El misterio del cuerpo de una estrella de mar: estudio revela finalmente dónde está su cabeza

El misterio del cuerpo de una estrella de mar: estudio revela finalmente dónde está su cabeza

Científicos de la U. de Stanford lograron resolver el viejo misterio de dónde está el cuerpo y la cabeza de esta icónica especie marina.


Si tuvieses que ponerle un sombrero a una estrella de mar, ¿dónde se ubicaría? ¿en una de sus cinco puntas? ¿o en el centro? Aunque la pregunta resulta sencilla y quizás absurda, la distribución del cuerpo de este invertebrado marino -y poder determinar cosas tan simples como qué parte representa su cabeza o sus brazos- había sido hasta ahora un misterio científico.

El enigma fue resuelto por un equipo de científicos, quienes realizar un estudio para poder determinar finalmente qué representa la estructura de un estrella y sus partes. Los resultados fueron publicado el pasado 1 de noviembre en la Revista Nature, y según lograron concluir, la estrella de mar es esencialmente una cabeza sin cuerpo que camina.

El misterio del cuerpo de una estrella de mar: estudio revela finalmente dónde está su cabeza

“La respuesta es mucho más complicada de lo que esperábamos”, sostuvo al respecto Laurent Formery, autor principal de la investigación y investigador postdoctoral de la Universidad de Ciencias y Humanidades de Stanford, en un comunicado de la universidad. “Es raro, y posiblemente la evolución del grupo fue aún más complicado que esto”.

Laurent Formery (izquierda) y Christopher Lowe con estrellas de mar en las costas de la Marine Station de la Universidad de Stanford en Monterey, California. Crédito: LiPo Ching / Stanford University)

Las estrellas de mar pertenecen a un grupo de animales llamados equinodermos, y su cuerpo pasa de ser un organismo con simetría bilateral -que tienen dos lados iguales- cuando son larvas, a uno con simetría pentarradial, pues sus partes (sus cinco puntas) se forman alrededor de un eje central.

Esta transformación, explicó Christopher Lowe, otro de los autores de la investigación, “ha sido un misterio zoológico por siglos”: “¿Cómo puedes ir de un plan de cuerpo bilateral a un plan pentarradial, y cómo puedes comparar cualquier parte de la estrella de mar a nuestro propio cuerpo?”, señaló.

Imágenes de la metamorfosis de una larva con un cuerpo de simetría bilateral a una estrella de mar de cinco puntas con un cuerpo con simetría pentarradial. Crédito: Laurent Formery

Debido a que anatómicamente no se puede comparar una estrella de mar con cualquier vertebrado, los científicos llevaron la investigación a nivel genético y molecular.

“Si se quita la piel de un animal y se observan los genes implicados en la definición de una cabeza de una cola, los mismos genes codifican estas regiones del cuerpo en todos los grupos de animales”, destalló el científico. “Así que ignoramos la anatomía y preguntamos: ¿hay un eje molecular escondido debajo de toda esta extraña anatomía y cuál es su papel en una estrella de mar que forma un cuerpo pentarradial?”

Para responder esta interrogante, los investigadores utilizaron una técnica llamada tomografía de ARN para así determinar qué genes se encontraban en los tejidos de la estrella de mar.

Seccionando cada uno de las cinco puntas en trozos delgados hacia su centro, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, utilizaron esta técnica para determinar los genes y “rearmar” al animal marino usando un modelo por computador.

“Esto nos dio un mapa 3D de la expresión de genes”, detalló Formery.

Junto con esto, también utilizaron un tinte especial para destacar distintas partes del ARNm en el tejido de la estrella de mar yasí poder visualmente inspeccionar las muestras e identificar dónde los genes estaban expresados.

Gracias a esto, la investigación reveló que las estrellas de mar tienen un territorio que asemeja a una “cabeza” en el centro de cada una de sus puntas, y una región similar a una cola en el perímetro. Sorpresivamente, no hay ninguna parte de la estrella de mar que represente un “tronco”, por lo que el patrón genético sugiere que las estrellas de mar son en realidad como una cabeza sin cuerpo.

De acuerdo a los expertos, las investigaciones usualmente se centran en animales que se parecen a nosotros, pero si nos enfocamos en lo familiar, es menos probable que aprendamos cosas nuevas.

“Hay 34 filos de animales diferentes que viven en este planeta y en aproximadamente 600 millones de años todos han encontrado diferentes soluciones a los mismos problemas biológicos fundamentales”, instó Lowe. “La mayoría de los animales no tienen sistemas nerviosos espectaculares y andan persiguiendo a sus presas; son animales modestos que viven en madrigueras en el océano. Por lo general, la gente no se siente atraída por estos animales y, sin embargo, probablemente representen cuánto de la vida comenzó”.

Por su parte, Formery destacó que en investigaciones recientes se mantiene la pregunta acerca del árbol evolucionario de los equinodermos ya que todavía se desconoce gran parte de ellos. “Fue agradable demostrar que -por lo menos a nivel molecular- tenemos una nueva pieza del rompecabezas que ahora puede ser puesto en ese árbol”, afirmó.

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