Puede afectar a cualquier persona: este es el desorden nutricional más común y extendido en el mundo

Puede afectar a cualquier persona: este es el desorden nutricional más común y extendido en el mundo. Foto referencial: Simple Images / Getty Images.

Síntomas como fatiga constante, cefaleas y falta de concentración podrían ser provocados por déficit de hierro, patología que es más frecuente en embarazadas, mujeres, niños y pacientes con enfermedades crónicas. Con un simple examen es posible detectarlo.


El hierro es utilizado en nuestro cuerpo para fabricar la hemoglobina, encargada de transportar el oxígeno en el organismo, así como también, es parte esencial del tejido muscular, ya que se almacena la mioglobina, proteína que suministra el oxígeno tanto a los músculos como al corazón.

Pese a ser un micronutriente esencial, y tener un rol fundamental, su déficit constituye el desorden nutricional más común y extendido en el mundo, ya que puede afectar a cualquier persona, aunque es más frecuente en embarazadas, mujeres con menstruación prolongada o abundante, niños y pacientes con condiciones inflamatorias crónicas.

Este es el desorden nutricional más común y extendido en el mundo

Los datos indican que el 40% de las mujeres que inician un embarazo presentan deficiencia de hierro, mientras que los pacientes con cáncer de colon llegan al 52%. Se trata de un escenario preocupante, ya que según cifras recientes, este cáncer es el tercero en prevalencia en nuestro país.

Asimismo, se estima que el 50% de los pacientes que se realizaron una cirugía bariátrica pueden verse afectados por la deficiencia de hierro en su organismo. Lo anterior, se enlaza con un dato relevante: este tipo de procedimientos ha ido en aumento en Chile, superando los 8 mil anuales, de acuerdo a lo que publica la Sociedad Chilena de Gastroenterología.

Este nutriente puede obtenerse a través de dos fuentes principales: el hierro hemínico, que se encuentra en alimentos de origen animal, como la carne y los mariscos; y el hierro no hemínico, que está presente en alimentos de origen vegetal, como cereales y lentejas.

Mariscos. Crédito: Agencia Uno

José Luis Briones, especialista en medicina interna y hematología de Fundación Arturo López Pérez (FALP), explica que las causas del déficit son variadas, aunque advierte que la dieta es clave. “Puede estar relacionado directamente con un bajo aporte de hierro hemínico y no hemínico, así como también con una baja ingesta de alimentos que promueven su absorción tales como el jugo de naranja, las uvas o el brócoli. También puede generarse por un déficit de absorción, que está relacionado con alimentos que interfieren en este proceso como el café y el té”.

Puede afectar a cualquier persona: la mejor fuente de hierros está en la carne

En esa línea, el hematólogo sostiene que quienes mantienen una dieta vegetariana o vegana, debiesen poner especial atención en detectar si presentan este desorden nutricional. “La mejor fuente de hierro está en las carnes. Las verduras verdes son ricas en hierro, pero en una forma molecular que no se absorbe adecuadamente. Para los veganos y vegetarianos, es importante estar pendientes ante la eventual necesidad de reposición de hierro”.

Pérdidas no recuperadas, como las menstruaciones prolongadas o abundantes, también son causales de un desajuste en los niveles de hierro, así como enfermedades inflamatorias, como la insuficiencia cardiaca, el cáncer, patologías infecciosas autoinmunes, entre otras.

La deficiencia de hierro produce síntomas como la fatiga, cefalea, caída del cabello, uñas quebradizas, falta de concentración y pica. Este último es un trastorno que se presenta con antojos de productos que no son alimentos. En este caso, hielo o tierra.

En tanto, una anemia severa por deficiencia de hierro puede generar diversos efectos negativos, que van desde la inestabilidad hemodinámica, que incrementa el riesgo de transfusiones de sangre en intervenciones quirúrgicas, hasta fallas cardiacas.

Imagen referencial.

“Las consecuencias son principalmente funcionales. Las molestias por anemia son fatiga, somnolencia, cansancio ante pequeños esfuerzos y disminución en el rendimiento. El problema, es que el déficit de hierro en sí, con o sin anemia, también da otros síntomas no relacionados. Por ejemplo, caída del cabello, fragilidad de uñas, pica (deseos incontrolables de comer sustancias inhabituales, como tierra, jabón, entre otros), debilidad y dolor muscular, así como también síndrome de piernas inquietas”, señala Briones.

Este es el desorden nutricional más común y extendido en el mundo

Este tipo de deficiencia constituye la causa más frecuente de anemia en todo el mundo y representa un importante problema de salud que suele estar subdiagnosticado en la población9. En la actualidad, existen diferentes tipos de tratamientos para abordar este déficit. “Los tratamientos orales suelen ser la primera elección para la suplementación de hierro.

No obstante, hay situaciones en que estos no resultan efectivos o no son adecuados, por ejemplo, en pacientes con enfermedades crónicas, autoinmunes o aquellos que padecen cáncer. “Para estos casos, la suplementación intravenosa es una alternativa eficaz que promueve una recuperación rápida de este micro nutriente”, plantea Briones.

Para su diagnóstico, solo se requiere de un examen de sangre que detecta las alteraciones en los niveles de hierro. “La mejor pesquisa en a través de hemograma y perfiles de hierro con medición de ferritina. Son exámenes sencillos y de bajo costo, que pueden ser solicitados e interpretados por cualquier médico. De todos modos, siempre es recomendable que estos sean solicitados por un profesional de la salud, y no auto prescritos, para asegurar una correcta interpretación y que, efectivamente, sean vistos por algún especialista”, sostiene.

El hematólogo de FALP plantea que es necesario “estar atento a las alertas que entrega el cuerpo. En caso de notar algo diferente o preocupante, menstruaciones abundantes, deposiciones con sangre roja o negra, lo más recomendable es asistir a los diferentes niveles de atención, ya sea atención primaria, o con algún especialista, para que sean solicitados los exámenes de pesquisa. Luego, estar atentos a no exponerse a riesgo de déficit de hierro. No medicarse innecesariamente con omeprazol, no seguir dietas sin supervisión y utilizar los suplementos recetados en ciertos casos, como por ejemplo, cirugías bariátricas”.

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