Columna de Rosendo Fraga: El sentido de las PASO

Una pancarta de la campaña electoral del aspirante presidencial Sergio Massa, el actual ministro de Economía, y su compañero de fórmula Agustín Rossi, cubre un muro en una calle en Buenos Aires, el 9 de agosto de 2023. Foto: AP

Por Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

La de 2023 es la cuarta elección presidencial en Argentina con el sistema de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Ya cuatro elecciones permiten evaluar el funcionamiento del sistema, con sus ventajas y desventajas.

Se trata de un sistema único en el mundo. Tiene alguna similitud con el vigente en Uruguay de primarias simultáneas, pero en este caso no son obligatorias como en Argentina.

En los hechos, las PASO constituyen un sistema de tres vueltas. Las primarias obligatorias son la primera, en este caso el 13 de agosto; la primera vuelta se transforma en la segunda, que se realizará el 22 de octubre, y la segunda vuelta viene a ser así la tercera, que tendría lugar el 19 de noviembre.

Se constituye así un proceso electoral que en realidad comienza en marzo, con la discusión de las candidaturas en el seno de las diferentes fuerzas políticas.

Desde 2011, ningún otro país ha adoptado este sistema. No han visto que la experiencia argentina arroje resultados positivos. Esto concurre para plantear la necesidad de un debate sobre el tema.

Hay provincias en las cuales se puede llegar a votar obligatoriamente hasta siete veces en el año. Realizan la PASO provincial, luego la elección de gobernador y, de tener segunda vuelta, sería la tercera votación. En el ámbito nacional se puede votar hasta tres veces más (PASO, primera vuelta y segunda). Pero hay provincias que realizan elecciones municipales separadas de las provinciales, como es el caso reciente de la capital cordobesa.

La calidad de la política no ha mejorado con este sistema, cuyo origen estuvo en el año y medio de la presidencia de Duhalde, durante la crisis de 2022. Su objetivo inicial era promover una mayor participación de los votantes en la elección de los candidatos, sacándola del ámbito de las dirigencias políticas y permitiendo una mayor proximidad entre votantes y candidatos.

Si bien la concurrencia a votar en las elecciones provinciales realizadas en lo que va de 2023 muestra una caída significativa de la concurrencia, aunque no dramática, es claro que se registra -como en la mayor parte del mundo occidental- un alejamiento de la gente respecto de la política.

El debate sobre la utilidad de las PASO deberá realizarse durante 2024, ya que hacerlo en 2025 sería vincularlo con los intereses político-electorales de ese año.

Está claro que el resultado de las primarias obligatorias no anticipan necesariamente el de la elección siguiente. En 2011, en la primera experiencia, el candidato socialista Hermes Binner obtuvo 10% en las PASO y duplicó los votos en la primera vuelta. En 2019, el binomio Macri-Pichetto tuvo en las PASO 14 puntos menos que la fórmula peronista, y en la primera vuelta redujo la diferencia a sólo siete puntos.

Pero la campaña electoral tuvo un final abrupto y anticipado. El miércoles 9 de agosto, Morena, una niña de 11 años, fue asesinada en el Gran Buenos Aires por delincuentes que conducían motos, denominados en Argentina “motochorros”. El impacto fue muy grande y los candidatos, sin excepción, decidieron suspender sus campañas un día antes de lo que legalmente debían hacerlo. Quizás la decisión fue adoptada tomando conciencia de la deuda que tienen con la sociedad.

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