XTC: revive una banda esencial

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La formación clásica de XTC, parte de la historia que revive el documental que llega en abril.

Uno de los conjuntos más inventivos de fines de los 70 vuelve a la primera plana gracias a un documental que estrenará en Chile el festival In-Edit. Aquí, su director y uno de los líderes del grupo hablan con La Tercera del trabajo.


XTC, esa banda formada a fines de los 70 en Swindon, Inglaterra, se ha mantenido durante décadas como una entidad de culto, a pesar de contar con una discografía inmaculada y de influencia innegable en propuestas como la de sus compatriotas Blur o los norteamericanos Primus. El documental XTC: This Is Pop, estrenado a fines del año pasado, hace su arribo al país como parte del Festival In-Edit, a realizarse entre el 18 y el 23 de abril.

Para Charlie Thomas, su director, la tarea más difícil fue convencer al líder, Andy Partridge, de participar. "Sabía que no le agradaban mucho los documentales de rock, así que la única forma de persuadirlo era hacer algo diferente. Me llevó muchos meses y muchos mails. Eventualmente, lo llamé por teléfono, y hablamos más de una hora, hasta que encontramos puntos en común. Yo siempre había sido fan de XTC y pensé que eran un buen tema para un filme, porque su música era muy diferente y pasó por muchos cambios".

De hecho, el propio Partridge se ha referido a su conjunto como "criminalmente subvalorado", lanzando sobre la mesa discos que integran lo más inventivo de la prolífica escena inglesa de los 70, como Drums and wires (1979) y Black sea (1980). El realizador sigue: "Sentía que ellos habían sido de alguna forma pasados por alto, y no habían conseguido el éxito que podrían haber tenido.

Pensé que si hacíamos un filme, eso ayudaría a divulgar su trabajo y mostrar la gran banda que eran, ya que hicieron alguna de la música pop más elegante que ha salido de este país. Andy es una persona fascinante y fue exactamente así".

Para Colin Moulding, el otro cerebro de la banda junto a Partridge, y autor de algunos de sus cortes más exitosos, el disco Drums and wires marca un quiebre. "Le tengo especial cariño a ese álbum, porque contenía un single de éxito (Making plans for Nigel) y era una canción mía, así que es mi favorito. Creo que todo ese período fue bueno, porque teníamos éxitos en Inglaterra, aunque el resto del mundo no supo mucho, pero fue un buen momento; ser joven y estar en el ojo de la gente. Cuando haces un éxito, la canción toma vida propia, pues es como sacar al genio de la botella, dejas algo ir a la estratósfera", comenta el músico a La Tercera.

Recientemente, el bajista se ha aliado al baterista Terry Chambers y acaban de editar el EP Great aspirations, bajo el nombre TC&I. Mientras ambos se encontraban en pleno proceso, en el estudio, Charlie Thomas fue en su búsqueda.

"Charlie vino hace como 18 meses y nos dijo que quería hacer una cinta sobre la banda. Dijo que nuestra historia nunca había sido contada, y merecía ser contada. Siempre se nos había considerado como una banda de culto, y esto realmente fue un shock, que alguien quisiera hacer un filme sobre nosotros. Todo fue muy halagador, y debo admitir que la reacción ha sido sobrecogedora".

Y antes esa reacción, ¿puede este renovado interés en el grupo gatillar una reunión tras su separación de hace cerca de una década? "Nunca llegamos a Chile cuando estuvimos de gira en aquellos años, creo que lo más cerca que estuvimos fue una semana en Venezuela. Al año siguiente, Andy se enfermó y así terminó nuestra época de tours. Una reunión sería algo muy poco probable, ya que hemos tenido un par de desencuentros en estos últimos diez años, las cosas no están muy bien entre nosotros. Uno no puede decir que nunca sucederá, pero considerando como estamos entre nosotros ahora, lo veo poco probable. Cuando la banda se separó en 2006 no hubo un aviso oficial, sólo tuve la idea de que Andy no quería hacer más discos ya. Simplemente me hubiera gustado que él me hubiese dicho".

¿Y por qué la banda sigue cautivando? El músico concluye: "Porque venimos de un pueblo muy pequeño en medio de Inglaterra. En nuestros comienzos, nuestro manager decía: 'no le digan a la gente que vienen de Swindon, digan que vienen de Marte (risas)'. Básicamente, venir de un pueblo chico te da una visión inusual de la vida. Es un pueblo que se guarda todo para sí y, por supuesto, su gente no puede creer que alguien de acá pueda lograr algo increíble. Así que ese es mi mensaje: tengan fe, no todo lo magnífico viene de Nueva York o Londres".

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