voluntario, podrán seguir la actividad académica regular en la modalidad online”.

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