Impeachment a Trump: Estados Unidos se parte en dos

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FOTO: AFP

El 48% de los estadounidenses está a favor del juicio político contra el Presidente, mientras que el mismo porcentaje se manifestó en contra. La división es palpable en las redes sociales, en el Congreso y en los debates de los medios. ¿Quién gana con todo esto? ¿Los demócratas o los republicanos?


"Nadie está por sobre la ley. Sí, la economía se encuentra en un buen momento y el empleo está boyante. Sin embargo, la moral del Presidente coloca una mancha en sus logros", dice Anthony, en un acalorado debate en Twitter producto de un posteo sobre el juicio político a Donald Trump.

Joey Saladino, otro tuitero, no tarda en responder y defender al Presidente: "Es claro que esto (proceso de impeachment) fue un completo fraude orquestado por los demócratas. Ellos nunca tuvieron la intención de removerte, porque no pueden. Ellos querían dañar tu reputación, esto es un abuso de poder de los demócratas".

Al igual que en las redes sociales, en el Capitolio y en los debates de televisión existen dos Estados Unidos: uno a favor y el otro en contra del impeachment a Trump. El mandatario fue acusado formalmente esta semana de abuso de poder y obstrucción al Congreso por lo que se conoce como la "trama ucraniana". Sin embargo, la absolución es tan segura en el Senado que muchos creen que el juicio podría transformarse en un espectáculo político.

"Los estadounidenses se encuentran con posturas muy testarudas. Los republicanos respaldan a Trump y los demócratas respaldan su remoción. Los independientes tienden a respaldar la remoción, pero no por los mismos márgenes que los demócratas. En resumen, ellos tienen una leve inclinación a favor del impeachment y remoción, pero no de manera abrumadora", explica JohnPitney, Profesor de política del Claremont McKenna College. "Los demócratas están esperando que puedan levemente aumentar el respaldo para la remoción de Trump. Ellos entienden que los republicanos y que la gente en general probablemente no vayan a tener un gran cambio producto del impeachment", añade.

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La líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el jueves en el Capitolio. FOTO: AP[/caption]

El escándalo que acecha ahora a Trump se desató luego de la denuncia anónima sobre la llamada que el Presidente Trump sostuvo con su homólogo ucraniano, Volodimyr Zelenski, el 25 de julio. En esa conversación el mandatario republicano pidió insistentemente a Zelenski -un excomediante- que investigara a Hunter Biden, hijo del aspirante presidencial demócrata y potencial rival de Trump de cara a las elecciones 2020, Joe Biden, por sus negocios en Ucrania mientras su padre ejercía como Vicepresidente.

También le pidió que investigara si Kiev estuvo detrás de la injerencia en las elecciones de noviembre de 2016, algo que ya ha sido descartado por el mismo gobierno norteamericano. La oposición demócrata sospecha que el mandatario presionó a Ucrania al condicionar una ayuda militar de unos US$ 400 millones al anuncio de esas investigaciones, algo que se conoce como quid pro quo.

Pelea en el Capitolio

En una maratónica sesión de más de siete horas en la que salieron a relucir las divisiones entre los congresistas al momento de debatir, la Cámara de Representantes dio luz verde el miércoles para que se inicie el juicio político contra Trump en el Senado. Cuando el caso pase a esta instancia, tras el receso por las fiestas de fin de año, la esperanza demócrata de remover a Trump de la Casa Blanca se vería truncada, ya que se necesitan al menos 67 votos para su destitución y los republicanos tienen 53 de los 100 escaños.

Tras esta votación, que convirtió a Trump en el tercer Presidente en ser llevado a un juicio político después de Andrew Johnson en 1868 y de Bill Clinton en 1998, la pelea entre el mandatario, la oposición y los republicanos se intensificó. El jefe de la Casa Blanca acusó al Partido Demócrata de haber puesto en marcha "la mayor caza de brujas de la historia americana". Luego vino el golpe del líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, que denunció la "ira partidista" de la oposición.

Así, la líder de la mayoría demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se vio obligada a responder: "Cuando nuestros padres fundadores redactaron la Constitución, sospecharon que podía haber un Presidente corrupto. Lo que no sospecharon es que al mismo tiempo hubiese también un líder corrupto en el Senado".

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FOTO: AFP[/caption]

Y esa polarización se ha visto reflejada en las encuestas. Un sondeo de The Wall Street Journal/NBC reveló que Estados Unidos está dividido sobre si remover o no a Trump de su cargo, con un 48% para ambas opciones. "Los resultados sugieren que ningún partido ha logrado su principal objetivo durante el debate de impeachment", señaló el reporte.

"Los estadounidenses están levemente más en contra del impeachment que a favor. Pero es casi un empate, en verdad, considerando el margen de error. Lo importante que hay que recordar es que algunas personas que no quieren que el Presidente sea enjuiciado políticamente, no les cae bien Trump. Ellos piensan que si lo enjuician políticamente lo van a ayudar, porque él va a usar eso como una forma de decir que es una víctima nuevamente, 'los demócratas me quieren sacar'. Entonces es como una cifra engañosa", señala a La Tercera, Tim Malloy, analista político de la encuestadora de la Universidad Quinnipiac.

"No creo que tenga muchos efectos este impeachment. Depende de cómo él vaya a reaccionar, si reacciona de manera irracional, de manera loca, lo podría perjudicar. Pero él no va a ser sacado de la Casa Blanca por esto", agrega.

Para Pitney este proceso de juicio político va a energizar la política partidista en ambos lados, lo que va a incrementar la polarización. "La pregunta es qué lado está más enojado y saldrá a votar en masa en noviembre", sostiene.

Porque al margen de las justificaciones constitucionales que ha realizado Pelosi para llevar adelante el impeachment, sus ojos ya están puestos en la cita electoral del 3 de noviembre. "Esto va a ser muy malo para ambos lados. Creo que los demócratas están tratando de dilatar esto, para reunir más evidencia y más testimonios de personas que no quieren testificar, es casi como un juego sicológico, es difícil saber quién va a ganar, pero es una medida muy táctica la que hizo Nancy Pelosi, porque mientras más tiempo lo dilate, más va a molestar al Presidente. Si los demócratas tienen personas que testifiquen ellas van a presionar más, lo que lo puede dañar a medida que las elecciones se acercan", explica Malloy.

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