El diseño comunicacional del Partido Republicano para instalar que sus enmiendas son “ciudadanas”

En medio de las duras críticas que han despertado las indicaciones que presentaron, la bancada de 22 consejeros quiere que sus modificaciones al anteproyecto no solo sean reflejo de su identidad, sino demostrar que cuentan con respaldo popular. Para eso difundirán sus ideas con un amplio despliegue en redes sociales, pero también en terreno con actividades "ciudadanas y en la calle". Normas como la reducción de parlamentarios y las modificaciones migratorias van en esa línea.


Antes de las ocho de la mañana de este martes, la bancada de 22 consejeros republicanos llegó hasta la comuna de Conchalí. No importó el cansancio del día anterior. Hace solo un par de horas atrás, algunos de esos consejeros habían estado en el Congreso en Santiago terminando de ingresar casi 400 enmiendas para modificar el anteproyecto redactado por los expertos.

Que al día siguiente de ese hito la bancada completa estuviera en la calle en un actividad con vecinos de Conchalí no fue casualidad. El hecho solo es símbolo del diseño que está pensando el Partido Republicano para instalar en la opinión pública que sus indicaciones no solo están circunscritas como parte de la identidad del partido fundado por José Antonio Kast, sino que son enmiendas que tienen un amplio respaldo y sintonía ciudadana.

“Hemos venido a rendirles cuenta a nuestros empleadores, a rendirle cuentas al pueblo de Chile. Hemos venido aquí a Conchalí, y cada consejero lo hará en los próximos días en sus respectivas regiones de origen, para contarle y rendirle cuentas a nuestro país del trabajo que estamos haciendo”, dijo en la oportunidad el consejero Antonio Barchiesi (republicano).

En sus palabras aparecen algunas pistas de la estrategia republicana. Barchiesi sostuvo que las enmiendas ingresadas representan “fielmente lo que somos” y a los más de 3,5 millones de personas que votaron por los consejeros republicanos. Luego mencionó que sus indicaciones buscan “dotar al anteproyecto de una profunda sintonía con la realidad ciudadana”. Barchiesi cerró comentando que sus enmiendas “son un punto de partida” para el debate en el Consejo.

“No son enmiendas republicanas, son ciudadanas”, repiten varios de sus dirigentes. Esa idea, agregan las mismas fuentes, es la que deben reforzar con un amplio despliegue. Esto, en un contexto en que las indicaciones del partido fundado por Kast han sido duramente criticadas por el oficialismo e, incluso, han generado inquietud en Chile Vamos, ya que consideran que son “más duras” de lo esperado.

El consejero socialista Christian Suárez, por ejemplo, indicó que “los republicanos hacen extremadamente difícil llegar a un pacto transversal. Más que enmiendas constitucionales, su propuesta es una nueva Constitución, más ideológica incluso que la actualmente vigente. Horadan y rompen con un acuerdo político en el que participaron y que dio origen al sensato y compartido anteproyecto de la Comisión Experta”.

La bancada de senadores de dicho partido, acusó a los consejeros republicanos de estar traspasando las 12 bases que sustentan el proceso. “Más allá de su derecho a proponer cambios al texto al anteproyecto entregado el pasado 7 de junio por la Comisión Experta al Consejo Constitucional, queda muy en claro que el Partido Republicano, bajo el argumento de no ser firmantes, ha decidido pasar a llevar los denominados 12 bordes constitucionales contenidos en el acuerdo por Chile”.

La consejera comunista Karen Araya también criticó duramente las indicaciones especialmente la que dice relación con la posibilidad de que personas mayores de 75 años, que padezcan enfermedades terminales, puedan cumplir su pena en su domicilio. “Es un perdonazo para los reos de Punta Peuco”, manifestó.

La acción de los republicanos, incluso, motivó la reacción del propio gobierno. El ministro de Justicia, Luis Cordero, se pronunció frente a esta misma enmienda. En conversación con radio Cooperativa, señaló que la población penal mayor de 75 años en Chile es de 265, de ellas “153 son personas condenadas por violaciones a los DD.HH.”.

En este contexto, y sabiendo que el tiempo del órgano redactor es limitado, los republicanos están analizando de qué manera evitar que los menos de tres meses que quedan para evacuar la propuesta a la Comisión Experta terminen encapsulando la discusión. Para eso el objetivo es contar con una buena difusión de esta indicaciones.

Pese a que hay algunos republicanos como el consejero Sebastián Figueroa que descartan que se trate de una “estrategia” de la bancada, sino que lo califican como un “estilo de trabajo”, lo cierto es que en privado varios personeros reconocen que corresponde a un diseño de la colectividad, que vienen trabajando desde hace tiempo.

Para que ese mensaje quede bien instalado todas las intervenciones públicas de los consejeros irán en esa dirección. Varios de ellos están con una intensa agenda mediática, como lo ha sido el delegado Luis Silva en varias entrevistas radiales y televisivas.

También han difundido videos en redes sociales. Por ejemplo, un registro de casi dos minutos que busca reforzar la idea de que las Fuerzas Armadas tengan sus normas agrupadas en un capítulo especial. “No se trata de un capítulo más o de un capítulo menos, se trata de honrar el esfuerzo, sacrificio y compromiso permanente de miles de hombres y mujeres que nos defienden”, aparece diciendo en el video el consejero Ricardo Ortega. Los tuits de los republicanos iban acompañados de la etiqueta #ElOrgulloDeChile.

Junto con eso, la bancada liberó otro registro respecto a las enmiendas que presentó en salud. En la publicación, donde aparecen los consejeros Paul Sfeir -sólo en voz-, Cecilia Miranda y Carlos Solar, este último afirmó que los republicanos proponen “que en la Constitución quede por escrito que el Estado debe garantizar las acciones de salud a través de instituciones públicas o privadas y que las personas podrán elegir libremente el prestador y el sistema de seguro, que también puede ser público o privado”.

Así, la apuesta es que la ciudadanía vaya sumándose en respaldar sus enmiendas. Los republicanos dicen que varias de sus indicaciones podrían adquirir respaldo popular. Por ejemplo, la relativa a establecer una policía fronteriza que dependa del Ejército o incluso la cláusula de expulsión “en el menor tiempo posible” de migrantes que hayan entrado al país por pasos no habilitados.

En materias políticas la línea es similar. La bancada quiere reducir la cantidad de parlamentarios para dar una señal de ahorro y de reducción del tamaño del Estado. Por lo mismo, quieren que el Senado pase de 50 a 48 senadores y la Cámara de 155 a 132 diputados. La disminución es ínfima y por eso algunos los han acusado de populistas, pero ellos se defienden. “(No es una decisión) populista, sino más bien una decisión a la que llegamos por la convicción de que es la mejor opción para dar estabilidad al sistema de gobierno y al debate legislativo”, afirmó la presidenta del Consejo, Beatriz Hevia (republicana).

Además de una fuerte campaña comunicacional, los republicanos quieren tener varias actividades en terreno para acercar sus ideas a las personas. Pese a que reconocen que la única salida para tener una propuesta de nueva Constitución es a través de un pacto político con Chile Vamos y la izquierda, saben que si eso se complica la respuesta final está en la ciudadanía.

“Nuestro compromiso, desde un principio, fue tener un contacto directo con las personas a las que representamos y por eso quisimos hacer este lanzamiento de las enmiendas en Conchalí. Durante los próximos días y semanas, junto con continuar nuestra labor en las comisiones y en el pleno, nos desplegaremos por nuestras regiones para difundir y explicar las enmiendas, y hacer parte a la ciudadanía de nuestras propuestas”, afirma la consejera Mariela Fincheria.

El camino de los republicanos, reconocen varios de sus consejeros y también en el oficialismo, es que tienen dos salidas y ambas les conviene. Esto, porque dicen que si la propuesta final se aprueba, será con sus ideas. Pero si se rechaza, también ganan ya que el partido nunca quiso un nuevo proceso constitucional y una buena base de sus electores -e inclusos de sus propios consejeros, asesores y dirigentes- quiere quedarse con la Constitución vigente.

En ese sentido, Silva señaló que “podría interpretarse así, pero no es nuestro espíritu ni la lógica en la que nos estamos moviendo. El desafío es escribir la mejor Constitución posible, pensando en ofrecerle a la ciudadanía algo con lo que pueda sentirse interpretado y por lo tanto cuáles sean las opciones que puedan resultar según qué diga la gente en el plebiscito, para mí hoy está fuera del horizonte de trabajo”.

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