Columna de Marco Gajardo: “Tómale el peso”

Foto: AFP

En este mes de la obesidad se hace imperioso visualizar la problemática de las personas que viven con obesidad (PVO) en Chile y declarar esta pandemia como una enfermedad crónica.

El año 2013, a través de la Resolución exenta N°374 del Minsal, se reconoció a la obesidad como una enfermedad no transmisible derivada de hábitos y estilos de vida no saludables. Sin embargo, el enfoque chileno de políticas públicas hasta hoy ha sido desde la prevención, a través de la Secretaría Elige Vivir Sano, considerando únicamente como factor causal a un desbalance energético de la persona PVO, dejando de lado los mecanismos fisiopatológicos subyacentes (eje psico-neuro-endocrino-metabólico de reganancia de peso) y las causas genéticas.

A 8 años de esta resolución, las cifras en el país han aumentado exponencialmente, dado que el 74,2% de los chilenos adultos padecen de sobrepeso u obesidad y 1 de cada 3 padece de obesidad en sus distintos grados, siendo Chile el segundo país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con un 15% sobre el promedio.

El Plan Vivir Sano no es la solución en la realidad actual. Hoy es urgente focalizarse en prevenir, diagnosticar y tratar, sobre todo en edades más vulnerables a esta patología (mujeres embarazadas y primer año de vida, 3-6 años y adolescencia) con el fin de disminuir el riesgo de padecer obesidad en adultez y más aún a las generaciones futuras.

En Chile muere una persona con obesidad por hora, según data Ministerio de Salud de 4 de marzo de 2021. Es una pandemia asociada a más de 236 patologías, entre ellas un 13 tipo de cánceres.

En esta coyuntura es urgente implementar a la brevedad una Política Nacional de la Prevención de la Obesidad que genere y ejecute estrategias para la educación y el manejo de esta enfermedad, que contemple un diagnóstico oportuno, integral y el acceso a los tratamientos efectivos, sean terapéuticos, farmacológicos o quirúrgicos según la condición de la “persona que vive con obesidad”, individualizado durante todo su ciclo vital.

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Además, se requiere una ley que concrete acciones destinadas a su prevención, asegurar también políticas públicas de abordaje de los enfermos a tratamientos multidisciplinarios e integrales, sustentables en el tiempo de orden psíquico y físico. Ideando un sistema de salud especializado en Obesidad, que contemple un horario protegido para el equipo multidisciplinario de profesionales tratantes que permita un seguimiento del paciente y su familia durante todo el ciclo vital, fiel al compromiso y directrices de la atención primaria en salud.

También se requiere que esta política visualice la pandemia de la obesidad como una enfermedad crónica libera la carga de tratamientos mentales y físicos de otras enfermedades, optimizando los escasos recursos en salud en Chile que alcanzan los 3.600 millones de dólares sólo en 2020. Si se declara enfermedad podría ponerse atajo a las comorbilidades asociadas a la obesidad como diabetes, hipertensión, trastornos mentales, incluso algunos tipos de cánceres.

La obesidad tuvo el mayor aumento en los escolares en seguimiento por el programa. Foto: Archivo

“Tómale el peso” es el clamor ciudadano, que pide que la obesidad en Chile sea reconocida como una enfermedad crónica, y que las PVO puedan acceder a los tratamientos médicos necesarios para revertir los efectos dañinos de su enfermedad De lo contrario la Organización Mundial de la Salud sostiene que en menos de 8 años, uno de cada tres chilenos será una PVO.

*Presidente del grupo “Pandemia de la Obesidad en Chile: Prevenir, Tratar y Diagnosticar”.

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