¿Por qué no funciona correctamente la trazabilidad?

Un operador trabaja, durante la inauguracion del nuevo centro de trazabilidad en la Universidad Central.

Según el último informe del Minsal, las comunas de la Región Metropolitana tienen grandes diferencias en la investigación de los contagios: mientras Santiago encuentra un caso por cada Covid-19 confirmado, Buin localiza 4,1 contactos estrechos. Los problemas son varios, según expertos y encargados del proceso: poco personal o insuficiente capacitación, pacientes que no entregan datos de sus contactos, laboratorios que incumplen la correcta notificación y una engorrosa plataforma para llenar los datos.


“Sabemos que la atención primaria, además de vacunar, está haciendo controles y haciendo trazabilidad”, señaló el ministro de Salud, Enrique Paris, a mediados de este mes, aludiendo la labor que los expertos señalan como crucial para contener los brotes y evitar así la propagación de los contagios.

Los trabajadores de la salud primaria han tenido que redoblar esfuerzos y dividen el tiempo entre sus trabajos habituales, la vacunación y la trazabilidad. Las manos escasean y eso dificulta esta labor, dicen en buena parte de las comunas del país. Las excepciones no abundan.

Esa es una de las razones que los involucrados en el proceso consultados por La Tercera entregan a la hora de enumerar las dificultades que ha tenido el país para realizar una correcta investigación en torno a los casos confirmados de Covid-19. Pero no son los únicos argumentos, incluso en las comunas donde los resultados son mejores. Los problemas en el proceso son notorios.

Con un promedio nacional de 2,6 contactos estrechos por cada paciente de coronavirus confirmado, solo una región obtiene más de cuatro, aun cuando las referencias internacionales indican que cinco es el ideal y habiendo países que llegan a los diez. Así, la mejor trazabilidad la obtiene Coquimbo, con 4,2 casos estrechos, seguido por Ñuble y Aysén, con 3,3. La Región Metropolitana tiene las peores cifras y es la única que no llega a dos contactos trazados, pues promedia 1,9.

“Tuvimos que reconvertir las funciones, llegaron algunos recursos y contratamos a algunas personas. Sin embargo, en general hemos estado un poco cortos de personal: Santiago tiene 950 casos activos y ese factor influye”, expone el doctor Rodrigo Farías, de la Dirección de Salud de dicha comuna.

En Santiago contrataron a unas 30 personas nuevas y contabilizan casi 50 destinadas a las labores de trazabilidad, para una población de más de 400.000 personas. Según el último informe del Minsal, como comuna detectan a solo un contacto estrecho por cada caso positivo.

El otro extremo es Buin, que llega a 4,1 detecciones por cada caso positivo (la mejor cifra de la región), donde también han debido reconvertir a parte de su personal. “Tenemos dotación mixta: 19 trazadores de Salud Primaria y 11 contratados para esto”, asegura el doctor Camilo Becerra, encargado de la trazabilidad municipal, donde tienen 20 trazadores menos que en Santiago, pero para una población de 100.000 personas.

Antes de comenzar a trazar, todos los encargados pasan por una capacitación. Se trata de un curso de dos horas dictado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, y luego una inducción de dos semanas a cargo de un médico. “Buscamos gente que sea capaz de tener los conocimientos para pesquisar contactos, sospechas, indicaciones y también con habilidades blandas, porque la gente requiere contención”, agrega Becerra.

Claudio Castillo, académico en Salud Pública de la Usach, acota que “es relevante quién lidera el proceso de trazabilidad. Si es alguien con experiencia y formación, va a poder incluir a trazadores en duplas o equipos para que vayan aprendiendo, mientras se acompaña a alguien con más experiencia. Con dos horas no es suficiente. Junto con esa capacitación es vital un liderazgo de alguien que se haya formado en Salud Pública y con experiencia, y generar confianza en la población”.

Pero Francisca Crispi, presidenta regional de Santiago del Colegio Médico y miembro de la mesa directiva de la entidad, es crítica: “La mayoría de los centros de atención primaria no ha recibido ninguna retroalimentación que le permita cumplir mejor la tarea”.

El miedo de las personas

El temor a quedarse sin trabajo, a ser apuntados con el dedo o de acusar a un tercero de que es contacto estrecho se ha transformado en otra de las dificultades para llevar adelante una correcta trazabilidad.

“Las personas no se atreven a develar los contactos por miedo al castigo o a quedarse sin trabajo, porque hay un juicio de los empleadores”, cree Becerra.

Farías, en tanto, dice que “hay muchos que no consideran que tuvieron contactos estrechos o piensan que al decir un nombre, esa persona y sus contactos tendrán que hacer una cuarentena por 11 días y si no salen a trabajar pierden”. Y agrega: “No sé si es miedo, pero es una omisión como para no perjudicar a otros”.

Pero esa reticencia, señalan los encargados de trazabilidad, es crucial para el éxito del sistema.

“Es necesario mejorar la comunicación a la ciudadanía, hacerla parte del proceso, motivar el testeo precoz y colaboración con la búsqueda de contactos”, señala Crispi.

Farías, el médico de la Municipalidad de Santiago, concuerda: “Se debería informar mejor a los usuarios, empoderarlos un poco, para que entiendan la trascendencia de entregar información. Hay que educar un poco más a la población”.

A su vez, Becerra plantea que hay un problema mayor. “La relevancia y prioridad que le ha dado el país a la trazabilidad es baja. Las cifras de vacunas y casos nuevos siempre se dan en el informe, pero nunca los indicadores de trazabilidad. No se le da la relevancia a nivel mediático”, añade.

Claudio Castillo afirma que se deben establecer metas más altas: “Falta dar el realce de lo que significa tener un buen sistema de testeo y con trazabilidad adecuada, para identificar, al menos, más de cuatro contactos por cada caso confirmado”.

¿Quién traza?

“¿Podría explicar, doctor Enrique Paris, por qué se le quita nuevamente la trazabilidad a la Atención Primaria para dejarla en la Seremi? Usted sabe que las seremis no tienen capacidad para contactar los casos, y ya funcionó mal el año pasado. Con razón retrocedemos”, expuso este martes en Twitter María Soledad Barría, exministra de Salud del primer gobierno de Michelle Bachelet.

Ese justamente es otro tema que advierten los consultados: ¿Quién es el responsable de la estrategia de trazabilidad? “Se publicó un documento que vuelve a confundir las funciones de la Atención Primaria y Seremi en este proceso. Se necesitan indicaciones claras, que prioricen la trazabilidad en la Atención Primaria, que conoce su territorio y a su población”, dice Crispi, desde el Colmed.

Becerra asiente: “Aún hay dudas de quién tiene que hacerla. El último protocolo le quita atribuciones a la Atención Primaria. Y cuando no está coordinado, a veces se duplican los llamados o a veces no los llama nadie”.

¿Quién financia el sistema?

En ese ámbito hay acuerdo: los municipios reclaman que no les alcanza el presupuesto para montar unidades dedicadas exclusivamente a la trazabilidad.

“Hasta ahora, los centros de atención primaria han recibido remesas insuficientes en el monto e inconstantes en el tiempo, lo que hace imposible una planificación a largo plazo”, señala Crispi, también académica de Salud Pública de la U. de Chile.

Claudio Castillo concuerda: “Los municipios reciben financiamiento insuficiente de parte del Minsal para hacer estas tareas y en los casos donde mejor ha tenido efecto es porque se han inyectado recursos municipales”.

En efecto. Los dos municipios consultados en esta nota así lo refrendan. “Afortunadamente, podemos redestinar y sumar presupuesto de Salud a la trazabilidad”, asegura el doctor Farías, de Santiago, mientras que el doctor Becerra, de Buin, agrega que “es difícil planificar si se recibe algo no constante en el tiempo. No se sabe cómo ni cuándo llega la plata, entonces ¿cómo te programas? Es una estrategia que se va renovando mes a mes, siempre está al filo”.

Epivigila en entredicho

El sistema que se utiliza para centralizar los casos positivos también genera aprensiones. “Epivigila ha tenido un montón de cambios. Hay que facilitarlo, porque es engorroso, son cuatro páginas de llenado por cada caso. Depende, además, de la ejecución de un médico y ahora las urgencias están llenas y ese médico tiene que subir el caso al sistema, pero si hay seis pacientes en espera es difícil que se siente en un computador”, asegura Farías.

La misma opinión tiene su par de Buin: “Son enfermedades de digitación obligatoria, que tiene que hacer un médico sí o sí. La plataforma en sí puede mejorar, tiene intermitencia, se cae varias veces durante el día, sospechamos que en la hora punta de la plataforma. Eso genera problemas”, resalta.

Becerra destaca también otro problema “más severo”. El profesional cuenta que el sistema de georreferenciación “es muy lábil, entonces, si te equivocas en una pequeña letra, el caso puede emigrar a otra parte. A nosotros nos aparecen casos de otras comunas e incluso de otras regiones, y eso ralentiza todo, porque hay que devolverlo”.

La notificación desde los laboratorios

Los problemas de la trazabilidad parecen partir, incluso, de más atrás. Expertos y encargados del sistema apuntan a que los laboratorios no cumplen correctamente su obligación de notificar los casos positivos en la plataforma Epivigila. Es decir, confirman a la persona su estado, pero no lo ingresan al sistema, lo que implica que, para todo efecto, ese paciente no existe para la red. Es decir: nadie le hará seguimiento, no se trazarán sus contactos ni lo contactarán para conocer su evolución.

Los municipios consultados, dos extremos de la trazabilidad, exponen que los laboratorios privados les ha entorpecido en ocasiones el proceso: “Llegan casos por Epivigila, pero el examen se tomó varios días atrás, entonces ya no cumplimos las 48 horas requeridas”, dice el vocero de la comuna de Santiago.

En Buin han detectado algo similar: “Algunos laboratorios particulares no realizan la notificación correspondiente. En la red pública son muy exigentes, pero hemos visto que esos procesos no se dan en algunos laboratorios particulares”, asegura el encargado de la trazabilidad del municipio.

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