No solo el B. Central de Chile. El BCE también avanza a disminución de estímulos y se esperan anuncios esta semana

FILE PHOTO: European Central Bank President Christine Lagarde addresses European lawmakers during a plenary session at the European Parliament in Brussels, Belgium February 8, 2021. Olivier Matthys/Pool via REUTERS/File Photo

La Fed, en tanto, podría demorar un anuncio en la misma línea, debido a los más recientes datos de empleo.


Esta es una semana decisiva para la política monetaria mundial. El martes tendrá que definir si aplica cambios el Banco de Reserva de Australia, el miércoles el Banco de Canadá y el viernes Banco de Rusia. Sin embargo, es la reunión del Banco Central Europeo (BCE) del jueves la que cautiva la atención de los inversionistas a nivel mundial.

“Es probablemente el evento más importante”, señala un reporte de Deutsche Bank, donde precisan que “en esta reunión el Consejo de Gobierno realizará una evaluación conjunta de las condiciones de financiación y las perspectivas de inflación, que será la base para una recalibración del ritmo de compras netas del Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP)”, dirigido a la adquisición por parte del BCE de activos de valores del sector público y privado.

“La primera P de PEPP significa pandemia, no permanente, y por una buena razón”, dijo la semana pasada Jens Weidmann, presidente de alemán Bundesbank, invitando a una discusión en la materia, reconociendo - en todo caso - que la política en curso es la “adecuada”.

Los pronósticos

En ese escenario, Barclays es el que hace la apuesta más aventurada, señalando que esperan que el BCE “anuncie una reducción de las compras del PEPP para el cuarto trimestre, porque el contexto macroeconómico ha mejorado mucho”.

Silvia Ardagna, su economista jefa para Europa del banco británico precisa que anticipan un recorte de sus compras mensuales de bonos bajo el programa PEPP a 60.000 millones de euros o 70.000 millones de euros al mes, desde los actuales 80.000 millones de euros (US$ 94.972 millones).

De todas maneras, Ardagna destaca que la comunicación de estos cambios será muy cuidadosa. “Creemos que el presidente del BCE indicará que aún no se vislumbran las condiciones para un cambio en la postura más amplia de la política monetaria y que el cambio al programa PEPP no debe interpretarse como el comienzo de una reducción gradual de las compras totales de activos a cero, sino como un ajuste a las medidas de emergencia debido a una mejor perspectiva de crecimiento e inflación“, indicó.

Su opinión concuerda a cabalidad con la de Marco Valli, economista de UniCredit, quien recalca que Christine Lagarde, presidenta del BCE, intentará “convencer a los mercados de que la reducción de los flujos del PEPP no representaría una señal de reducción, sino más bien un ajuste técnico”.

Por su parte, Sam Bullard, economista de Wells Fargo, proyecta que “los responsables de la formulación de políticas del BCE optarán por mantener la política sin cambios”. Sin embargo, subraya que siguen creyendo que “el banco central está en camino de flexibilizar la política monetaria nuevamente antes de fines de este año”.

Para ese análisis resulta crucial el que varios funcionarios de la institución europea “sugirieron que el banco central debería comenzar a considerar la eliminación de la política de acomodación a medida que la economía de la zona euro se recupere y demuestre que el repunte económico puede mantenerse en el futuro”.

De esta manera, Bullard indica que “una inflación más alta de la esperada podría proporcionar una justificación para que los responsables de la formulación de políticas del BCE consideren una eliminación temprana de la política acomodaticia”. En agosto la inflación del bloque saltó un 3% interanual.

El debate en la Fed

La discusión del BCE se alinea con la que sostiene al otro lado del Atlántico la Reserva Federal. En este caso, la cuestión está en la reducción de la compra de bonos del Tesoro y bonos respaldados por hipoteca, en un proceso conocido como “tapering”, mientras que los indicadores decisivos son los relativos al mercado laboral.

Hasta hace poco eran crecientes las apuestas que apuntaban a un anuncio de la reunión de este mes, para que comenzara una disminución gradual del programa de relajación cuantitativa a partir de octubre o noviembre. Sin embargo, el reporte de empleo del viernes cambió el panorama.

La adición de 230.000 nuevos puestos de trabajo, muy por debajo de los 728.000 anticipados por el mercado y de los 750.000 de julio da cuenta de una desaceleración de la reducción del desempleo, que marcó 5,2%.

“Este informe dejó a septiembre fuera de la mesa”, señaló Julia Coronado, ex economista de la Fed y presidenta de MacroPolicy Perspectives. “Una reducción a finales de este año sigue siendo el caso base, y los datos de los próximos meses serán importantes para determinar cuándo se anunciará y el ritmo de la reducción”, dijo a Bloomberg.

En este escenario, para los economistas de Bank of America sigue estando “en juego un anuncio de reducción gradual de noviembre, pero siempre que los datos reboten y la debilidad, principalmente debido al delta, sea temporal”.

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